Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Por una parte, Moisés representaba a Dios; por otra parte, Moisés fue representado por Aarón (7:1-2). La representación difiere de la presentación. La diferencia es que la representación involucra la autoridad, mientras que la presentación no. La comisión de Dios incluye siempre el asunto de autoridad. Esta autoridad está relacionada tanto con la representación de Dios como con el hecho de ser representado por otros.
Ninguno de nosotros debe asumir autoridad. Deberíamos dejar simplemente que la autoridad esté presente con la ordenación y la comisión del Señor. Si deseamos ser los enviados de hoy, debemos estar seguros de que hemos sido escogidos, ordenados y que hemos recibido la comisión. Entonces sabremos que somos los representantes de Dios.
El último punto en el adiestramiento adicional que recibió Moisés por parte del Señor concierne a la mano fuerte del gran juicio de Dios. En 7:4, el Señor dijo a Moisés: “Y Faraón no os oirá; mas Yo pondré Mi mano sobre Egipto, y sacaré a Mis ejércitos, Mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”. En 6:1, el Señor ya había dicho a Moisés lo que el Señor haría a Faraón: “porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra”.
Sin una mano fuerte, es en vano conversar. Lo vemos en las negociaciones diplomáticas entre las naciones actualmente. Estas negociaciones dependen del respaldo del poder militar. En sus negociaciones con Faraón, la palabra de Moisés debía ser respaldada por la mano fuerte y los juicios poderosos del Señor. La mano fuerte del Señor sería una prueba para Faraón de que Dios no habla palabras vanas. Por la mano del Señor, los egipcios sabrían que El es Jehová. Como lo afirma 7:5 “Y sabrán los egipcios que Yo soy Jehová, cuando extienda Mi mano sobre Egipto”.
Moisés se había quejado al Señor, y por esta razón el Señor tuvo que hablar a Moisés acerca de Su mano. Parece que el Señor estaba diciendo: “Moisés, no sólo tengo una boca, sino también una mano fuerte. Ve y habla con Faraón. Lo endureceré para que Mi mano se manifieste. Habla Mi palabra a Faraón. Mi mano respaldará Mi palabra. Extenderé Mi mano para cumplir todo lo que digas a Faraón de Mi parte”. Por tanto, la mano del Señor fue una confirmación firme de que Moisés había sido enviado por Dios.
En el transcurso de los años, hemos visto la mano del Señor respaldar Su palabra. Cuando había oposición a la palabra de Dios, Su mano finalmente se manifestó. Dios nunca habla en vano. Su palabra es siempre respaldada por Su mano fuerte.
Faraón pudo resistir a la palabra del Señor, pero él no pudo resistir a la mano del Señor. En los mensajes siguientes, veremos que los conflictos entre Dios y Faraón se hicieron cada vez más intensos hasta que culminaron en el hecho de que Faraón dejó ir a los hijos de Israel. Faraón finalmente fue obligado a dejar que los hijos de Israel salieran de la tierra de Egipto porque la mano fuerte del gran juicio de Dios respaldaba Su palabra. Que todos aprendamos la lección acerca de la mano de Dios y todas las lecciones acerca del adiestramiento adicional que recibió Moisés por parte de Dios.
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