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Lecciones acerca de la oraciónpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1502-9
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EL SIGNIFICADO DE LA ORACIÓN

Ahora podemos abordar la primera lección en cuanto a la oración, a saber: el significado de la oración. Permítanme preguntarles, hermanos y hermanas: ¿Qué es la oración? ¿De que se trata la oración? ¿Cuál es el significado de la oración? Muchas personas, al oír la palabra oración, piensan de inmediato que esto significa que el hombre acude a Dios para pedirle algo. Puesto que el hombre padece necesidad y necesita cosas materiales, o está enfermo y necesita ser sanado, o tiene otros problemas que debe solucionar, él va ante Dios y le pide que le satisfaga sus necesidades, le cure de su enfermedad y le solucione sus problemas. Los hombres consideran esto como oraciones. Al parecer, hay ejemplos de tales oraciones en la Biblia. Por ejemplo, en Lucas 18 vemos una viuda que continuamente acudía al juez para pedirle que hiciera justicia de su agravio. Sin embargo, hermanos y hermanas, recuerden por favor que éste no es el significado apropiado de la oración según se revela en la Biblia. No nos atrevemos a decir que tal definición es incorrecta, pero es demasiado superficial y carece de profundidad y exactitud. Si deseamos saber en qué consiste la verdadera oración hoy, debemos entender con claridad que no consiste en que el hombre simplemente eleve sus súplicas ante Dios por causa de sus necesidades.

Sabemos que no debemos juzgar ninguna verdad de la Biblia basándonos simplemente en un sólo pasaje o en un sólo aspecto. De la misma manera, no es posible decir cómo luce una casa basándose simplemente en una esquina o en uno de sus cuartos. Es necesario verla desde varios ángulos y examinarla en su totalidad, y entonces se podría emitir un juicio certero. Conforme al mismo principio, si tomamos todos los pasajes de la Biblia que tratan sobre la oración y los examinamos en su totalidad, veremos que la oración no consiste solamente en que el hombre le suplique a Dios debido a que tiene algunas necesidades. Éste puede ser un significado parcial de la oración, pero no está completo. Si tenemos tiempo, debemos reunir todos los ejemplos específicos acerca de la oración en la Biblia. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento tenemos las oraciones de Abraham, Moisés, David, Salomón, Nehemías, Elías, Isaías, Daniel y otros, mientras que en el Nuevo Testamento tenemos las oraciones del Señor Jesús y de los discípulos. Si estudiamos cada una de estas oraciones y las examinamos como conjunto, podremos ver claramente en qué consiste la oración. No es nuestra intención en este escrito estudiar esas oraciones de una manera detallada; tan solo aplicaremos una palabra sencilla para hablar acerca del significado de la oración.

I. LA ORACIÓN ES EL CONTACTO MUTUO
ENTRE EL HOMBRE Y DIOS

La oración no consiste solamente en que el hombre contacte a Dios, sino que es el contacto mutuo entre el hombre y Dios. Este asunto del contacto entre Dios y el hombre es un tema de gran importancia en la Biblia. Hemos dicho frecuentemente que el propósito de la vida del hombre es ser un vaso para contener a Dios. En el universo Dios es el contenido del hombre, y el hombre es el recipiente de Dios. Sin el hombre, Dios no tendría donde depositarse, y sería un Dios sin hogar. No entiendo por qué esto es así, pero sé que es un hecho. En todo el universo lo que más necesita Dios es el hombre. Como entidad Dios es completo en Sí mismo, pero en cuanto a la operación que realiza en el universo, todavía necesita que el hombre lleve a cabo dicha operación.

Esto nos permite entender la última frase de Efesios 1, cuando dice que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Cristo. El término plenitud es muy difícil de traducir. No sólo denota la plenitud de Cristo, sino que también implica lo completo que es Cristo. Por tanto, la iglesia es, por una parte, la plenitud de Cristo y, por otra parte, la completitud de Cristo. En otras palabras, sin la iglesia, pareciera que Cristo no está completo del todo.

Todos debemos ser muy cuidadosos en cuanto a nuestro entendimiento de esta palabra, porque puede causar discusiones impetuosas de teología. No estoy diciendo que Dios está incompleto y que requiere al hombre para estar completo. Lo que quiero decir es que Dios en Sí mismo está perfectamente completo, pero en conformidad con Su plan, en el universo Él no está completo sin el hombre. Oh, hermanos y hermanas, este asunto es demasiado glorioso.

Dios, en Su plan eterno, ha ordenado que el hombre sea Su vaso, o en otras palabras que sea Su compleción. Por tanto, los capítulos 1 y 2 de Génesis muestran que cuando Dios creó al hombre hizo dos preparativos en cuanto a él. El primer preparativo fue que Él creó al hombre a Su imagen y conforme a Su semejanza. Puesto que el hombre fue creado conforme a Dios, se asemeja a Dios en muchos aspectos. Los diversos aspectos de la expresión del hombre, tales como sentir placer, enojo, dolor, alegría, preferencias, tomar decisiones, etc. —ya sea de su parte emotiva, voluntad o manera de ser— expresan a Dios hasta cierto grado y son una miniatura de todo lo que está en Dios.

La otra cosa preparada por Dios fue que creó un espíritu para el hombre en lo profundo de su ser. De la innumerable variedad de seres vivos que hay en el universo, únicamente el hombre tiene un espíritu. Los ángeles son espíritus, pero ellos son muy diferentes. En toda la creación hay una sola clase de ser creado que no es espíritu pero que tiene un espíritu, y ése es el hombre. ¿Por qué creó Dios un espíritu en el hombre en lo profundo de su ser? Todos sabemos que fue porque Dios desea que el hombre le reciba a Él, quien es Espíritu. Asimismo, Él creó un estómago en el hombre porque desea que el hombre ingiera alimento. Consideremos esto: supongamos que Dios no hubiera creado un estómago para el hombre, ¿cómo podríamos entonces ingerir los alimentos? Debido a que tenemos un estómago, podemos recibir los alimentos en nuestro ser, disfrutarlos, digerirlos y asimilarlos, convirtiéndolos así en nuestros elementos constitutivos. De la misma manera, debido a que tenemos un espíritu dentro de nuestro ser, podemos recibir a Dios y asimilarle, a fin de que Él llegue a ser nuestro elemento constitutivo.

En los dos primeros capítulos de Génesis, cuando Dios creó al hombre para que fuera Su vaso, Él dio estos dos pasos preparatorios: un paso fue crear al hombre de modo que sea como Él, y el otro fue poner un espíritu dentro del hombre a fin de que el hombre le recibiera. Después que hizo estos dos preparativos, Él se puso a Sí mismo delante del hombre en forma del árbol de la vida a fin de que el hombre le pudiera recibir y obtener como vida. Hermanos y hermanas, es en el espíritu del hombre donde se lleva a cabo el contacto entre Dios y el hombre. Una vez que hay tal contacto entre Dios y el hombre, Dios entra en el hombre para ser su contenido, y el hombre llega a ser el vaso de Dios para expresarle de manera externa. Es así como la intención eterna de Dios se cumple en el hombre.

Por favor, recuerden que una verdadera oración es el contacto mutuo entre Dios y el hombre. La oración no consiste únicamente en que el hombre tenga contacto con Dios, sino también en que Dios tenga contacto con el hombre. Si al orar el hombre no toca a Dios, no tiene contacto con Él, y Dios no toca al hombre, es decir, no tiene contacto con el hombre, esa oración está por debajo de la norma apropiada. Toda oración que satisface dicha norma es aquella que es un fluir y un contacto mutuo entre Dios y el hombre. Dios y el hombre son como corrientes eléctricas que fluyen la una en la otra. Es difícil decir que la oración consiste en que únicamente Dios fluye en el hombre, o que únicamente el hombre fluye en Dios. De acuerdo con los hechos y la experiencia, la oración es el fluir entre Dios y el hombre. Toda oración que verdaderamente satisfaga esta norma sin duda alguna se hallará en esta condición: en un fluir mutuo entre Dios y el hombre en el cual el hombre puede realmente tocar a Dios y Dios puede realmente tocar al hombre; como resultado, el hombre se une con Dios, y Dios con el hombre. Por consiguiente, el significado más elevado y más exacto que tiene la oración es que la oración es el contacto mutuo entre Dios y el hombre.


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