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Situación mundial y el mover de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3943-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 7 Sección 4 de 5

Los últimos asuntos

¡Qué privilegio el que estemos aquí hoy! Incluso hace veinte años no teníamos tanta luz en cuanto al árbol de la vida en relación con la edificación de Dios. Cuando estuvimos en China, raras veces mencionamos el asunto de la edificación de Dios, pero desde que vine a los Estados Unidos, hemos dado muchos mensajes sobre el río de vida y el árbol de la vida en relación con la edificación de Dios, lo cual se ve en Apocalipsis 22:1-2. Muchas veces les he hablado sobre la promesa (v. 14) y el llamado (v. 17) con los cuales concluye la Biblia. No piensen que les hablo de estos asuntos porque esto sea un pasatiempo mío. ¡No! Tengo una carga. ¿Qué otro asunto necesitaría ser recobrado después de la Nueva Jerusalén con el río de vida y el árbol de la vida para la edificación de Dios? El recobro del Señor empezó con Romanos, y concluirá con Apocalipsis.

¿Qué vendría después de estos asuntos: la revelación de Jesucristo, el testimonio de Jesús, el candelero, comer del árbol de la vida, los siete Espíritus, la edificación de Dios, la Nueva Jerusalén con el río de vida que fluye y el árbol de la vida que crece en el río, la promesa de comer y el llamado a beber?, ¿qué otros asuntos faltarían por ser recobrados? ¿No se dan cuenta de que éstos son los asuntos que están incluidos en el recobro final?

NO ES UN CAMINO SINO UNA VISIÓN

Hace poco algunos hermanos que toman la delantera me preguntaron cómo deben avanzar las iglesias. Les dije con franqueza que si me pedían que les mostrara un camino me estaban pidiendo por más religión. Todos los diferentes caminos no son más que religión. Si el libro Practice of the Presence of God [La práctica de la presencia de Dios], escrito por el hermano Lawrence, es simplemente un camino, no es más que religión. Lo mismo podemos decir del libro de Tomás de Kempis, Imitation of Christ [La imitación de Cristo]. Todo esfuerzo que hagamos por imitar a Cristo al mortificar el yo, es ascetismo; no es el verdadero significado de llevar la cruz. Si lo que Madame de Guyón experimentó era simplemente un camino, ése era el camino de la religión del misticismo. Entre nosotros, hace unos cincuenta años, tratamos de poner en práctica el hecho de considerarnos muertos al pecado. Si esto fue simplemente un camino más, también fue religión. En 1939 el hermano Watchman Nee empezó a ver más del Espíritu en Romanos 8. Después de eso, dijo que no podíamos experimentar la muerte de Cristo si permanecíamos en Romanos 6; para ello, teníamos que avanzar a Romanos 8. La muerte de Cristo se experimenta por medio del Espíritu, y no por nuestro esfuerzo de considerarnos muertos. Si dependemos de esta práctica, simplemente tendremos la religión de considerarnos muertos. Quizás usted pregunte: ¿qué cosa no es religión? ¡El Espíritu vivificante! ¡Los siete Espíritus!

Cuando los hijos de Israel viajaron por el desierto, a ellos no se les dio un camino por el cual avanzar, sino que, más bien, siguieron la nube, el Espíritu. Ellos avanzaron conforme a la dirección que recibía el sumo sacerdote por medio de su contacto con Dios en el Lugar Santísimo. Cuando el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo para tener contacto con Dios, sobre su pecho portaba un pectoral con piedras preciosas en las cuales estaban inscritos los nombres de las doce tribus. Este pectoral era como una máquina de escribir. Por medio de él, el sacerdote sabía lo que Dios quería que ellos hicieran; la dirección no venía en forma de preceptos escritos. Hoy en día si queremos saber qué hacer, adónde ir o qué decir, no debemos guiarnos por ningún versículo en particular de la Biblia, sino por el Espíritu. Romanos 8 nos habla de esto. El justo requisito de la ley se cumplirá en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al espíritu (v. 4). Y debemos percatarnos de que el Cristo maravilloso está en nuestro espíritu.

No se trata de que aprendamos una manera de hacer las cosas. ¡Debemos venir y ver la visión! ¡Debemos ver el último recobro del Señor! El propósito de estos mensajes es simplemente quitarles los velos a ustedes para que vean cuál es el recobro final del Señor. El Señor no desea otras cosas; lo único que Él desea es forjarse a Sí mismo en nosotros.

LA SITUACIÓN MUNDIAL FINAL

En los capítulos anteriores vimos cómo el Señor dispuso una situación mundial propicia para llevar a cabo Su mover. Él preparó el Imperio Romano para llevar a cabo la redención y propagar el evangelio. Para que se llevara a cabo la Reforma levantó a Alemania; y para que el evangelio fuera propagado a todos los rincones de la tierra, levantó a Gran Bretaña.

A fin de llevar a cabo Su mover final, el Señor necesita que haya también una situación mundial propicia. Si ustedes examinan la situación mundial actual, estarían de acuerdo en que los Estados Unidos de América es el mejor lugar para que el recobro sea propagado. Nosotros estuvimos laborando en China desde 1922 hasta 1949. Muchas personas fueron ganadas, y muchas iglesias fueron levantadas. Luego, a partir de 1949 todo el país de China empezó a cerrarnos las puertas. Así que, yo fui enviado fuera del país, y muchos de mis colaboradores fueron encarcelados. Esto me produjo una profunda tristeza y desilusión. Sin embargo, ahora ya no me siento desilusionado. De hecho, me siento muy animado.


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