Vasos útiles para el Señorpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4462-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-4462-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Todos sabemos que la poesía es la cristalización, o podemos decir, “la flor y nata” de la literatura. La persona que sabe escribir poesía en diferentes estilos ha alcanzado la cumbre de su entrenamiento literario. Además, la poesía emana de la experiencia de la vida humana, pues es producto y expresión de los sentimientos humanos. A los niños les resulta difícil escribir una buena poesía porque carecen de experiencias en la vida humana. Para aprender a componer himnos se necesitan tres cosas: conocer la verdad, tener experiencia en la vida humana y mostrar ciertos logros en el campo literario. No es necesario que tengamos un conocimiento profundo de la literatura, pero por lo menos debemos tener ciertos logros literarios. Al tener el conocimiento de la verdad y la experiencia de vida podremos componer buenos himnos.
Otro himno que hemos escrito para esta campaña evangélica se titula “El significado de la vida humana” y dice así (traducción literal):
Para poder entender bien un himno, primero debemos aprender a prestar nuestra atención a sus características particulares. A veces en un himno solamente encontramos unas cuantas líneas o estrofas buenas, o quizás solo una sección es sobresaliente. Por ejemplo, el himno “El significado de la vida humana” se compone de siete estrofas; pero las mejores son las estrofas 4 y 5. La estrofa 4 hace referencia a la sensación de vanidad y vaciedad que el hombre siente, mientras que la estrofa 5 nos habla de la experiencia que tiene el hombre de gozo y satisfacción. Cuando predicamos acerca del significado de la vida humana, en el aspecto negativo debemos mencionar la vanidad y vaciedad que el hombre percibe, y en el aspecto positivo debemos hablar del deleite y la satisfacción que el hombre puede experimentar.
En el aspecto negativo, la estrofa 4 es la cumbre de este himno. Ésta no sólo expresa que todas las cosas son vanidades, sino que el hombre también las percibe como tales. La vanidad no se define como una doctrina o una teoría, que convence a las personas en su mente. La vanidad es una sensación de la vida humana y es también la conclusión de toda experiencia humana. Además, en esta estrofa se repite el negativo varias veces, sin, no, ni, con el objetivo de intensificar esa sensación de vanidad que el hombre siente. Por otro lado, en el aspecto positivo la quinta estrofa representa la cumbre de este himno, al describir cómo una vida humana sujeta a la vanidad se torna en canción. Cuando la vida de un ser humano rebosa con cánticos de gozo, su vida está llena de melodías. Estas dos estrofas contienen todo un mensaje evangélico.
Lo que me he propuesto en este mensaje no es enseñarles a memorizar los himnos, sino a tener comunión con ustedes acerca de una carga relacionada con vuestra búsqueda y aprendizaje. Ustedes que ahora sirven a tiempo completo tienen los lunes como día libre, laboran en las universidades los sábados y asisten a las reuniones en el día del Señor. Por tanto, únicamente cuentan con cuatro días a la semana para estudiar. Al principio era mi deseo que todos los servidores a tiempo completo dedicaran la mitad de cada día, todos los días, al estudio del Nuevo Testamento, incluyendo el estudio de la Versión Recobro y los mensajes del Estudio-vida.
La labor más importante que podemos hacer, los que nos hemos consagrado para laborar por el Señor, es hablar por Dios. Ya sea que prediquemos el evangelio, enseñemos la verdad, impartamos vida, exhortemos a los creyentes o edifiquemos la iglesia, tenemos que hablar por el Señor. Por consiguiente, para el que labora por el Señor es de suma importancia estudiar la Palabra.
En 1949 inicié la obra en Taiwán y en 1952 comencé a conducir entrenamientos. Hice esto cada año durante diez años hasta 1961. Todos los años un gran número de santos venía para ser entrenados. El mejor entrenamiento y el más sobresaliente de todos fue en 1953. Estoy sumamente agradecido al Señor por todos los santos que asistieron durante este entrenamiento, pues ellos realmente tenían un fuerte deseo de ganar al Señor, y el Señor pudo usarlos. No obstante, siento que aún persiste cierta deficiencia porque ellos no han entrado debidamente en la verdad. En cuanto a la verdad, ellos son mucho mejor que los obreros del cristianismo, pero no han avanzado tanto como las generaciones anteriores que hemos tenido entre nosotros, quienes habían sido adiestrados y perfeccionados en la verdad de una manera completa.
Toda obra será juzgada por su fruto. El Señor dijo que todo buen árbol da buenos frutos y que el árbol es conocido por el fruto que produce (Mt. 7:17-20). Han transcurrido más de treinta años desde que iniciamos los entrenamientos, y ahora podemos ver los frutos de la labor realizada por tales colaboradores. En términos generales, su labor ha producido buenos resultados. Todos sabemos que el grupo cristiano con mayor historial en la isla de Taiwán es la Iglesia Presbiteriana de Escocia, la cual ha estado en Taiwán casi doscientos años. Según las estadísticas que obtuve hace tres años, la iglesia presbiteriana cuenta con poco más de ochenta mil miembros; el cual es el fruto de la labor que han realizado por casi doscientos años. Nosotros los que conformamos las iglesias locales figuramos en segundo lugar en lo que respecta al número de miembros; contamos con poco más de cuarenta mil miembros. Sin embargo, si contáramos el número de personas bautizadas en las iglesias locales tal como lo hace la iglesia presbiteriana, el número de nuestros miembros sería casi igual al de ellos. Esto comprueba que la labor que hemos realizado durante estos últimos treinta años en Taiwán es semejante a la realizada por la iglesia presbiteriana. No sólo eso, sino que varios misioneros extranjeros han admitido en sus reportes, que el trabajo evangélico más fructífero realizado en Taiwán es la obra llevada a cabo en el recobro del Señor.
Les menciono estos hechos para mostrarles que no estoy desestimando la obra llevada a cabo por nuestros colaboradores durante estos últimos treinta años. No obstante, consideremos un dicho: “Barco que navega contra la corriente debe avanzar o retrocederá”. Por consiguiente, en todo lo que hagamos debemos hacer lo mejor que podamos, esforzándonos para mejorar. Con respecto a esto, el grupo particular de colaborares al que me refiero, que pertenecen a una generación más joven que la mía y a quienes yo entrené personalmente, me han decepcionado. En los últimos treinta años ellos desempeñaron su cometido sólo parcialmente, y eso fue todo. Ellos se estancaron y no intentaron seguir avanzando.
En cierto sentido, la obra que se ha llevado a cabo en Taiwán no ha producido mucho fruto ni ha progresado mucho durante diez años, desde 1975 a 1985; simplemente hemos mantenido el statu quo. Por la gracia del Señor, las iglesias no han caído en decadencia ni en deshonra por causa de los colaboradores; sin embargo, tampoco ha habido mucho progreso por parte de ellos. La falta de progreso se debe a que los colaboradores se quedaron atrás en cuanto al aprendizaje de la verdad. Me han decepcionado por su falta de agresividad. Nunca es demasiado tarde para que aprendamos, porque el conocimiento en sí no tiene límites. Cuanto menos instruida sea una persona, menos pensará que necesita aprender; más bien, para ella lo que ha aprendido es adecuado y suficiente. Sin embargo, cuanto más instruida sea una persona, más reconoce lo poco apta que es y que necesita esforzarse por aprender aún más.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.