Lecciones acerca de la oraciónpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1502-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-1502-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Ezequiel 36:37 dice: “Así dice el Señor Jehová: Además, acerca de esto seré consultado por la casa de Israel, para que les haga esto; multiplicaré sus hombres como un rebaño”.
Jeremías 29:10-14 dice: “Porque así dice Jehová: Cuando se hayan cumplido setenta años para con Babilonia, Yo os visitaré y estableceré Mi buena palabra de haceros volver a este lugar. Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, declara Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros un porvenir y una esperanza. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a Mí, y Yo os escucharé; y me buscaréis y me hallaréis, si me buscáis de todo corazón; y seré hallado por vosotros, declara Jehová. Y os haré volver de vuestra cautividad, y os juntaré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé, declara Jehová, y os haré regresar al lugar de donde os envié al destierro”.
Hemos visto el significado de la oración; ahora abordaremos el tema de los principios que rigen la oración. Precisaremos los diez principios más importantes que rigen la oración. Una buena oración, una oración de valor, una oración que esté al nivel de la norma, debe conformarse a estos principios.
En cuanto a los principios que rigen la oración, primeramente tenemos que ver que la oración no debe ser iniciada por el hombre, sino por Dios. Cualquier oración, incluso la confesión de pecados ante Dios, debe ser el resultado de la operación de Dios en nosotros. Cuando oramos confesando nuestros pecados ante Dios, pareciera que estamos confesando nuestros pecados a Dios por nosotros mismos, pero de hecho es Dios dentro de nosotros el que inicia tal oración. Si el Espíritu Santo no operara en nosotros, no podríamos acercarnos a Dios para confesar nuestros pecados. Cuando alguien se presenta ante Dios para confesar sus pecados, es porque el Espíritu ha iniciado esto en él, instándole, animándole y haciendo que esté consciente de sus ofensas y de la necesidad de confesarlas. De hecho, toda oración que hagamos debe ser iniciada por el Espíritu de Dios.
Si examinamos todas las experiencias en cuanto a la oración, descubriremos que cada experiencia digna de considerarse como una oración ante Dios nunca es iniciada por el hombre en sí mismo, sino por el Espíritu Santo dentro del hombre. Toda oración que sea iniciada por el hombre mismo no concuerda con este principio. Éste es un asunto muy serio. A menos que nuestras oraciones sean iniciadas por Dios desde nuestro interior, ni usted ni yo podremos ofrecer una oración que sea aceptable ante Él, ni una oración que pueda tocar Su intención e incluso Su trono. Por tanto, hablando en un sentido estricto, toda oración que no sea iniciada por Dios desde el interior del hombre, sino que sea meramente iniciada por el hombre, ante Dios no es digna de considerarse como una verdadera oración. Si mantenemos presente este principio, seremos corregidos y adiestrados en cuanto a la oración en sobremanera.
Una oración que está al nivel de la norma es aquella oración en la que Dios pasa a través de ella. La oración no sólo es iniciada por Dios, sino que además Dios pasa a través de ella. Cuando oramos, Dios pasa a través de nosotros y a través de nuestra oración.
Esto es semejante a una persona que habla ante un micrófono. La electricidad pasa a través de sus palabras. Está pasando la electricidad a través del sonido que escuchan las personas que están sentadas a cierta distancia. Si él no utilizara un micrófono, su hablar consistiría sólo en palabras que carecen de la electricidad que debiera pasar a través de ellas. En cierto sentido, esto mismo sucede con nuestras oraciones. A veces aparentemente nos presentamos ante Dios para orar, pero en realidad somos sólo nosotros los que estamos orando, es decir, Dios no está pasando a través de nosotros. Pero también hay otras ocasiones en las que tenemos un sentir profundo de que Dios está en cada frase que oramos; es decir, que Dios realmente está pasando a través de nuestro ser. Normalmente, cuando estamos en tales condiciones, decimos que nuestra oración ha tocado a Dios, o que ha llegado a Su presencia. Pero esto no describe con precisión tal experiencia. Sería más exacto decir que Dios ha pasado a través de nuestra oración y a través de nuestro ser. Hermanos y hermanas, por favor consideren sus experiencias anteriores. Verán que todas sus oraciones que tuvieron verdadero valor ante Dios fueron aquellas en las que Dios pasó a través de ustedes: la esencia de Dios, incluso Dios mismo, estaba presente en tales oraciones, fluyendo a través de éstas, y a través de todo su ser.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.