Living Stream Ministry

EL RECOBRO DE ALGUNAS PALABRAS IMPORTANTES
DE LAS ESCRITURAS

Después de seis años de estudio, descubrí que habíamos descuidado completamente algunos pasajes de la Palabra santa. El primero era Romanos 15:16, que habla de los sacerdotes del evangelio. Hemos dicho que todos los creyentes deben predicar el evangelio y que todos son sacerdotes; sin embargo, en la práctica seguimos conservando la clase clerical, pues sólo unos cuantos ejercen su función de esta manera. El segundo pasaje es 1 Corintios 14:26. Hace más de cuarenta años el hermano Nee captó lo que se trata en este versículo y habló en cuanto a ello, pero hasta el día de hoy no lo hemos practicado. El tercer pasaje es Efesios 4:11-16, que dice que el Señor dio algunos dones a la iglesia para la obra del ministerio, para la edificación de Su Cuerpo. Estas personas dotadas deben perfeccionar a los santos, para que luego ellos puedan hacer lo mismo que las personas dotadas hagan y ejercer su función apropiadamente. De este modo, todo el Cuerpo crecerá gradualmente y será edificado orgánicamente. El cuarto pasaje es Juan 15:16. Allí el Señor dijo: “No me escogisteis vosotros a Mí, sino que Yo os escogí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”. A medida que disfrutamos a Cristo como gracia y como nuestra vida, el resultado será que llevaremos fruto que permanece. Luego, otro pasaje es Juan 21:15-17, el cual dice que el fruto que producimos llega a ser el rebaño que pastoreamos. Por último, Hebreos 10:24-25 dice: “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos”. Esta clase de reunión, en la cual nos consideramos unos a otros y nos exhortamos unos a otros, es la reunión de grupo. Debemos reconocer que no hemos estado practicando apropiadamente lo que se enseña en estos versículos que hemos mencionado.

LOS PASOS QUE DEBEN SEGUIR LOS SACERDOTES
NEOTESTAMENTARIOS DEL EVANGELIO
PARA OFRECER LOS SACRIFICIOS

Hemos dicho que la principal labor de los sacerdotes consiste en ofrecer sacrificios. Sin embargo, los sacrificios que ofrecen los sacerdotes neotestamentarios son completamente diferentes a los sacrificios que ofrecían los sacerdotes del Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes ofrecían toros y machos cabríos, pero en el Nuevo Testamento, los sacerdotes ofrecen en calidad de sacrificio a aquellos que han sido salvos en Cristo y están unidos a Cristo. Los sacrificios de toros y machos cabríos del Antiguo Testamento son tipos del Cristo que había de venir (vs. 5-7); pero los pecadores redimidos están en el Cristo que vino, y han llegado a ser miembros del Cuerpo de Cristo. Los sacerdotes neotestamentarios del evangelio los presentan como sacrificios vivos y espirituales a Dios. En 1 Pedro 2:5 leemos que nosotros somos “como piedras vivas [...] edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. Esto nos muestra que la intención que Dios tiene en Su corazón es tener una casa espiritual en la que pueda morar y tener un cuerpo de sacerdotes, un sacerdocio, que le sirva. Como sacerdotes que somos, servimos corporativamente en coordinación para anunciar “las virtudes de Aquel que [nos] llamó de las tinieblas a Su luz admirable”, como se menciona en 2:9, a fin de poder ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios, esto es, pecadores salvos, conforme a la economía de Dios. Por lo tanto, debemos comprender que predicar el evangelio equivale a anunciar el amor de Dios, Su gracia, Su perdón, Su redención y otras virtudes, a fin de poder traer pecadores al Señor y ofrecerlos a ellos, los miembros de Cristo, como sacrificios a Dios. Éste es el primer paso en el que los sacerdotes ofrecen sacrificios.

El segundo paso en el que se ofrecen sacrificios consiste en alimentar a los creyentes para que crezcan en vida y así se presenten a sí mismos en sacrificio a Dios. Romanos 12:1 habla de esto. Debemos exhortar a los creyentes por las compasiones de Dios a que ellos mismos se presenten en sacrificio vivo a Dios. El tercer paso consiste en que nosotros, como sacerdotes que somos, hagamos lo que Pablo dijo en Colosenses 1:28-29, esto es, amonestar a todo hombre y enseñar a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre. Esto exige que laboremos y luchemos. Lo único que tenemos es Cristo, y lo único que ofrecemos es también Cristo (cfr. 1 Co. 14:26 y la nota 1). Sólo si hacemos esto podremos ser sacerdotes del evangelio.