Información del libro

Espíritu y el cuerpo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4516-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 21 Sección 2 de 4

EL SIGNIFICADO DE LAS ESPECIAS

Ahora examinemos las especias más detalladamente. Éxodo 30:23 dice: “Tomarás especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos, y de canela aromática, la mitad, esto es, doscientos cincuenta; de cálamo aromático, doscientos cincuenta”. La cantidad de la primera especia, mirra, era de quinientos siclos. Sin embargo, la cantidad de la segunda y tercera especias, la canela y el cálamo, era solamente de doscientos cincuenta siclos cada una. Al juntar éstas dos, vemos que la canela y el cálamo conformaban una cantidad completa de quinientos siclos. Luego, al igual que la mirra, la cantidad de casia, la cuarta especia, era de quinientos siclos. Estas tres unidades completas de quinientos siclos representan al Dios Triuno, y el hin de aceite de oliva representa al Dios único. Por lo tanto, en este compuesto vemos a tres en uno y a uno en tres.

La segunda de las tres unidades completas de quinientos siclos estaba dividida en dos. Esto hace referencia al hecho de que el Hijo, el segundo de la Deidad, fue partido en la cruz. Por lo tanto, el hecho de que la segunda unidad de quinientos siclos fuera dividida en dos alude a la muerte de Cristo. El número cuatro de las cuatro especias alude a la humanidad de Cristo. En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, y el Verbo se hizo carne (Jn. 1:1, 14). Esto indica que el Dios Triuno está íntimamente relacionado con la humanidad. Cuando el Verbo se hizo carne, el Dios Triuno llegó a tener un vínculo muy estrecho con la humanidad. El Dios Triuno estaba estrechamente relacionado con el hombre Jesús. Luego, en el tiempo señalado, Cristo, el segundo de la Trinidad, fue crucificado, fue partido, fue muerto.

La mirra representa la dulzura de la muerte de Cristo, y la canela representa la dulce eficacia de Su muerte. La muerte de Cristo es dulce y a la vez eficaz. En este ungüento compuesto no sólo tenemos divinidad y humanidad, sino también la dulce muerte de Cristo y la eficacia de la muerte de Cristo. Eso significa que cuando recibimos este ungüento, en éste se encuentra la eficacia de la muerte de Cristo. El cálamo es una especie de junco que crece muy erguido hacia el cielo en medio de una tierra pantanosa. Esto ciertamente alude al poder de la resurrección de Cristo, puesto que Cristo resucitó del pantano de la muerte y se levantó erguido hacia el aire celestial. Él era el verdadero cálamo. La casia representa el olor del poder de la resurrección del Señor. Según algunos lexicones, en la antigüedad la casia no se usaba solamente como una especia, sino también como un repelente para ahuyentar los insectos y las serpientes. Satanás, la serpiente, le teme a la resurrección de Cristo.

EL UNGÜENTO COMPUESTO ES UN CUADRO
DEL ESPÍRITU COMPUESTO

En este ungüento compuesto tenemos al Dios Triuno, representado por los números uno y tres, y también la humanidad, representada por el número cuatro. Asimismo tenemos la muerte de Cristo, la eficacia de la muerte de Cristo, la resurrección de Cristo y el olor del poder de la resurrección de Cristo. Este ungüento compuesto es un cuadro del Espíritu compuesto de hoy. Antes de la crucifixión y resurrección del Señor, el Espíritu de Dios no era un compuesto. Sólo tenía divinidad, y ningún otro elemento. Sin embargo, después de la resurrección del Señor, este Espíritu de Dios llegó a ser un compuesto que incluía humanidad, la muerte de Cristo, la resurrección de Cristo, la eficacia de la muerte de Cristo y la eficacia de Su resurrección. Todos estos elementos se mezclaron hasta formar el ungüento que hoy es el Espíritu de Cristo. Antes de la resurrección de Cristo, el Espíritu de Dios ya existía, mas no el Espíritu de Cristo. El Espíritu de Cristo llegó a existir como tal inmediatamente después de la resurrección del Señor. Después que Jesús fue crucificado y resucitado, el Espíritu compuesto fue producido. En otras palabras, el día de la resurrección de Cristo, el Espíritu de Dios llegó a ser el Espíritu de Cristo. El Espíritu de Cristo contiene muchos elementos, a saber: divinidad, humanidad, la eficacia de la muerte de Cristo y el poder de la resurrección de Cristo.

LA EFICACIA DE LA MUERTE DE CRISTO
SE HALLA EN EL ESPÍRITU

Un día en 1954, mientras hablaba a la iglesia en Hong Kong, compartí una palabra acerca de la necesidad de considerarnos muertos. Les dije a las personas que en el pasado yo había practicado mucho esto, pero que cuanto más muerto me consideraba, más vivo estaba. Si no nos consideráramos muertos, el yo probablemente estaría allí latente. Pero en cuanto tratamos de considerarnos muertos, el yo latente de inmediato se activa. Por lo tanto, la práctica de considerarnos muertos no nos ayudó, y lo único que logró fue activar nuestro yo latente. Les dije a los hermanos en aquella reunión que lo que necesitamos no es considerarnos muertos, puesto que la verdadera eficacia de la muerte de Cristo se halla hoy en el Espíritu. Únicamente experimentamos la muerte de Cristo cuando estamos en el Espíritu. Si no estamos en el Espíritu, esta práctica no funcionará, aunque tratemos de implementarla con toda seriedad. La eficacia de la muerte de Cristo no se halla en la práctica de considerarnos muertos, sino en el Espíritu todo-inclusivo.

Muchos cristianos han encontrado ayuda en el libro La vida cristiana normal, escrito por el hermano Nee. En este libro el hermano Nee incluye un capítulo acerca de la práctica de considerarnos muertos. Sin embargo, los mensajes en este libro fueron dados en la etapa inicial del ministerio del hermano Nee. En aquel tiempo, él les dijo a las personas que debían considerarse muertas. Sin embargo, posteriormente en uno de sus mensajes dijo muy enfáticamente que la muerte en Cristo mencionada en Romanos 6, únicamente se experimenta cuando estamos en el Espíritu, el cual se menciona en el capítulo 8. Sin Romanos 8 no es posible experimentar Romanos 6. Él señaló que el hecho de haber sido crucificados juntamente con Cristo, según se menciona en Romanos 6, sólo puede experimentarse por medio del Espíritu, el cual se menciona en Romanos 8. Yo he podido comprobar esto en mi experiencia.

La eficacia de la muerte de Cristo se halla en el Espíritu. Este Espíritu es semejante a una dosis todo-inclusiva de medicina. Algunas medicinas son todo-inclusivas, pues contienen algunos elementos que nos nutren y otros elementos que eliminan los microbios. El Espíritu todo-inclusivo es una dosis todo-inclusiva. Si recibimos a este Espíritu todo-inclusivo, éste nos sanará, no importa cuál sea nuestra enfermedad. En este Espíritu se hallan el elemento nutritivo y el elemento aniquilador. El poder aniquilador de la muerte de Cristo se halla hoy en el Espíritu todo-inclusivo.

Aunque, basado en mi experiencia, empecé a hablar de esto en 1954, en ese entonces aún no había recibido ninguna luz al respecto en la Biblia. Sin embargo, un día mientras consideraba Éxodo 30 la luz vino. Pude ver que la mirra, que representa la muerte de Cristo, fue añadida al Espíritu. El Espíritu de Cristo hoy ya no contiene simplemente aceite, sino que es el ungüento. No tenemos simplemente aceite, sino un ungüento compuesto. El aceite de oliva era muy sencillo, pues sólo contenía un solo elemento, la divinidad; en cambio, en el ungüento compuesto tenemos muchos elementos, tales son: la divinidad, la humanidad, la muerte y la resurrección. Todo lo de Cristo, todo aquello por lo cual pasó, y todo lo que Él obtuvo y logró, han sido añadidos a este Espíritu todo-inclusivo. La Biblia dice: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante” (1 Co. 15:45). Esto significa que todo lo del Dios Triuno más la humanidad, la muerte de Cristo y la resurrección de Cristo, fue añadido a este Espíritu vivificante. Por consiguiente, el Espíritu vivificante es un Espíritu compuesto. En este Espíritu vivificante tenemos la divinidad, la humanidad, la eficacia de la muerte de Cristo y el poder de Su resurrección.

Por experiencia usted puede testificar que cuando el Espíritu vivificante se mueve en su interior, por un lado, usted se siente nutrido, pero por otro, algo dentro de usted es aniquilado. ¿No aniquila el Espíritu vivificante algo dentro de usted? Por supuesto que sí. Supongamos que cierto hermano discute con su esposa. Esta discusión tiene que ser aniquilada, y lo único que puede aniquilarla es la eficacia de la muerte de Cristo, la cual se halla en el Espíritu vivificante. En el Espíritu vivificante se halla el poder aniquilador. Hermanas, ¿no han experimentado ustedes que su mal genio es aniquilado muchas veces? Si me hicieran la misma pregunta, yo diría que mi yo es aniquilado prácticamente durante todo el día. Mi obstinado yo necesita ser aniquilado una y otra vez.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top