Información del libro

Testimonio de Jesús, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8269-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 11 Sección 4 de 5

LOS VENCEDORES SOBRE EL MAR DE VIDRIO

El mar de vidrio denota el principio del bautismo

Apocalipsis 15:2-5 revela el quinto aspecto del testimonio de Jesús, a saber, los vencedores que están en pie sobre un mar de vidrio mezclado con fuego delante del templo celestial de Dios. Hay un grupo de santos a orillas de este mar cantando el cántico de Moisés y el cántico del Cordero. Éste es un cuadro que representa otro aspecto espiritual del testimonio de Jesús. La iglesia como el testimonio de Jesús se compone de un grupo de santos que han sido salvos por medio del agua, tal como Noé fue salvo de su generación maligna por medio del agua que inundó la tierra (Gn. 6:11-14a) y los israelitas que fueron salvos por medio del agua del mar Rojo, no solamente del juicio de Dios, sino también del poder maligno de Faraón (Éx. 14:22, 29). El último coro de Himnos, #187 dice: “Por el mar Rojo ya crucé, / ¡Dejé el mundo lejos!”. El diluvio de Noé y el mar Rojo ambos fueron un bautismo para los israelitas (1 P. 3:20-21; 1 Co. 10:1-2). Hoy en día, nosotros, los creyentes neotestamentarios, también somos bautizados. El verdadero significado del bautismo es que el bautismo es una sepultura (Ro. 6:4). Un hombre puede ser multimillonario y dueño de bancos, corporaciones y tener muchos amigos y parientes. Ciertamente le será muy difícil a este hombre romper con todas esas ataduras, pero en el día que sea sepultado, finalmente él saldrá del mundo. Nada nos separa más de las ataduras mundanas que la sepultura. Todo aquel que tome en serio al Señor debe ver que él ha salido del mundo al pasar por el agua. El agua del mar Rojo jamás nos permitirá regresar a Egipto.

Además, delante del tabernáculo se encontraba el lavacro (Éx. 30:17-21). El pecado de la gente no era lavado por el lavacro, sino por el altar. Sin embargo, incluso después de haber pasado por el altar, el pueblo aún no podía entrar en la presencia del Señor a menos que pasara por el lavacro que los lavaba de la tierra mundana. Esto también denota el bautismo. Después que los israelitas entraron en la buena tierra edificaron el templo. Delante del templo se encontraba un mar de bronce con diez lavacros de bronce (1 R. 7:23-40a); éste es el tipo más completo del bautismo. El primer evento que transcurrió en el Nuevo Testamento es el bautismo. Juan el Bautista llamaba a la gente al arrepentimiento y bautizaba a los que acudían a él (Mr. 1:4; Mt. 3:5-6). Esto tenía el propósito de darles fin a las personas, sepultarlas y sacarlas de este mundo. Todos los creyentes deben pasar por un bautismo genuino. En principio, el mar de vidrio delante del trono de Dios tipifica la operación del bautismo. Finalmente, en Apocalipsis 15 los vencedores están en pie en la orilla del “bautismo”, regocijándose y cantando tal como los israelitas cantaron el cántico de Moisés en la orilla del mar Rojo.

El mar de vidrio está mezclado con fuego
y conduce al lago de fuego

Apocalipsis 15:2 nos dice que el mar de vidrio está mezclado con fuego. Este mar no es de agua sino de fuego. El juicio que Dios ejecutó sobre la creación caída fue primero, mediante el agua, pero después del diluvio, Dios le dijo a Noé que no juzgaría nuevamente la tierra con agua (Gn. 9:15). Más bien, a partir de ese entonces, el juicio de Dios ha sido siempre con fuego (19:24; Ap. 14:10; 18:8; 19:20; 20:9-10; 21:8). Por consiguiente, el mar de vidrio mezclado con fuego representa las dos clases de juicio que Dios ejecuta, por agua y por fuego. Este mar de vidrio se convierte finalmente en el lago de fuego. Delante del tabernáculo se encontraba el lavacro, delante del templo estaba el mar de bronce con diez lavacros, y delante del templo celestial se encuentra el mar de vidrio. Finalmente, fuera de la Nueva Jerusalén estará el lago de fuego adónde irá todo lo que sepultamos en nuestro bautismo. Ésta es nuestra experiencia en la iglesia. Debemos echar toda la suciedad de la tierra en el “mar” y enterrarla allí.

Experimentamos el mar de vidrio
en la vida de iglesia

Los israelitas se bautizaron en el mar Rojo, pero al volverse viejos y carnales en el desierto, necesitaron bautizarse de nuevo en el Jordán. Al igual que ellos, tal vez nosotros fuimos bautizados hace diez años, pero hoy en día estemos llenos de suciedad y de cosas viejas. En la vida de iglesia, no debemos sobrellevar tales cosas; porque en la iglesia hay un mar de vidrio donde podemos saltar y ser lavados. Hoy el baptisterio es la entrada para que las cosas negativas vayan al lago de fuego. Tenemos que dejar que la suciedad, el mundo y todas las cosas negativas pasen por esa entrada y vayan al lago de fuego. Si nos vestimos según las últimas modas de los grandes almacenes, necesitamos la experiencia de entrar en el baptisterio para ser lavados y dejar que las modas vayan al lago de fuego. Entonces, en nuestra experiencia estaremos en la Nueva Jerusalén. No debemos menospreciar el baptisterio. Es el mejor lugar adonde podemos enviar nuestra suciedad terrenal para que vaya al lago de fuego. También podemos comparar el baptisterio con una oficina de correos. Si tenemos el sentir de que aún cargamos con cierta suciedad mundana, debemos ir al baptisterio y “mandarla por correo” al lago de fuego. Tenemos que ser lavados por medio de la entrada al lago de fuego. No debemos tener suciedad sobre nosotros. Tenemos que ser lavados en la iglesia.

A mí no me interesa la doctrina; sólo me interesan las experiencias verdaderas. He visto a muchos que entraron en el bautismo y salieron regocijándose, como los que se regocijarán a orillas del mar de vidrio. ¡Qué alegría nos da cuando toda nuestra suciedad entra en el baptisterio! No les estoy pasando una enseñanza oficial acerca de rebautizar. No me interesan las enseñanzas formales. Más bien, en principio, me gustaría ver que muchos santos estén sobre el mar de vidrio. Desearíamos ver que algunos santos declaren que las modas que compraban en los grandes almacenes y que los tenían ocupados por muchos años, se han ido. Esto es mucho mejor que meras doctrinas. Éste es el principio que siguen los vencedores en Apocalipsis 15. El principio es que nosotros hoy también podemos estar sobre el mar de vidrio regocijándonos y cantando. Sin embargo, aquellos que aún no se “han tirado al mar” no se pueden regocijar. Solamente si hemos salido de ese mar podremos regocijarnos así. Éste constituye el quinto aspecto de la iglesia como el testimonio de Jesús presentado en Apocalipsis. Ciertamente el libro de Apocalipsis es un libro maravilloso y hoy en día está abierto y es claro como el cristal para nosotros.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top