Información del libro

Puente y canal de Dios, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3840-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 8 Sección 4 de 5

LOS ASUNTOS ESPIRITUALES
DEBEN SER INICIADOS POR DIOS

En este universo todo es iniciado por Dios. La Biblia empieza con estas palabras: “En el principio [...] Dios...”. Dios es el principio de todo en este universo; esto se aplica tanto a lo espiritual como a lo físico. La vieja creación fue iniciada por Dios, y la nueva creación también. Si Dios no nos llamara, ¿cómo podríamos responder a Su llamado? Si Él no resplandeciera sobre nosotros, ¿cómo podríamos ser iluminados por Él? Dios es primero, y nosotros venimos después. Dios primero tiene que resplandecer sobre nosotros, y luego nosotros podremos ver. Dios primero tiene que darnos un mandato, y luego nosotros podremos obedecer. Nunca debemos olvidarnos de esta secuencia. Dios primero envió a Jesús, Su Hijo, a predicar el evangelio a las personas, y entonces ellas pudieron creer. Luego, de entre los que creyeron, Dios envió a doce apóstoles a predicar el evangelio. Después otros oyeron y creyeron, y algunos de ellos también fueron enviados. Posteriormente más personas obedecieron y aceptaron el evangelio.

En el universo Dios siempre ha llevado a cabo una operación espiritual, una obra espiritual, que es iniciada por Él, y luego la gente responde y acepta. En todos los miles de casos en los cuales las personas han conocido a Dios, siempre ha sido Dios quien ha tomado la iniciativa de buscarlas y resplandecer sobre ellas, y luego ellas le han respondido. Dios resplandece sobre ellos de nuevo, y ellos responden otra vez. Esta secuencia nunca debe ser revertida. Las operaciones espirituales siempre son iniciadas por Dios. Dios debe ser el primero en hacer algo en el hombre, antes de que el hombre pueda responder y obedecer.

OBEDECER EL SENTIR INTERIOR

En nuestra experiencia que tenemos de la salvación, siempre recibimos el resplandor de Dios y lo que Dios exige. Según este principio, ningún cristiano podría afirmar con veracidad que nunca ha recibido un llamado, ni un mandato ni ha tenido ningún sentir de parte de Dios. Este llamado, este mandato y este sentir son el resplandor de Dios. La pregunta es, si cuando sentimos el mandato y escuchamos el llamado de Dios, ¿estamos dispuestos a ir en respuesta a este llamado? Si después de haber escuchado el llamado, después de haber visto la luz y después de haber percibido interiormente lo que exige, estamos dispuestos a aceptarlo, empezaremos a andar por el camino de seguir y conocer a Dios. Entonces se repetirá un ciclo en el que Dios nos llama y resplandece sobre nosotros, nosotros obedecemos, y luego nuestra obediencia y respuesta hacen que Dios nos haga un llamado mayor y resplandezca más intensamente sobre nosotros.

Después de que las personas son salvas, el Señor las toca por primera vez y ellas se dan cuenta de que es Dios quien las está llamando. Sin embargo, debido a que algunos ignoran este llamado, el sentir y la luz en su interior cesan. Otros, en cambio, cuando reciben algún llamado, responden enseguida y cuando reciben luz, obedecen de inmediato. Como resultado, reciben otro llamado y viene a ellos más luz. En el interior de ellos se repite constantemente un ciclo, muy semejante a cuando un niño dibuja círculos cada vez más grandes. Con el tiempo, aquellos que experimenten este ciclo en su interior llegarán a ser personas completamente diáfanas y transparentes; serán como los cuatro seres vivientes, que están llenos de ojos, como está escrito en la Biblia (Ez. 1:18; Ap. 4:6). En cambio, otros cristianos, no tienen ninguna abertura; son como paredes de bronce o de hierro, y están completamente en tinieblas. Esto se debe, a que desde el día en que fueron salvos, nunca han obedecido al sentir interior ni han aceptado el resplandor de Dios.

Si un cristiano responde enseguida cuando Dios lo llama y obedece de inmediato cuando el Señor pone en él determinado sentir, tendrá una abertura, una grieta, la cual le permitirá a Dios forjarse en él. Algunas personas tienen muchas grietas y aberturas; es por ello que fácilmente son iluminadas por la luz del Señor. Éste es el camino que seguimos. En palabras sencillas, lo que Dios desea hacer es forjarse a Sí mismo en nosotros y luego manifestar Su obra por medio de nosotros. Nuestra responsabilidad es cooperar con Dios por medio de nuestra consagración y sumisión, permitiendo que Él tenga un camino libre para forjarse en nosotros y luego expresarse por medio de nosotros. En la práctica, desde el día en que fuimos salvos, debemos aprender a ser iluminados bajo la luz de Dios, a obedecer el sentir interior, a responder al llamado en nuestro interior y a acatar la demanda interna. Éste es un asunto muy serio y a la vez muy sencillo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top