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Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Diospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6564-2
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Actualmente disponible en: Capítulo 17 de 21 Sección 1 de 2

CAPÍTULO DIECISIETE

PRACTICAR EL ABANDONAR
NUESTROS CONCEPTOS
PARA CAPTAR EL PENSAMIENTO CENTRAL
DE LA BIBLIA

Tenemos que señalar más puntos cruciales acerca de nuestra lectura de la Biblia.

En el mensaje anterior vimos que cuando una persona acude a la Palabra, debe abandonar sus conceptos. No debe leer la Palabra del Señor reteniendo sus propias ideas, ni procurar aprender algunas enseñanzas de la Biblia. Ni siquiera necesita hacer ningún esfuerzo por obtener inspiración. Muchas veces nosotros mismos somos el problema y el obstáculo que nos estorba en nuestro estudio de la Palabra. Nosotros o no acudimos a la Palabra o venimos con nuestro propio bagaje, es decir, acudimos a la Palabra con nuestros propios conceptos o expectativas. A veces incluso acudimos a la Palabra con nuestro propio esfuerzo y lucha.

NUESTROS CONCEPTOS NOS IMPIDEN
OBTENER EL VERDADERO SIGNIFICADO
DE LA BIBLIA

Todos sabemos lo que es tener conceptos. Todos tenemos opiniones y una manera de ser única. La manera de ser de una persona se ve en su constitución intrínseca, y dicha constitución se expresa en sus conceptos. Es muy difícil que una persona abandone sus conceptos cuando acude a la Palabra. Es difícil encontrar a alguien que acuda a la Palabra sin sus propios conceptos. Tales conceptos pueden ser comparados con lentes de color que nos impiden ver el “color original” de la Biblia y recibir luz en la Biblia.

Es maravilloso leer la Palabra; sin embargo, mientras que los que son despreocupados y simplemente no tienen conceptos, no reciben nada de la Palabra, los que están llenos de conceptos tampoco reciben el verdadero significado de la Palabra. Algunos pensarán que no es posible acudir a la Palabra sin tener ningún concepto, pero este principio se aplica a muchas cosas espirituales. No está bien estar llenos de conceptos naturales, ni tampoco está bien ser indiferentes y despreocupados. Los que reciben algo de la Palabra de Dios no son indiferentes. Sin embargo, es por medio del quebrantamiento de Dios que llegamos a esta condición de no ser indiferentes. No es que un estudiante de la Palabra no tenga ningún concepto, sino que sus conceptos deben ser juzgados y quebrantados por el Señor. No tener ningún concepto no es un requisito para leer la Biblia; no obstante, una persona debe estar dispuesta a desechar sus propios conceptos antes de poder leer la Biblia. Aunque puede estar lleno de planes, pensamientos y conceptos, cada vez que acuda a la Biblia, debe desechar sus conceptos y abandonarlos. Espero que todos nos acordemos de desechar nuestros conceptos y acudir a la Palabra de Dios. De este modo, descubriremos el verdadero significado de la Biblia en nuestra lectura.

NUESTROS CONCEPTOS NOS IMPIDEN
RECIBIR EL PENSAMIENTO CENTRAL DE LA BIBLIA

A menos que una persona deseche sus conceptos, no podrá recibir el pensamiento central revelado en la Biblia. Debido a que muchos de los hijos de Dios se encuentran atrapados en sus conceptos, no conocen las cosas centrales y cruciales halladas en la Biblia aunque la hayan leído por muchos años, pues siempre acuden a la Biblia con sus propios conceptos. Estos conceptos son un velo y una limitación, que los cubre y los limita impidiéndoles ver los asuntos centrales y cruciales en la Palabra. Por esta razón, ellos sólo reciben los puntos superficiales, los cuales son irrelevantes. Cuando testifican de Su lectura de la Biblia, hablan de asuntos superficiales; raras veces hablan de los asuntos cruciales. Esto no significa que la Biblia no contenga asuntos cruciales, sino que en ellos no hay ninguna respuesta ni reacción cuando leen los asuntos cruciales.

Esto es como escribir sobre papel manteca. Este papel no puede absorber la tinta. Sin embargo, si uno escribe en papel de seda, la tinta de inmediato será absorbida porque este papel es muy absorbente. La tinta que el papel manteca no absorbe, la absorbe fácilmente el papel de seda. Podemos comparar esto con nuestra lectura de la Biblia. Somos como papel de seda con respecto a algunas cosas de la Biblia; las absorbemos en cuanto leemos acerca de ellas. Pero somos como papel manteca con respecto a otros asuntos cruciales y centrales; los repelemos y nos apartamos de ellos cada vez que los leemos. Podríamos decir que somos completamente indiferentes a ellos. Tales asuntos no nos impresionan, y la Palabra no nos afecta.

En el capítulo anterior, vimos que el hombre joven que se ofendió con los ancianos tenía el concepto de que los ancianos no deben ofender a los creyentes jóvenes. Este concepto lo afectó y predispuso su ser interior de tal manera que el único pasaje de la Palabra al cual respondió fue 1 Pedro 5. Así como el papel de seda absorbe la tinta, él de inmediato absorbió el pasaje que dice que los ancianos no deben tener señorío sobre el rebaño de Dios, sino que deben ser ejemplos del rebaño. Sin embargo, al igual que el papel manteca, no hubo ninguna respuesta en él con respecto a otros pasajes de la Biblia. Él diría que dichos pasajes no lo impresionaron. En realidad, las palabras sí lo tocaron, pero no hubo ninguna respuesta en su interior.

Cada vez que la Palabra de Dios nos impresione, debe haber una condición en nuestro ser que corresponda a aquello que nos impresiona. Si nuestra condición no concuerda con la Palabra, ésta no nos afectará, pero si concuerda con la Palabra, sí nos afectará. Si un esposo espera que su esposa siempre se sujete a él, responderá a pasajes que dicen que las esposas deben estar sujetas a sus maridos. Asimismo, si un hombre procura la humildad, considerándola la virtud más necesaria, responderá únicamente a enseñanzas sobre la humildad en su lectura. En cuanto lea algo acerca de la humildad, habrá una respuesta en su interior, y dichas palabras lo impresionarán. La mayoría de las personas que parecen excavar cosas de la Biblia, en realidad no están excavando; lo que encuentran ya estaba en ellas aun antes de leer la Biblia. De manera que, la Biblia simplemente confirma lo que había en ellos. Una persona puede estar tan cargada con el asunto de la humildad, que este asunto embarga su ser y ocupa todos sus pensamientos. Él definirá a un hombre perfecto como aquel que actúa con humildad y definirá a un cristiano normal como aquel que alcanza la humildad absoluta. Puesto que su ser se centra tanto en la humildad, lo único que le impresiona cuando lee la Biblia es la humildad. Los pasajes que hablan sobre la humildad son los únicos que aparecen subrayados en su Biblia, y únicamente memoriza los versículos que hablan acerca de la humildad. En su opinión, la Biblia es un libro acerca de la humildad. Sin embargo, hablando con propiedad, no es que él responda a la palabra humildad que se halla en la Biblia, sino más bien que la palabra humildad en la Biblia confirma el concepto de humildad que ya tiene. Simplemente encuentra confirmación en la Biblia, y responde positivamente a ello.

Hay muchas historias por el estilo. Una persona puede estar predispuesta a negarse a sí misma, por lo que constantemente dice que tenemos que sacrificarnos por otros. Puesto que está tan llena de este concepto, no le es fácil recibir luz ni tampoco le impresiona ningún otro pasaje de la Biblia. Cuando lee las enseñanzas que tratan acerca de negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz y seguir al Señor, estas palabras de inmediato le llaman la atención. Las únicas palabras que tiene subrayadas en su Biblia son niéguese a sí mismo. Su ser interior está lleno del asunto de negarnos al yo, y éste es el único pasaje que busca en la Biblia. Es difícil determinar si su práctica de negarse a sí mismo se origina en la Biblia o en él. Sin embargo, él aparentemente responde a las palabras de la Biblia.

Les repito una vez más que la clase de persona que somos determina la clase de Biblia que leemos. Una persona humilde tiene una Biblia acerca de la humildad. Una persona que siempre se niega a sí misma tiene una Biblia que habla de la negación del yo. Por lo tanto, a fin de leer la Biblia, necesitamos ser quebrantados. Necesitamos recibir el quebrantamiento divino a fin de escuchar lo que Dios está diciendo. Los caminos de Dios son más elevados que nuestros caminos, y Sus pensamientos más elevados que los nuestros. Tal vez pensemos que la humildad es buena, pero hay cosas que son mejores que la humildad. Sin embargo, muchos nunca han encontrado estas cosas en su lectura.

Ésta es una carga muy pesada que llevo dentro de mí. Quisiera abrirles mi corazón de par en par y hablarles desde lo profundo de mi ser. Siento que mis palabras aún no han penetrado el ser interior de ustedes. Quisiera decirles a voz en cuello: ¿Se dan cuenta de que la Biblia que ustedes leen no les transmite la inspiración divina de Dios? La Biblia que ustedes tienen en sus manos es el mismo libro que yo tengo en mis manos. Sin embargo, cuando ustedes la leen, no reciben la inspiración divina que contiene. Ustedes leen un libro que únicamente es un reflejo de sus propios conceptos. Aunque nuestras Biblias son exactamente iguales, recibimos diferentes impresiones cuando las leemos. Cuando la Biblia que está en nuestras manos es amoldada conforme a nuestros conceptos, se convierte en un libro diferente. Debemos preguntarnos a nosotros mismos cuántas veces hemos leído la Biblia sin usar los lentes de nuestros conceptos. ¿Cuándo seremos libres de nuestros conceptos? Todos los días usted lee su propia clase de “Biblia”. Desde que empieza el año hasta que termina usted lee la Biblia que ha sido divinamente inspirada, pero que está cubierta por el velo de sus conceptos. Usted lee la Biblia conforme a sus propios conceptos; no lee una Biblia que no tenga el color de sus propios conceptos. Cuando ustedes acuden a la Biblia, está lleno de conceptos; tienen puestos sus lentes de color. Como resultado, la Palabra de Dios cambia al pasar por el filtro de los conceptos de ustedes; ya no está en su forma original. Ustedes no leen la Biblia conforme a la inspiración original de Dios; antes bien, leen una Biblia que tiene el color de sus conceptos y opiniones; leen una Biblia que es un reflejo de ustedes mismos.


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