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Cristo es contrario a la religiónpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1012-3
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CAPITULO UNO

CRISTO EL NOVIO

Lectura bíblica: Mt 9:14-15; Lc. 5:29-30, 33-35

En el relato del Evangelio de Mateo vemos que todo lo relacionado con Cristo sucedió fuera de la religión. En aquel tiempo, el judaísmo era la religión verdadera, ya que estaba basada en la santa Palabra de Dios. No obstante, todo lo relacionado con Cristo ocurrió fuera de dicha religión; en otras palabras, Cristo no tuvo nada que ver con la religión.

CRISTO NACIO FUERA DE LA RELIGION

El capítulo dos de Mateo nos muestra que Cristo nació fuera de Jerusalén, lejos del templo, y que los santos sacerdotes no tuvieron nada que ver en este acontecimiento. Dios no envió al ángel Gabriel a una familia sacerdotal, ni lo envió a alguien que oraba en el templo de Jerusalén. Antes bien, Dios envió Su ángel a una pequeña ciudad llamada Nazaret, ubicada en una región despreciada de Galilea. Lo envió a una joven, a una virgen de familia humilde. Prácticamente todo lo que le aconteció a esta joven sucedió lejos de Jerusalén, del templo, del sacerdocio santo y de la religión típica y verdadera. El nacimiento de Cristo no tuvo nada que ver con la religión, y se efectuó por completo fuera de ella.

Podría decirse que Jesús fue concebido en Nazaret, y que nació en Belén. Pero si prestamos la debida atención al relato del evangelio, a la luz del Espíritu Santo, descubriremos que dicho nacimiento se llevó a cabo de una manera escondida. Incluso podríamos decir que El nació allí “furtivamente”, con el único propósito de cumplir la profecía. De improviso lo llevaron a Belén para que naciera allí, y repentinamente fue llevado a otro lugar. El nacimiento de Cristo en realidad no tuvo nada que ver con la religión.

A CRISTO SE LE ENCUENTRA FUERA DE LA RELIGION

El capítulo dos de Mateo prosigue relatando en dónde la gente encontró a este Cristo. No lo encontraron en la religión, ni fueron los sacerdotes ni los religiosos quienes lo hallaron. El no se encontraba en Jerusalén ni en el templo. Todos conocemos el relato de la estrella celestial que brilló en un país pagano, en un pueblo sin Biblia y desprovisto de la verdadera religión. Sabemos también que aquellos sabios paganos, valiéndose de su entendimiento, concluyeron que el Rey de los judíos había de nacer en Jerusalén. Debido a que ellos lo buscaron allí, causaron la muerte de muchos niños. Finalmente hallaron a Jesús, pero no mediante el conocimiento bíblico. Usted recordará que cuando llegaron a Jerusalén, el Rey Herodes llamó a los escribas y a los fariseos, es decir, a aquellos que conocían la Biblia. Todos ellos le dieron a Herodes la referencia exacta de Miqueas 5:2, que anuncia el nacimiento de Cristo en Belén. Ellos tenían el conocimiento, las referencias bíblicas exactas, pero ninguno fue a ver a Cristo. Valoraban las Escrituras, la Biblia, pero no a Cristo. Prestaron atención a Miqueas 5:2, que anuncia la venida de Cristo y hasta el lugar exacto de Su nacimiento; no obstante, cuando oyeron que Cristo iba a nacer, ninguno de ellos fue a presenciar este acontecimiento. Hoy en día la religión cristiana sigue el mismo principio. La gente habla de la Biblia y conoce algo de Cristo, pero es difícil hallar a alguien que se interese realmente por la persona de Cristo. Se preocupan por la Biblia, por las profecías, pero no por Cristo.

Alabamos al Señor por estos gentiles que desde una tierra pagana se interesaron en Cristo. Mateo relata que cuando salieron de Jerusalén, la estrella se les apareció de nuevo. Les aseguro que cuando ustedes dejen las denominaciones, cuando abandonen la religión cristiana, aparecerá la estrella. ¡Aleluya, la estrella aparece! Cuando usted está en la religión no puede ver la estrella, y yerra al blanco. Si usted se asocia con los religiosos e intenta seguir la letra muerta de la Biblia, jamás verá la estrella ni encontrará a Cristo. Cuando los sabios salieron de Jerusalén, ¡brilló la estrella! ¡Aleluya! ¡Qué bueno es tener una estrella celestial! Entonces encontraron a Jesús. El encuentro con Jesús se produjo fuera de la religión.


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