Información del libro

Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0254-8

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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 12 Sección 3 de 3

Que el árbol de la vida sea el alimento
del hombre indica dependencia

Que Dios sea el alimento para el hombre indica que el hombre depende de Dios. No es posible comer una sola comida y después vivir para siempre. Frecuentemente he pensado que hubiese sido maravilloso si Dios nos hubiera creado de tal manera que necesitáramos comer sólo una vez en toda la vida. Si fuera así, nos ahorraríamos muchas molestias, porque gastamos mucho tiempo en el alimento. El alimento que comemos lo tenemos que comprar en la tienda, lo tenemos que almacenar, lavar, cortar y cocinar. A veces mi esposa se cansa de cocinar para mí, y a veces yo me canso de comer. A veces sentarme y comer por treinta y cinco minutos se convierte en una tarea bien difícil para mí. Por un lado, comer es un disfrute, pero por otro, es una tarea difícil. Dios muestra Su gracia al hacer que el comer nos sea un disfrute, porque si no lo fuera, muchos de nosotros no comeríamos. El comer nos hace muy dependientes. Debido a que es menester comer muchas veces al día, y no una sola vez para toda la vida, somos muy dependientes.

El comer indica dependencia. Que Dios sea nuestro alimento, representado por el árbol de la vida, significa que nosotros debemos depender de Él continuamente. Debemos venir a Él para alimentarnos de Él una y otra vez. Sin embargo, el árbol del conocimiento indica independencia. Una vez que aprendemos a usar una computadora en la escuela, no necesitamos volver a la escuela para aprender lo mismo otra vez. El conocimiento que obtenemos nos hace independientes.

En Génesis 2 el árbol de la vida y el árbol del conocimiento fueron dados como dos principios por los cuales el hombre podría vivir. Si tomamos del árbol de la vida, dependemos de Dios. Si tomamos del árbol del conocimiento, no dependemos de Dios. Al contrario, tomar del árbol del conocimiento nos hace independientes de Dios. A los ojos de Dios, el pecado más grande es la independencia. Debemos aprender a depender de Dios continuamente. Es pecaminoso ejercer nuestra independencia. En la vida familiar y en la vida de iglesia, la dependencia es hermosa, pero la independencia es fea. Ejercer la independencia equivale al principio de la muerte. Tomar del árbol de la vida es vida, pero tomar del árbol del conocimiento es muerte.

QUE DIOS, POR MEDIO DE LOS QUERUBINES
Y LA ESPADA DE FUEGO,
PROHIBIERA QUE EL HOMBRE TOMARA
DEL ÁRBOL DE LA VIDA, INDICA QUE LA GLORIA,
LA SANTIDAD Y LA JUSTICIA DE DIOS
NO PERMITEN QUE EL HOMBRE PECADOR
ABUSE DE LA VIDA DE DIOS

Cuando Adán y Eva tomaron del fruto del árbol del conocimiento, optaron por el principio de independencia. Su decisión los separó del árbol de la vida (Gn. 3:22-24). Al comer el fruto del árbol del conocimiento, ellos fueron corrompidos. Ya no eran puros, porque otra fuente había entrado en ellos. Esta fuente era la naturaleza y el principio de Satanás. Esta naturaleza y principio es rebelión. Tal naturaleza entró en el hombre en Génesis 3. Como resultado, la vida del hombre fue corrompida. Debido a este elemento corruptor, la gloria de Dios (representada por el querubín), Su santidad (representada por el fuego) y Su justicia (representada por la espada) le prohíben a Dios que tenga contacto con el hombre caído. No obstante, cuando los requisitos de la gloria, la santidad y la justicia de Dios son satisfechos, Su gloria, santidad y justicia también son satisfechas. De esta manera, el hombre, habiendo sido redimido y así restaurado al estado que tenía antes de la caída, puede ejercer de nuevo su derecho de tener contacto con Dios. El árbol de la vida, el cual representa a Dios como vida, temporalmente fue mantenido lejos del hombre caído (Gn. 3:22-24) hasta que Cristo vino para realizar la redención. Su redención satisfizo la gloria, la santidad y la justicia de Dios. Por lo tanto, por medio de la redención de Cristo, se abrió el camino para que el hombre caído tuviera contacto con Dios.

El hombre fue apartado de la vida de Dios

El significado de la caída del hombre es que el hombre fue apartado de la vida de Dios (Ef. 4:17-19), representada por el árbol de la vida. Cuando se menciona el árbol de la vida en Génesis 2, el énfasis está en el árbol mismo, no en su fruto. El versículo 9 dice: “Bueno para comer [...] el árbol de la vida”. No menciona el fruto del árbol de la vida; simplemente señala al árbol de la vida. La necesidad del hombre era comer del árbol de la vida. Puesto que el árbol de la vida representa a Dios mismo, al comer del árbol de la vida el hombre habría recibido a Dios mismo como vida. Pero al escoger el árbol del conocimiento, el hombre fue apartado de la vida de Dios. La caída del hombre lo separó de Dios como vida, pero la redención de Cristo lo trae de regreso a Dios como vida.

La expresión la vida de Dios sólo se usa en Efesios 4:18. Decir que nosotros como creyentes tenemos la vida de Dios no es muy correcto. En realidad, lo que tenemos no es la vida de Dios, sino que es Dios como vida. Nosotros tenemos a Dios mismo como nuestra vida. No tomamos algo que pertenezca a Dios; tomamos a Dios mismo. Debemos aprender a tomar a Dios mismo, la persona completa, como nuestra vida.

LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO TENÍAN
EL DERECHO DE PARTICIPAR DE DIOS
COMO LA FUENTE DE VIDA PARA SU SATISFACCIÓN,
SU DISFRUTE, POR MEDIO DE LA REDENCIÓN
DE CRISTO, LA CUAL FUE TIPIFICADA POR
LA PROPICIACIÓN EFECTUADA CON LOS SACRIFICIOS

En los tiempos del Antiguo Testamento, todavía no se había realizado la redención de Cristo. No obstante, estaba tipificada por la propiciación efectuada mediante los sacrificios de animales. Bajo esta propiciación, Dios tenía la libertad de tener contacto con el hombre legalmente, y el hombre volvió a la posición donde podía disfrutar del derecho de tomar a Dios como vida.

Salmos 36:8-9 es una porción única en el Antiguo Testamento. Aprecio muchísimo esta porción. Por medio de estos versículos podemos entender que los santos del Antiguo Testamento entraron en Dios mediante el tipo de la propiciación. La propiciación como tipo los capacitó para entrar en Dios. Salmos 36:8-9 dice: “Serán completamente saciados de la grosura de Tu casa y Tú les darás de beber del torrente de Tus delicias, porque contigo está el manantial de la vida; en Tu luz veremos la luz”. En el Antiguo Testamento el templo de Dios, la casa de Dios, indicaba que Dios era un Dios en quien se podía entrar. Por medio del tipo de la redención, el pueblo de Dios podía entrar en Él y disfrutarlo. Hoy en día, por medio de la realidad de la redención de Cristo, podemos entrar en Dios para disfrutar la grosura de Su casa, el fluir de Su vida y la luz de vida.

Estos versículos mencionan cuatro puntos principales acerca de nuestro disfrute de Dios como vida: la grosura, un torrente de delicias, el manantial de la vida y la luz. La morada de Dios, Su casa, tiene la grosura. Esto indica que la casa de Dios es un asunto de vida. También hay un torrente de delicias, un río de gozo. Debemos aprender a beber del río de las delicias de Dios. Allí se encuentra también el manantial de la vida y la luz. Estos cuatro puntos indican una cosa: Dios es para nuestro disfrute. Pero para disfrutarlo, tenemos que tomarlo como vida y vivir por Él. Él es el manantial de la vida, pero debemos tomarlo a Él como nuestra vida. Cuando lo tomamos como nuestra vida, Él llega a ser la grosura, el río de satisfacción y la luz de vida.


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