Espíritu en las epístoles, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7707-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7707-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Muchos cristianos han desatendido este asunto. Hay un versículo en la Biblia que ha sido ignorado por la mayor parte de los cristianos, el cual es 1 Corintios 15:45: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante”. Todos saben que 1 Corintios 15 es un capítulo muy importante que trata en particular del tema de la resurrección. Todos le ponemos atención al asunto de la resurrección, pero no notamos lo que se establece en el versículo 45. No nos imaginamos que este enunciado sea el tema de todas las Epístolas del Nuevo Testamento. El tema general de más de veintisiete epístolas de todo el Nuevo Testamento, desde el libro de Romanos e incluyendo las siete epístolas del libro de Apocalipsis, es el Espíritu vivificante.
Los cuatro Evangelios tratan sobre Cristo, quien es la Palabra de Dios, y las Epístolas tratan sobre Cristo, quien es el Espíritu vivificante. En los Evangelios el Señor Jesús es la Palabra; en las Epístolas Él es el Espíritu. La Palabra se nos da para que la entendamos, aprehendamos, conozcamos y captemos. El Espíritu se nos da para que lo experimentemos, disfrutemos y toquemos. La Palabra tiene como objetivo la revelación, y el Espíritu tiene como objetivo la vida. El primer paso que el Señor Jesús dio en el Nuevo Testamento fue venir en calidad de Palabra a fin de explicar y revelar a Dios, a quien necesitamos entender, aprehender, conocer y asimilar. Luego, el siguiente paso fue que Él se hizo el Espíritu, a quien necesitamos experimentar y disfrutar como nuestra vida. Él es la Palabra que nos da revelación y Él es el Espíritu que nos da vida. Los cuatro Evangelios hablan de que Él es la Palabra, y las Epístolas hablan de que Él es el Espíritu. En este entrenamiento queremos ver el Espíritu en las Epístolas.
Entre los Evangelios y las Epístolas está el libro de Hechos, el cual es un puente que nos lleva de una ribera a otra. Los Evangelios están en esta ribera, las Epístolas están en la otra ribera, y Hechos está en medio fungiendo de puente. El Señor Jesús era la Palabra de Dios, pero ahora Él ha llegado a ser el Espíritu vivificante. En los Evangelios Él es la Palabra, pero después de cruzar el puente del libro de Hechos, en la ribera de las Epístolas Él es el Espíritu.
El Señor dijo: “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63b). Las palabras deben llegar a ser el Espíritu para que sean nuestra vida. Este principio aún existe hoy. Al escuchar los mensajes, estudiar la Biblia y leer libros espirituales, recibimos las palabras del Señor. Estas palabras, sin embargo, deben llegar a ser el Espíritu a fin de que sean vida para nosotros.
Aquí debemos percatarnos de que en Su resurrección Él entró en gloria. Él entró en la gloria antes de Su ascensión; es decir, cuando Él fue resucitado, Él fue glorificado. Muchos cristianos piensan que el Señor Jesús primero ascendió a los cielos y que luego fue glorificado; éste es un concepto erróneo. Antes bien, Él fue glorificado en el momento mismo que resucitó. Lucas 24:26 dice: “¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en Su gloria?”. Por consiguiente, tan pronto como Él resucitó, Él fue glorificado. Queridos hermanos y hermanas, noten que Él llegó a ser el Espíritu vivificante cuando entró en la gloria. En Su encarnación Él era un hombre, la descendencia de David. Sin embargo, por medio de Su muerte y resurrección, Él ha llegado a ser el Espíritu. Antes de Su resurrección, Él era un hombre en la carne; después de Su muerte y resurrección, Él es el Espíritu.
Aquí hay una pregunta crucial. Dios es Espíritu. Luego un día este Dios que es Espíritu se encarnó para ser un hombre, y pasó por la muerte y la resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante. Quisiera preguntarles: ¿son el Espíritu de Dios y el Espíritu vivificante dos Espíritus? No, ellos siguen siendo un solo Espíritu, pero Sus elementos son diferentes. Ellos son un mismo y solo Espíritu, pero en una etapa el Espíritu es el Espíritu de Dios, y en otra etapa Él es el Espíritu vivificante, el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo. Por ejemplo, si sumerjo un pañuelo blanco en un tinte azul y lo saco después de cinco minutos, sigue siendo el mismo pañuelo, pero ahora se ha convertido en un pañuelo azul. El pañuelo blanco y el pañuelo azul no son dos pañuelos; es un solo pañuelo en dos etapas. En la primera etapa el pañuelo es blanco, y en la última etapa el pañuelo es azul. En la primera etapa tenía menos elementos; en la última etapa tiene más elementos. En la misma manera, el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jesús es un mismo Espíritu en dos etapas. Originalmente Él era el Espíritu de Dios, pero después de la encarnación, muerte y resurrección del Señor, el Espíritu de Dios llegó a ser el Espíritu vivificante.
La segunda pregunta es: ¿en la primera etapa se hallaba vida en el Espíritu de Dios? Sí, se hallaba. Pero ¿en la primera etapa podía el Espíritu de Dios dar vida? No, Él no podía. Así pues, en la primera etapa el Espíritu de Dios era el Espíritu de vida, mas Él no podía dar vida. ¿Por qué? Es porque el Señor no había pasado por la muerte y la resurrección. Aquí es necesario dar una explicación adicional. La muerte y la resurrección involucran dos asuntos. Primero, la muerte y la resurrección dieron solución a todos los problemas entre nosotros y Dios, tales como nuestros pecados, la carne, el mundo y Satanás, quien siempre nos está obstaculizando y perturbando detrás de las escenas. Dios quiere darnos vida, pero nosotros somos perversos y corruptos, y también están el mundo y los obstáculos de Satanás. Por tanto, Dios primero tiene que remover estas cosas. La muerte del Señor resolvió estos problemas por nosotros. Además de esto, también sabemos que cualquier vida que le es dada al hombre debe primero ser liberada. Por esto, Juan 12:24 dice: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. El grano de trigo tiene vida, pero si no pasa por la muerte y brota de nuevo, no puede impartir la vida en muchos granos.
Por consiguiente, queridos hermanos y hermanas, antes de la encarnación, muerte y resurrección del Señor, Él era la vida y en Él estaba la vida, aun así Él no podía dar vida. Pero cuando Él removió todos los problemas que existían entre nosotros y Dios, y cuando liberó la vida que estaba en Él al pasar por la muerte y la resurrección, entonces Él llegó a ser un Espíritu vivificante.
Ahora ya no nos hallamos en los Evangelios, sino que hemos llegado a las Epístolas. Hemos abarcado el Antiguo Testamento y los Evangelios y también hemos cruzado el puente, Hechos. No estoy hablando de estas cosas de una manera descuidada. Al estudiar la Biblia, es necesario seguir la línea de ésta. Hechos 1 y 2 hablan acerca del Espíritu Santo, y el capítulo 16 también se refiere al Espíritu Santo (v. 6); pero inmediatamente después de referirse al Espíritu Santo, hace un cambio al Espíritu de Jesús (v. 7). En Hechos 16 aparece el título el Espíritu de Jesús. ¿Quién es el Espíritu de Jesús? El Espíritu de Jesús es el Espíritu Santo y el Espíritu de Dios. Pero hablando con propiedad, el Espíritu de Dios ya estaba antes de la muerte y resurrección del Hijo de Dios, mientras que el Espíritu de Jesús vino a existir después que el Hijo se había hecho carne, había pasado por la muerte para hacerse cargo de los pecados del hombre y había sido resucitado para liberar Su vida. Esto se asemeja al ejemplo que dimos antes. El pañuelo azul es el pañuelo blanco del principio; en ese entonces el pañuelo blanco no tenía el elemento del color azul, pero ahora sí. El Espíritu de Jesús es el Espíritu de Dios, pero alabado sea el Señor, ahora no nos encontramos en el Antiguo Testamento, ni en los Evangelios, ni en el libro de Hechos. Antes bien, estamos en las Epístolas, las cuales hablan acerca del Dios Triuno, quien se hizo carne y pasó por la muerte y la resurrección en el Hijo mediante el Espíritu, el cual ahora es el Espíritu vivificante.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.