Living Stream Ministry

III. HACER REALIDAD EL RECOBRO DEL SEÑOR

Para poner en práctica la vida de iglesia conforme a la manera ordenada por Dios, también necesitamos hacer realidad el recobro del Señor.

A. El recobro en cuanto a Cristo
y en cuanto a que Cristo sea la vida
para los creyentes con miras a la iglesia

El primer punto principal del recobro del Señor es el recobro en cuanto a Cristo y en cuanto a que Cristo sea la vida para los creyentes con miras a la iglesia (Col. 1:15-19; 3:4a; Mt. 16:16-18). Cristo es el elemento central de toda la Biblia. El cristianismo tiene el nombre de Cristo, pero la realidad de Cristo en el cristianismo de hoy se ha perdido. La situación del cristianismo actual es semejante a la de la iglesia en Laodicea, descrita en la epístola que el Señor le envió en Apocalipsis 3:14-22. Según el versículo 20, Cristo estaba afuera, a la puerta de la iglesia en Laodicea. De la misma manera, en el cristianismo de hoy se encuentra el nombre de Cristo, pero la persona y la realidad de Cristo están ausentes.

A lo largo de los siglos, especialmente desde el fin del siglo sexto, cuando el sistema papal se estableció completamente en la Iglesia Católica Romana, Cristo ha estado excluido de la iglesia. Ésta es la razón por la cual Pablo escribió el libro de Colosenses. En Colosenses 1:15-19 Pablo reveló a Cristo como Aquel que es preeminente y todo-inclusivo, Aquel que ocupa el primer lugar y llena cada pulgada de espacio en todas las cosas. Estos versículos revelan a Cristo como la centralidad y universalidad de la economía de Dios. No sólo en los escritos de Pablo, sino también en el recobro del Señor entre nosotros, desde el tiempo en que fue levantado el hermano Nee, Cristo gradualmente ha sido recobrado. En 1934 el hermano Nee nos dio una conferencia sobre la centralidad y universalidad de Cristo.

Por medio del hermano Nee también el que Cristo sea vida para nosotros fue recobrado grandemente. Ni siquiera el grupo de cristianos que buscaban más del Señor, los que eran llamados los cristianos de la vida interior, recobraron el hecho de que Cristo es la vida tanto como lo hemos hecho nosotros en el recobro actual del Señor. Así que, en los años pasados hemos recobrado el que Cristo es todo y también el que Cristo es vida para nosotros, los creyentes, con miras a la iglesia. Hemos publicado muchos libros acerca de Cristo mismo y también acerca de Cristo como nuestra vida para la iglesia. Éste es el primer punto principal del recobro del Señor.

B. El recobro en cuanto a la vida
de iglesia local

El segundo punto principal del recobro del Señor es el recobro en cuanto a la vida de iglesia local (Hch. 9:31; 14:23). El hermano Nee puso mucho énfasis en esto. En una de sus publicaciones, él dijo que había tenido un sueño en el que vio que en cada ciudad de China había una iglesia local. Esto indica cuánto el hermano Nee se había dado a la iglesia local. Aunque vio las iglesias locales en su sueño, el Señor en Su soberanía no le permitió ver el cumplimiento de ese sueño. Creo que si estuviera vivo hoy, estaría contento porque vería que hay más de mil doscientas iglesias locales en la tierra, sin contar las iglesias de la China continental. Hay cuarenta y tres iglesias locales sólo en el sur de California. Aunque varias de estas iglesias son pequeñas, todas practican la vida de iglesia local.

Esto ha hecho que algunos cristianos se pregunten cuántos pastores tenemos. A su parecer, no es posible que tengamos suficientes pastores para cuidar de todas las iglesias locales. Sin embargo, en el recobro del Señor, no carecemos de pastores; al contrario, tenemos muchos. Consideramos a todos los miembros del recobro como pastores, incluyendo a las hermanas. Si usted nunca se ha considerado como pastor, usted no está en el recobro. En el recobro no tenemos los llamados pastores que hablan, oran y hacen todo en lugar de los demás miembros de las iglesias.

Cada uno de los que están en el recobro del Señor debe considerarse un pastor. Cada santo en el recobro es un pastor de los demás, y los demás santos son pastores para él. Cada santo es un pastor que pastorea a otros, y cada santo es alguien que es pastoreado por otros. Yo le pastoreo a usted, y usted me pastorea a mí. Yo necesito su pastoreo y usted necesita el mío. Si nuestra situación no fuera así, el recobro sería lo mismo que las denominaciones. Por lo tanto, todos debemos ver que en el recobro, es decir, en las iglesias locales, todos somos pastores y todos somos pastoreados.