Pensamiento central de Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7041-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El séptimo aspecto de la Nueva Jerusalén es que el árbol de la vida crece en el fluir del agua viva (Ap. 22:2). Esto significa que donde está el fluir del agua viva, allí también está el suministro de vida. El árbol de la vida es Cristo como vida y como nuestro suministro de vida. El hecho de que el árbol de la vida crezca en el río significa que Cristo como nuestro suministro de vida está disponible para nosotros en el fluir del Espíritu. Si usted tiene al Espíritu, tiene al Cristo que es el árbol de la vida, el suministro de vida.
Como iglesia que somos, debemos tener el fluir del Espíritu. En este fluir del Espíritu, recibimos el suministro de Cristo, es decir, recibimos a Cristo como el suministro. Simplemente predicar doctrinas y enseñanzas no sirve para nada. Necesitamos que Cristo nos sea ministrado como suministro de vida mediante el fluir del Espíritu. Cada vez que nos reunamos, debe estar presente el fluir de la corriente, y en este fluir de la corriente se halla el suministro de Cristo, es decir, Cristo mismo nos es ministrado como suministro de vida. Hermanos y hermanas, es inútil discutir en cuanto a la manera correcta de reunirnos. Debemos examinarnos a nosotros mismos, haciéndonos esta pregunta: “¿Está nuestra reunión llena del Cristo que es el suministro que nos es ministrado?”. Ésta es una verdadera prueba. En cualquier tipo de reunión de la vida de iglesia, Cristo como suministro de vida debe ser ministrado en la corriente fluyente del Espíritu Santo. Debemos examinar todas nuestras reuniones en términos de si Cristo como suministro viviente es ministrado.
En la vida de iglesia, Cristo debe sernos suministrado y ministrado como suministro de vida en el fluir del Espíritu Santo. Apocalipsis 22:1-2 alude a las riquezas del suministro de Cristo. Hay doce diferentes clases de fruto, que son frescos y ricos. Cristo no es limitado ni pobre. Él es ilimitado e inescrutablemente rico (Ef. 3:8). Debemos siempre tener algo nuevo y fresco de Cristo para ministrar a Su pueblo. Incluso al cantar los himnos, no debemos manifestar vejez ni pobreza. Día a día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año, no debemos contentarnos con cantar los mismos himnos una y otra vez. ¿Es Cristo así de pobre? Debemos esforzarnos por escribir más himnos nuevos que traigan las riquezas de Cristo en el fluir del Espíritu Santo. He escuchado muchos cánticos basados en el libro de los Salmos, pero no percibo mucho suministro de Cristo en esos salmos. Hay muchas más riquezas de Cristo en libros como Efesios, Colosenses y Filipenses. Todos estos libros contienen las riquezas de Cristo. En algunos de los salmos, se nos dice que gritemos y aclamemos. Sin embargo, es posible que nuestro grito y aclamación sea muy pobre, prácticamente sin nada de Cristo. En las reuniones debemos tener algo de las riquezas de Cristo para ministrar al pueblo del Señor como suministro de vida. Cristo como los nuevos frutos, como fresco suministro es lo que debemos traer.
El octavo aspecto de la Nueva Jerusalén es la calle. Junto con el fluir del río y el crecimiento del árbol de la vida, tenemos una calle (Ap. 22:1-2). La calle, el camino, es Cristo mismo, así como también el Señor mismo es el árbol de la vida. El Señor nos dijo: “Yo soy el camino, y la realidad, y la vida” (Jn. 14:6). Junto con el fluir del agua viva y en dicho fluir, crece el árbol de la vida, y el fluir del agua viva está en medio de la calle. Esto significa que si usted tiene la calle, tiene el fluir, y que si tiene el fluir, tiene el camino.
Más aún, este camino es de oro puro, transparente como vidrio (Ap. 21:21). Esto es un cuadro que tenemos que entender de manera figurativa. Dios la luz y Cristo la lámpara están en el trono, y el fluir del agua viva es el Espíritu Santo. Junto con el Espíritu Santo tenemos a Cristo como árbol de la vida, como suministro de vida, y el fluir del agua viva está en la calle, el camino, que es Cristo mismo. A fin de experimentar a Cristo como la calle, necesitamos el oro puro de la naturaleza divina, necesitamos el fluir del Espíritu Santo y necesitamos disfrutar a Cristo como el suministro de vida. Si no tenemos el oro puro con el fluir del agua viva ni el árbol de la vida que crece en esta agua, no tenemos una calle, un camino, por donde andar. Muchas veces los hermanos se me han acercado para decirme: “Hermano Lee, no sé qué hacer respecto a este asunto. No sé qué camino debo tomar”. Mi respuesta siempre ha sido: “¿Tiene a Cristo en su interior? ¿Tiene la corriente viva dentro usted? ¿Disfruta a Cristo como el Viviente y como el suministro de vida? Entonces no hable acerca del camino; más bien hable acerca de Cristo. Si para usted Cristo es el oro puro, el agua viva y el suministro viviente, usted tiene el camino y sabrá qué hacer”. Una vez un hermano que estaba teniendo problemas con su esposa vino a verme y me dijo: “Hermano Lee, conforme a las Escrituras, debemos comportarnos de cierta manera, y según la ley del gobierno chino, debemos proceder de cierta manera. ¿Es esto correcto o no?”. Le dije que sí, pero luego le pregunté: “Hermano, ya que usted tiene la Biblia y también tiene la ley china, las cuales son muy claras, ¿por qué ha venido a verme?”. Me dijo: “Aunque tengo la Biblia y la ley china, aún no sé cómo lidiar con mi esposa”. Entonces le pregunté: “Usted tiene la Biblia, pero ¿tiene a Cristo en su interior? Tiene la ley china, pero ¿tiene la corriente fluyendo en su interior? ¿Ha disfrutado a Cristo hoy? ¿Ha disfrutado a Cristo en ese problema que está teniendo con su esposa?”. Hermanos y hermanas, pruébense a sí mismos con respecto a estos tres asuntos: ¿tienen a Cristo? ¿Tienen la corriente que fluye? ¿Han experimentado a Cristo en la situación particular que están afrontando? Al examinarse a sí mismos de esta manera, sabrán qué hacer. La calle, el camino, no se halla en las enseñanzas ni en las doctrinas, sino en el Cristo vivo, en la corriente viva. Si usted tiene la corriente, entonces tiene el suministro de vida y tiene el oro puro, la naturaleza divina, es decir, tiene la calle. Además, la única calle procede del trono de Dios para suplir las necesidades en cada una de las doce puertas. Creemos que esta calle es una espiral, que desciende dando vueltas hasta alcanzar las doce puertas. Por consiguiente, una vez que usted esté en la calle, nunca se perderá.
Recuerden bien que si hemos de practicar la verdadera vida de iglesia, debemos tener a Dios como luz, y debemos conocer por experiencia a Cristo como Señor y Cabeza en la autoridad divina por medio de la redención que experimentamos en Dios como la luz. Entonces tendremos la naturaleza divina, el fluir del agua viva y el suministro de vida, es decir, a Cristo mismo. Finalmente, tendremos el camino vivo. Entonces sabremos cómo proceder, cómo proseguir y cómo andar para seguir al Señor. Entonces con respecto a nosotros todo será claro, puro y transparente. Nada será opaco y nadie se perderá. Ésta es la manera de practicar la vida de iglesia.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.