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Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-1-57593-811-0
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CAPITULO UNO

EL CUADRO DE LA VIDA
EN GENESIS 1

Lectura bíblica: Gn. 1:1-31

LA TIERRA SE VUELVE DESIERTA Y VACIA

Hablando con propiedad, Génesis 1 no es una crónica de la creación. Este es un concepto erróneo. Génesis 1 es una crónica de la vida. Cuando yo era joven, me enseñaron que el versículo 1 era el tema de todo el capítulo. Pero el versículo 2 empieza con la conjunción “y”. Esta conjunción comprueba que el versículo 1 no es el tema del relato, sino solamente el comienzo. El versículo 1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. El versículo 2 continúa: “Y la tierra quedó desierta y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas” (heb.). La palabra hebrea traducida “quedó” es la misma palabra que se usa en Génesis 19:26, donde dice que la esposa de Lot se volvió columna de sal. La esposa de Lot era una mujer, pero se convirtió en otra cosa. La tierra fue creada originalmente por Dios y El le dio buena forma, pero perdió su forma y quedó desierta y vacía. Isaías 45:18 nos dice que Dios no creó la tierra “en vano”. La palabra hebrea traducida “en vano” es la misma palabra traducida “desierta” en Génesis 1:2. Dios no creó la tierra como desierta, sino que se volvió desierta. Esto se debe a la rebelión de Satanás, la cual consta en Isaías 14 (vs. 9-14) y Ezequiel 28 (vs. 12-18). Debido a la rebelión de Satanás, todo el universo fue juzgado por Dios, y mediante ese juicio la tierra quedó desierta y vacía.

En Génesis 1:2 hay cuatro palabras que describen la desolación de la tierra bajo el juicio de Dios: desierta, vacía, tinieblas, y abismo. La tierra quedó desierta y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. En la superficie de la tierra estaba el abismo, y en la faz del abismo, las tinieblas. Esto nos dice que no había vida allí, sólo la muerte. Esto es un cuadro de la muerte: la tierra se vuelve desierta y vacía y las tinieblas están sobre la faz del abismo.

EL ESPIRITU QUE SE CERNIA

Con este fondo de muerte, las Escrituras añaden: “Y el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas”. La palabra traducida “cernerse” es la misma palabra traducida “revolotear” en Deuteronomio 32:11. Este versículo dice que Dios es como un águila que extiende sus alas y revolotea sobre sus polluelos. El Espíritu de Dios se cernía, extendiendo Sus alas sobre el entorno de muerte con miras a producir vida. Las gallinas empollan para producir seres vivientes. En la Biblia el Espíritu de Dios se menciona por primera vez como el Espíritu que se cernía, lo cual indica que Génesis 1 no es simplemente un relato de la obra creadora de Dios sino una crónica de la vida. El Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas de muerte con el fin de producir vida.

LA OBRA DE DIOS DE RESTAURAR
Y DE CREAR ALGO MAS PARA PRODUCIR VIDA

El versículo 3 dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. La luz viene para producir la vida. Donde se encuentra la oscuridad, allí está la muerte. Donde se halla la luz, allí está la vida. En Génesis 1 la luz vino principalmente para producir la vida, no para crear. Génesis 1 no es principalmente una narración de la creación, sino una crónica de la vida. El versículo 4 dice: “Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas”. La razón por la cual Dios separó la luz de las tinieblas fue producir la vida. Cuando fuimos salvos, la luz divina entró en nosotros y aquella luz cumplió una obra de separación, o sea división. Lo que pertenece a la luz fue separado de lo que pertenece a las tinieblas. La luz viene para traer vida, y esta luz divide, o separa, las cosas positivas de las cosas negativas. El versículo 5 dice: “Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”. Ahora contamos los días de la mañana a la tarde, pero la Biblia cuenta los días de la tarde a la mañana. La manera bíblica es mejor que la manera humana. Los hombres cuentan de la mañana a la tarde, pero la Biblia cuenta de la tarde a la mañana. Era la tarde, pero ahora es la mañana. Estaban las tinieblas pero ahora hay luz. Estaba allí la muerte, pero ahora hay vida.

Los versículos del 6 al 8 narran lo que pasó en el segundo día: “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos”. La palabra traducida “expansión” significa un espacio lleno de aire, el cual separa las aguas debajo de la expansión de las aguas que están arriba de ella para producir la vida. Primero, la luz fue separada de las tinieblas, y luego el aire separó las aguas debajo de la expansión de las aguas que estaban arriba de ella. Anteriormente, las aguas debajo y las aguas arriba estaban unidas, pero el aire las separó, no con el fin de crear sino de producir la vida.

El tercer día, se dio un tercer paso de separación. Todas las aguas fueron juntadas en un solo lugar y la tierra seca apareció (v. 9). Fue necesario juntar todas las aguas para que la tierra saliera de las aguas de muerte. El fin del primer paso fue separar la luz de las tinieblas. El fin del segundo fue separar las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que estaban sobre ella. Luego el tercer paso separó la tierra de las aguas que estaban debajo de la expansión. La luz, el aire, y la tierra tienen como fin producir la vida. Después de los tres pasos de separación, las diferentes formas de vida surgieron de la tierra. El versículo 11 menciona la hierba verde, la hierba que da semilla y los árboles. En la vida vegetal, la hierba verde es la forma inferior, y los árboles la forma superior. La hierba verde, la hierba que da semilla y los árboles son diferentes clases de vida vegetal o plantas, la vida sin consciencia de sí.

Se necesitaba una vida superior, la cual estaba consciente de sí. Como resultado, una luz superior se requería. Sin luz superior, no puede existir una vida superior. Por consiguiente, el cuarto día la luz llegó a ser más substancial. Había dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche (v. 16). Además de las dos lumbreras tenemos las estrellas. En el cuarto día la luz se intensificó. La luz del cuarto día es para una vida superior.

En el quinto día, llegó a existir una vida superior, la cual estaba consciente de sí, a saber, la vida animal de las aguas de muerte y la vida que volaba en el aire (vs. 20-21). La vida que puede moverse en el aire es una vida trascendente y es superior a la vida que habita las aguas de muerte.

En el sexto día la tierra produjo todos los seres vivientes. Estos seres pertenecen principalmente a tres categorías: el ganado, los animales que se arrastran y las bestias (1:24). El sexto día Dios hizo las formas de vida superiores entre la vida animal. También el sexto día llegó a existir la vida aún más superior, es decir, la vida humana. Primero hubo la vida vegetal, luego la vida animal y finalmente la vida humana. La vida humana no sólo está consciente de sí, sino que también posee la imagen de Dios, la semejanza de Dios, y ha sido encomendada con la autoridad de Dios (Gn. 1:26). La vida creada superior es la vida humana. Finalmente, en Génesis 2 se revela la vida que es superior a todas, y ésta es la vida divina (v. 9).

En la obra de Dios de restaurar y de crear algo más en el universo, todo lo que Dios llamó a existir fue declarado “bueno”. El primer día “vio Dios que la luz era buena” (Gn. 1:4). El tercer día, la tierra seca apareció y de esa tierra surgió la vida vegetal. Dios también dijo que era buena. La tierra que surgió de las aguas de muerte era un tipo de Cristo en resurrección. Así como la tierra apareció el tercer día, también Cristo resucitó el tercer día de las aguas de muerte, y todos los aspectos de vida surgieron del Cristo resucitado. El cuarto día, el sol, la luna y las estrellas llegaron a ser visibles, y Dios vio que esto era bueno. En el quinto día, la vida animal llegó a existir. Dios no sólo dijo que esto era bueno, sino que también bendijo los animales para que fuesen fructíferos y se multiplicaran. Finalmente en el último versículo de Génesis 1 “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Con todas las demás cosas creadas, Dios sólo vio que eran buenas. Al final de Génesis 1, Dios dijo “muy bueno” porque allí estaba el hombre. El hombre es un ser muy bueno en la obra creadora de Dios porque el hombre es el centro de la creación. Dios dijo que era “muy bueno” porque para aquel entonces había obtenido un hombre que cumpliera Su propósito por la vida y en la vida.


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