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Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-251-2
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NOTAS DEL MENSAJE UNO

UN VIVIR QUE PROCEDE DEL ESPIRITU SANTO
Y QUE ES MEDIANTE EL ESPIRITU HUMANO

Lectura bíblica: Ro. 8:2, 4; Gá. 5:16, 25

DOS CLASES DE REUNIONES

Esta vez el Señor nos ha guiado a tener varias semanas de reuniones semanales de conferencias especiales. Debido a esto, mi espíritu está saltando. Estoy especialmente contento al ver tantos jóvenes asistiendo a estas reuniones. En octubre de 1984 en Taiwán fuimos guiados por el Señor a ver cómo deberían reunirse los cristianos. En aquel entonces el Señor abrió a nosotros todos los versículos en el Nuevo Testamento que se refieren al asunto de las reuniones cristianas. Hicimos un estudio cabal de esta cuestión. Como resultado, el Señor nos mostró que al principio de la economía de Dios del Nuevo Testamento, es decir, al principio de la época del Nuevo Testamento, el Espíritu Santo guió al primer grupo de cristianos, los que fueron recién salvos en el Pentecostés, a que tuviesen dos clases de reuniones. Por una parte, tenían las reuniones grandes, y por otra tenían las reuniones pequeñas en las casas. Las reuniones grandes las tenían en público mientras que las reuniones pequeñas se conducían de casa en casa (Hch. 2:46). Al principio de los Hechos, los creyentes tenían las reuniones grandes así como las reuniones de casa en casa. Ninguna casa era exceptuada o excluida.

LAS REUNIONES GRANDES Y LAS REUNIONES PEQUEÑAS

Hablando con propiedad, no es fácil tener las reuniones grandes. La razón es que no todos son dotados ni tienen la capacidad espiritual de conducir una reunión grande. En el día de Pentecostés, los dirigentes eran Pedro, Jacobo y Juan. Pero según el relato en los Hechos, parece que sólo Pedro tomó la iniciativa en las reuniones grandes. Sin embargo, en las reuniones pequeñas en casa no se necesitan los “gigantes” espirituales. Para usar una ilustración, las reuniones grandes son como el preparar una fiesta grande; no todos pueden hacer semejante preparación. Pero las reuniones pequeñas en casa son como la cocina casera; todos lo pueden hacer, y hablando en comparación, es más fácil que preparar una gran fiesta. Por otro lado, es más sencillo tener una reunión grande. Mientras ustedes tengan un gigante espiritual, pueden tener semejante reunión. Sin embargo, las reuniones en casa no son tan sencillas. Si usted está solo, puede que se satisfaga con comida quemada o cruda. Pero, si otros están con usted, no sería adecuado que les ofreciera esta clase de comida. Para una gran fiesta sólo se necesitan ocupar unos pocos cocineros buenos con unos pocos ayudantes, y tendrán muchos platos deliciosos. Pero no es fácil que todas las casas tengan esa misma clase de cocción.

UN PANORAMA HISTORICO DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS

En el tiempo de Pentecostés, había reuniones grandes y reuniones pequeñas. Los creyentes se reunían en todas las casas. Esto era un mover de Dios totalmente nuevo. Todo el mover de Dios es perfecto y completo. Pero tan pronto como cae en las manos del hombre, hay degradación y regresión. Por el relato de la Biblia y por la historia, podemos ver que la manera en que se reúnen los cristianos siempre ha ido con rumbo hacia abajo. En el libro de los Hechos tenemos el mover creador de Dios. Esto fue un comienzo iniciado por el Espíritu Santo. En este comienzo había reuniones grandes y reuniones pequeñas, y el nivel estaba alto. Pero gradualmente había una tendencia a la baja. Antes del final del primer siglo y el principio del segundo siglo, el énfasis había cambiado. Prácticamente no se prestó más atención a las reuniones pequeñas, y toda la atención se prestó a las reuniones grandes.

Cuando las reuniones grandes se hicieron prevalecientes, los estudiantes de teología fueron forzados a surgir. Esto es porque sin estos estudiantes de teología, nadie podría predicar, y si nadie pudiera hablar en público, las reuniones grandes no podrían mantenerse. Por esta razón muchos estudiantes de teología y predicadores fueron producidos. Esto corresponde exactamente al concepto natural y al camino de organización. Desde entonces, las reuniones grandes comenzaron a reemplazar las reuniones pequeñas, y gradualmente un sistema del clero-laico tal como aquél en el cristianismo de hoy empezó a existir.

En el tiempo de la Reforma, Martín Lutero no tocó este asunto. El vio sólo un aspecto de la verdad. Dos siglos después de Lutero, en el tiempo del conde Zinzendorf y los hermanos moravos, se abordó el asunto de las reuniones de la iglesia. Podríamos decir que éste fue el principio del recobro de la vida de la iglesia en el recobro del Señor. Sin embargo, en aquel entonces no vieron la importancia de las reuniones pequeñas en casa. Pasó otro siglo, y en el siglo diecinueve los Hermanos fueron levantados por el Señor en Inglaterra. Ellos estuvieron más avanzados que Zinzendorf en el asunto del recobro de la práctica de la vida de la iglesia. Pero si ustedes leen la historia y los escritos de los Hermanos, no encontrarán mucha evidencia de que ellos dieran énfasis al reunirse de casa en casa. La mayoría de sus reuniones las tenían en sus salas de reuniones.

Hace sesenta años, cuando el Señor nos levantó en la China, vimos algo con respecto a las reuniones en casa, pero lo que vimos al principio no era mucho. No fue sino hasta muchos años después que vimos la importancia de este asunto. Sin embargo, mientras estábamos en el continente de la China, había muy poca práctica de las reuniones en casa. La iglesia en Shanghái no se subdividió en dos reuniones “en casa” sino hasta el año 1934. Aunque el término indica algo semejante a una reunión en casa, en realidad las dos reuniones estaban en dos distritos diferentes de Shanghái. Una estaba en Hu-si, y la otra en Jia-bei. Entre la Casa Uno en Hu-si y la Casa Dos en Jia-bei había un viaje en tranvía de más de una hora. En aquel entonces nos reuníamos cada dos semanas en las dos “casas”. Pero en realidad no podían considerarse como dos reuniones en casa; sólo podía considerarse como dos salas de reuniones en dos distritos diferentes de Shanghái. No eran reuniones en casa.

Cuando fuimos a Taiwán, tuvimos cierto progreso. No sólo teníamos las salas de reuniones en cada distrito, sino que bajo toda sala de reuniones teníamos los grupos pequeños. Sin embargo, todavía no habíamos transferido los grupos pequeños a las casas. Algunos grupos pequeños empezaron con reuniones en las casas, pero gradualmente también se mudaron a escuelas u otras instalaciones más grandes. No existía la práctica seria de reunirse en las casas. y en menos de diez años hasta esta clase de reunión de grupos pequeños gradualmente se deterioró. Antes de octubre del año pasado, no había ni un grupo pequeño.


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