Testimonio de Jesús, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8269-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-8269-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
La gran multitud mencionada en Apocalipsis 7:9-17 consta de los redimidos de las naciones a través de todas las generaciones, los cuales son innumerables y de los cuales está constituida la iglesia. El hecho de que estén de pie delante del trono indica que han sido arrebatados a los cielos, a la presencia de Dios. Por consiguiente, lo narrado en estos versículos describe de una manera general la escena de lo que acontece desde el arrebatamiento de los creyentes hasta que entren a su disfrute en la eternidad.
El versículo 14 dice: “Éstos son los que han salido de la gran tribulación”. La gran tribulación que se menciona aquí es diferente de la gran tribulación mencionada en Mateo 24:21. La gran tribulación aquí se refiere a las tribulaciones en un sentido general. Todos los redimidos de Dios han pasado por ciertas tribulaciones, sufrimientos, persecuciones y aflicciones. Ningún cristiano puede evitar estas cosas. En nuestro espíritu, nosotros los cristianos somos un pueblo que gusta del disfrute; pero, en el aspecto físico, somos un pueblo que sufre. Sin embargo, el día vendrá cuando saldremos triunfantes de la gran tribulación y estaremos de pie delante del Cordero. Las palmas que tenían los santos en las manos representan su victoria sobre la tribulación que pasaron por amor al Señor, y también son señal de la satisfacción obtenida al ser regados (Éx. 15:27). En la eternidad, Aquel que está sentado en el trono extenderá Su tabernáculo sobre ellos, cubriéndolos consigo mismo como Aquel que está corporificado en Cristo (Jn. 1:14). Más aún, ellos ya no tendrán hambre ni sed, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida.
Tal como hemos visto, Apocalipsis 12 habla de una mujer maravillosa que da a luz un hijo varón. Esta mujer es universal y está llena de luz. El candelero tiene necesidad de resplandecer, pero esta mujer no tiene necesidad de resplandecer porque ella está completamente en la luz. Todas las lumbreras, ya sea el sol, la luna o las estrellas, la rodean. Ella está vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Con ella no hay día ni noche, porque tanto la lumbrera del día como las lumbreras de la noche están con ella, al igual que en la Nueva Jerusalén tampoco hay día ni noche porque la gloria de Dios resplandece constantemente dentro de ella (21:23). No hay nada de obscuridad con esta mujer. He visto a la iglesia en esta condición. La iglesia es el candelero resplandeciente, pero en algunos lugares ella ha llegado a ser como esta mujer maravillosa. Cuánto le agradecemos al Señor que en estos días la iglesia resplandece de esta manera.
Si poseemos ojos espirituales, veremos la situación actual de la iglesia. La iglesia en nuestra localidad es una “mujer” maravillosa que dará a luz un hijo varón con el fin de introducir la era del reino y regir sobre todas las naciones. Este cuadro es mejor que mil palabras. Si vemos a esta mujer maravillosa, podemos entender dónde está la iglesia y qué es la iglesia. Esta mujer es universal. Igualmente, nosotros nos encontramos en nuestra localidad, pero somos universales. Somos prácticos a fin de ser una entidad real en nuestra ciudad, pero nuestra naturaleza no proviene de la ciudad. Por tanto, no recurrimos a la música rock, las actuaciones teatrales, danzas ni a las demás cosas de esta era maligna. Usamos únicamente aquello que es universal, resplandeciente y que está lleno de luz. Ésta es la naturaleza de la iglesia como testimonio de Jesús hoy día. La iglesia no sólo es un candelero resplandeciente. Ella también posee el resplandor del sol, la luna y las estrellas. Si necesitamos luz, podemos acudir a la iglesia. Muchos de nosotros podemos testificar que cuando vinimos a la iglesia, parecía que las estrellas estaban sobre nosotros, que la luna estaba debajo de nuestros pies y estábamos vestidos, envueltos, con el sol. Por lo tanto, no podíamos escaparnos. En este aspecto, la iglesia no es simplemente un candelero, un portador de luz; sino que ella está vestida de las lumbreras universales. La luz se concentra en la iglesia; fuera de la iglesia no hay luz.
Por esta razón, la iglesia es el lugar que el dragón aborrece. Este gran dragón se halla delante de la mujer universal listo para devorar al hijo varón que va dar a luz (12:3-4). Esto implica una batalla espiritual. Un dragón es más grande que una serpiente. Esto muestra que Satanás aborrece a esta mujer junto con su hijo varón y que hará todo lo posible para causarles daño, tragarlos y devorarlos. Sin embargo, Satanás no lo conseguirá. Al contrario, él será arrojado del cielo a la tierra por el mismo hijo varón que la mujer producirá. Tenemos la certeza de que el hijo varón será producido en las iglesias apropiadas. No podemos esperar que el catolicismo o las denominaciones produzcan el hijo varón. Únicamente una mujer maravillosa en la luz podrá producir el hijo varón que arrojará a Satanás del cielo a la tierra. Finalmente, el reino, la autoridad, de Cristo, será introducido por el hijo varón que esta mujer resplandeciente dio a luz. Éste es el testimonio de Jesús.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.