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Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8420-9
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Actualmente disponible en: Capítulo 11 de 22 Sección 1 de 2

SIMPLIFICAR LAS REUNIONES
Y PASAR MÁS TIEMPO
PASTOREANDO Y VISITANDO

Muchos de los nuevos creyentes no han permanecido luego de ser bautizados debido a que nosotros no hemos invertido suficiente tiempo para cuidar de ellos. Nuestro servicio se ha centrado en mantener las reuniones. Dependemos de las reuniones para pastorear a los santos. La mayoría de los que sirven se centran en mantener las reuniones. Pasamos nuestro tiempo y energía en las reuniones. Como resultado, el servicio relacionado con pastorear, enseñar, visitar y consolar no existe. Esto quiere decir que después que una persona es bautizada, nadie cuida de ella ni la nutre. Es lamentable que algunos nuevos creyentes se hayan perdido.

Necesitamos examinar nuestra situación y considerar si podemos cambiar la manera en que hacemos las cosas. La responsabilidad en cuanto a este asunto recae sobre los ancianos. Ellos deberían cambiar el sistema al pasar más de su tiempo pastoreando. No sólo los ancianos deberían pasar más tiempo pastoreando, sino que también los hermanos responsables en los distritos y los que sirven deberían pastorear más. En particular, los santos que se reúnen con regularidad también deberían llevar a cabo la obra de pastorear. Sería bueno soltar una reunión semanal y utilizar ese tiempo para visitar y pastorear. Los ancianos y los hermanos responsables en los distritos deberían reducir los asuntos administrativos de la iglesia; ellos no deberían invertir demasiado tiempo en los asuntos administrativos.

La vida de iglesia no debería depender de quienes toman la delantera. Más bien, deberíamos simplificar nuestras reuniones así como los asuntos administrativos, de modo que haya más tiempo para visitar y pastorear a los santos. Las reuniones de ancianos también se deberían simplificar. De este modo, podemos ahorrar mucho tiempo y utilizarlo para pastorear a los santos. En pocas palabras, los ancianos deberían efectuar más pastoreo y más visitaciones. Ellos también deben introducir a los santos responsables de los distritos y los grupos pequeños en el pastoreo y la visitación.

Además, deberíamos hacer una lista de todos los santos en las reuniones y luego organizar los santos en grupos pequeños. Debería haber una reunión semanal en el salón de reunión, y el resto del tiempo se puede utilizar para las reuniones de grupos pequeños. Un grupo de cinco santos podrían tomar la decisión de visitar a otro santo, o podrían invitar a otro santo a tener comunión con ellos, o podrían predicar el evangelio. Todas estas cosas son buenas. Los santos en un grupo pueden hacer cualquier cosa que deseen. Ellos pueden reunirse dos veces por semana, pero sería mejor si se reúnen tres veces para que también puedan pastorear y cuidar de otros santos. Quizás dos grupos decidan juntarse y tener comunión. Esto también es bueno. Tales asuntos no necesitan ser traídos a las reuniones de ancianos para tener comunión acerca de ello. Los santos debieran tener la libertad de llevar a cabo tales asuntos con cada miembro que participe. Los ancianos vigilan la iglesia. Ellos deberían observar cómo los grupos progresan, cómo muchos nuevos son ganados y cómo muchos que se han apartado son recobrados.

Es mi sentir que vale la pena cambiar el sistema. En particular, los ancianos y los hermanos responsables en los distritos y los grupos pequeños deben dar un giro. Lo mejor sería si los asuntos administrativos tomaran solamente una décima parte de nuestro tiempo, y las visitas y el pastoreo tomaran nueve décimas partes de nuestro tiempo. Deberíamos invertir más tiempo y energía en visitar a los santos. Visitar no es responsabilidad de los ancianos solamente; todos los santos debieran participar en ello. Necesitamos tener más comunión en cuanto a este asunto. Cambiar un sistema no es una revolución, pero requiere de más esfuerzo que una revolución, pues es posible tener una revolución pero de todas formas conservar el antiguo sistema. Por tanto, tener un cambio de sistema requiere más esfuerzo.

BRINDAR UN SUMINISTRO
A LA REUNIÓN DEL DÍA DEL SEÑOR

También tenemos que prestar atención a brindar un suministro a la reunión del día del Señor. Asistí a una reunión del día del Señor en la cual los santos meramente cantaron himnos, oraron y dieron testimonios. Eso no constituye el mejor uso de nuestro tiempo en una reunión del día del Señor. Algunos de los testimonios alentaron a los santos. La reunión no estaba en manos de los ancianos; en otras palabras, los ancianos no consideraban que la reunión fuese responsabilidad suya. Esta situación se podría comparar a invitar convidados a una comida, pero sin preparar nada. Necesitamos tener un plan. Debemos estar determinados a tener algún “alimento” para suministrar a los santos durante la reunión del día del Señor.

Si yo llevase la responsabilidad en un distrito, lo haría todo con miras a obtener un suministro que satisfaga la necesidad de la reunión del día del Señor. De otra forma, varios cientos de santos se reunirán por una hora y media cada semana sin recibir suministro alguno. Después de unas pocas semanas, algunos sentirán que ellos desperdician su tiempo y energía. Por tanto, los ancianos tienen que laborar con desesperación. Ellos deberían llevar una carga más pesada por la reunión del día del Señor. En vez de depender de los colaboradores, los ancianos deberían laborar y pagar el precio a fin de recibir un suministro para la reunión del día del Señor.

Una reunión de dos horas el día del Señor no es larga. Siempre debería haber un suministro viviente, bueno y adecuado que se brinde a los hermanos y hermanas. No deberíamos llenar el tiempo de cosas que no proveen un suministro a los santos. Si un anciano no puede cumplir con esta necesidad, le debería pedir a otro hermano que se encargue de ello. Tenemos que apartar algún tiempo en la reunión del día del Señor en la mañana para brindar un suministro adecuado a los santos. Se debería apartar otro periodo de tiempo para que los santos tengan comunión y den testimonios. Éstos también son necesarios. En cada reunión del día del Señor en la mañana, deberíamos brindar un suministro a los santos para su edificación, y todos los santos deberían tener comunión mutua.

Además, deberíamos apartar dos noches a la semana para que los santos se ocupen de los asuntos del hogar, que no tienen nada que ver con asuntos espirituales o el servicio de la iglesia. Los santos se pueden reunir en el local para su edificación en cualquier otra noche. El enfoque de reunirnos en el local debería ser la edificación de los santos. Los grupos pequeños pueden decidir cómo utilizar el resto de las noches en la semana; ellos deberían incluir una reunión de oración. Los ancianos no deberían decidir la ubicación de las reuniones de grupo pequeño. Cada grupo puede tomar esa decisión. Los santos en un grupo podrían decidir orar en el hogar de un santo esta semana y en el hogar de otro santo la semana próxima. Un grupo pequeño puede consistir de cinco santos, diez santos o hasta veinte santos. No obstante, todos los santos en un grupo deberían vivir cerca y estar en el mismo distrito. Incluso, dos grupos podrían decidir reunirse juntos.

Las actividades de un grupo podrían incluir el reunirse, tener comunión, hallar y visitar a los santos que se han vuelto atrás y predicar el evangelio para guiar a las personas a la salvación. La responsabilidad de este servicio se puede colocar sobre los hombros de los santos. De esta manera la iglesia es responsable únicamente de tomar cuidado de la reunión en la mañana del día del Señor y la reunión a mitad de semana. La reunión a mitad de semana puede ser un miércoles o jueves, y cada grupo pequeño puede decidir si visitar o pastorear las demás noches. Los ancianos deberían exhortar a los santos a que se junten para orar, tener comunión, visitar y recobrar a los santos que se han vuelto atrás, fortalecer a los santos débiles, consolar a los santos desanimados y conducir a las personas a la salvación. Cada grupo puede participar de estas actividades. Cuando el número de santos en un grupo aumente, el grupo se puede separar en dos grupos nuevos.

Debería haber dos reuniones a la semana para edificar y brindarles un suministro a los santos. Estas reuniones se debieran celebrar en los salones de reunión de distrito, una en la mañana del día del Señor y la otra durante la semana. Si los ancianos no pueden dar buenos mensajes, ellos pueden coordinar conjuntamente para seleccionar algunos mensajes y digerirlos. Pueden elegir un mensaje de la revista The Ministry of the Word. Los hermanos debieran leer, digerir y tener comunión acerca del mensaje. Luego, pueden utilizar esto para impartirles un suministro a los santos el día del Señor.

Los ancianos deberían siempre tener algo que pueden suministrar a los santos. Ellos nunca deberían estar con las manos vacías. No deberíamos ser como una madre irresponsable que no considera cómo alimentar a sus hijos.

Los ancianos tienen que llevar esta responsabilidad. Cada mañana del día del Señor, cuando los santos se congreguen, los ancianos deben suministrarles “alimento” de manera apropiada. No importa cuán pobres los ancianos consideren que son, ellos siempre tienen que estar listos para abastecer y nutrir a los santos. Ésta es la manera apropiada de proceder.


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