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Espíritu en las epístoles, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7707-2
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LAS EPÍSTOLAS DE 1 Y 2 TESALONICENSES:
EL ESPÍRITU DE LA SANTIFICACIÓN

Ahora abarcaremos 1 y 2 Tesalonicenses. El Espíritu en 1 y 2 Tesalonicenses es el Espíritu de la santificación. Hermanos y hermanas, espero que puedan ver que el tema general de las Epístolas del Nuevo Testamento es el Espíritu vivificante. En Romanos este Espíritu vivificante como Espíritu filial nos está conformando a la imagen del Hijo de Dios. En 1 Corintios, como Espíritu edificador, Él nos está edificando a todos juntos como un solo Cuerpo. En 2 Corintios, como Espíritu transformador, Él nos está transformando a nosotros que antes éramos hombres hechos del barro, a fin de hacernos oro, plata y piedras preciosas con miras al edificio. En Gálatas, en calidad de Espíritu que nos es dado para nuestro vivir, Él nos lleva a vivir por medio de Cristo y expresar a Cristo en nuestro vivir. En Filipenses Él es Aquel que nos permite experimentar a Cristo en nuestro vivir de manera práctica a fin de que experimentemos a Cristo en toda situación y en todos los asuntos, y con respecto a las situaciones, a los pecadores, a los santos y a Dios. En 1 y 2 Tesalonicenses, Él es el Espíritu de la santificación. Él nos predica el evangelio y nos lleva a recibirlo, y luego Él entra en nosotros como Espíritu de la santificación, quien constantemente nos santifica a fin de prepararnos para recibir al Cristo venidero. Estamos en el proceso de la santificación, esperando que Él nos santifique.

LA PROGRESIÓN DEL RECOBRO EFECTUADO POR DIOS
EN CUANTO A LA SANTIFICACIÓN

La santidad: ser libres del pecado

La progresión del recobro efectuado por Dios en cuanto a la verdad de la santificación es la siguiente: después de la Reforma con Lutero, transcurrió un largo período de tiempo en el cual la iglesia no consideró este asunto. No fue sino hasta el siglo XVIII que John Wesley y sus compañeros comenzaron a recalcar el asunto de la santidad. No obstante, puede considerarse que ellos recobraron sólo el término santidad, mas no la realidad de la santidad. De hecho, ellos recobraron algo erróneo. La santidad que enseñaron John Wesley y sus colaboradores requería que uno llevara una vida perfecta, sin pecado. Debido a la influencia de esta enseñanza, algunos en el cristianismo tienen el concepto de que ser santo es no tener pecado o vencer el pecado; si uno puede vencer el pecado y ser perfecto, entonces uno es considerado santo.

Más tarde, bajo esta influencia emergieron varios grupos. Por ejemplo, en el Occidente hay varias iglesias de Wesley o iglesias metodistas que fueron producidas por las enseñanzas de John Wesley. Ellos enseñan la doctrina de la santidad, que consiste en comportarse apropiadamente sin cometer errores, como lo enseñó John Wesley. La palabra metodista, derivada de la palabra método, denota a alguien cuya conducta es apropiada, regulada, ordenada, o alguien que se conduce con decoro al observar todas las normas y reglamentos. Ésta es la santidad que ellos enseñan. A partir de esto, la iglesia del Nazareno también emergió y podemos decir que sigue estrictamente las enseñanzas de John Wesley. Mucha gente cree que la mayoría de las mujeres cristianas en Norte América se enrizan el cabello, llevan maquillaje y se visten muy a la moda. En realidad, puedo decirles que en la iglesia del Nazareno, en Norte América, las mujeres son muy decorosas y evitan ponerse maquillaje y ropa a la moda. Tal es su santidad. La señora Cowman, quien escribió el libro titulado Streams in the Desert, y su esposo fundaron la Sociedad Misionera del Lejano Oriente y trabajaron mayormente en Japón. Su obra principalmente consistía en ayudarles a las personas a ser santas. Por tanto, la iglesia establecida por la Sociedad Misionera del Lejano Oriente en Japón es llamada la Iglesia de la Santidad. Esta Iglesia de la Santidad se propagó por Japón y llegó a Taiwán, en donde fue llamada la Iglesia Santa. Tanto la Iglesia Santa en Taiwán como la Iglesia de la Santidad en Japón surgieron por la obra de la Sociedad Misionera del Lejano Oriente, la cual predica principalmente la santidad según lo enseñó John Wesley.

La santificación posicional: ser separados

Un siglo después, en 1828, surgieron los Hermanos Británicos, los cuales representan un gran recobro en cuanto a la verdad y el estudio de las Escrituras. A partir de las Escrituras, ellos aprendieron que el significado de la palabra santidad no da énfasis a la pureza, sino a la separación. Ellos señalaron que la santificación referida en muchos pasajes de la Biblia no tiene ninguna relación con el hecho de ser sin pecado o sin maldad. Antes bien, principalmente se relaciona con el hecho de ser separado. Por ejemplo, en Mateo 23 el Señor Jesús dijo que el templo podía santificar el oro (v. 17). El oro antes estaba guardado en las tiendas o en las casas, por lo cual era común y no santo, pero cuando traían el oro al templo, el templo santificaba el oro. Si la santidad denota ser sin pecado, ¿acaso entonces tiene pecados el oro que está en las tiendas? Esto nos muestra que aquí no hay ninguna noción de pecado. Por consiguiente, ser santificado es ser separado; todo lo que es separado para Dios es santificado. El Señor Jesús también dijo que el altar santifica los bueyes y las ovejas que se sacrifican sobre él (v. 18). Antes, un buey o una oveja estaban en la manada, o rebaño, y eran comunes, no santos; sin embargo, ahora han sido separados y ofrecidos sobre el altar. El altar los separa y santifica. ¿Puede un buey o una oveja tener pecados? No, no pueden. Son comunes, pero no necesariamente tienen pecados. Además, en 1 Timoteo 4 Pablo dice que el alimento que comemos por la intercesión es santificado. ¿Pueden tener pecados la leche y el pan? No; no obstante, cuando la leche y el pan están sobre la mesa, éstos son comunes si no están incluidos en las oraciones de los cristianos. Una vez que son cubiertos por las oraciones de los cristianos, la leche y el pan son separados, santificados.


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