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Cristo todo-inclusivo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-626-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 2 de 16 Sección 2 de 3

EL REPOSO PARA EL PUEBLO DE DIOS

Hay que comprender por qué Dios dijo que esta tierra era el reposo para Su pueblo. El cordero no era el reposo. El maná no era el reposo. Pero la tierra sí es el reposo. El pueblo de Israel disfrutó del cordero de la pascua, pero no entró en el reposo. Todos los días por cuarenta años, ellos disfrutaron del maná, pero aún así no entraron en el reposo. Sabemos lo que es el reposo. El reposo es algo completo, algo pleno, algo perfecto. Cuando uno lo tiene todo, realmente puede descansar. Debido a que el cordero de la pascua no era la porción completa y perfecta para el pueblo de Israel, no era su reposo. Era bueno hasta cierto punto, pero no era el reposo. El maná también era bueno en un aspecto particular, pero no era la porción completa y perfecta. Sólo la tierra fue el reposo para el pueblo de Dios, porque la tierra era el cumplimiento, la perfección y la plenitud. En la tierra lo tenemos todo; la tierra nos satisfará.

En Hebreos 3 y 4 podemos comprender que la tierra, la cual era el reposo para el pueblo de Israel, es tipo de Cristo. Cristo es el reposo porque El es todo para nosotros. La mayoría de nosotros todavía no estamos en la posición de conocer a Cristo como Aquel que es todo-inclusivo para nosotros en nuestra experiencia. Lo conocemos solamente como nuestro Salvador, como nuestro Redentor, como nuestra vida y como nuestro camino. Muy pocos conocemos a Cristo como nuestro todo. La tierra es la meta, es el objetivo, la tierra es el propósito eterno de Dios. A menos que podamos experimentar a Cristo como la tierra, careceremos de algo. Necesitamos ver que todavía hay mucho más de Cristo de lo que hemos experimentado. Lo hemos experimentado sólo un poco. Esta es la carga profunda que tenemos en estos días. Pero creemos que el Señor va a recobrar esto.

LA EXCELENCIA DE LA TIERRA

Muchas veces en el Antiguo Testamento este pedazo de tierra es llamado una buena tierra. Es realmente extraordinario. “Yo los introduciré en una buena tierra”. Si no pone atención especial a esto, pensará que ésta es solamente una afirmación común. Siempre estamos diciendo que algo es “bueno” y viene a ser sólo una forma rutinaria de descripción que no conlleva ningún significado especial. Pero cuando el Señor dice que algo es bueno, debemos ponerle atención. Esto no es trivial. Y El lo repite una y otra vez: una buena tierra ... una buena tierra ... ¡una buena tierra! ¡Tiene que ser realmente buena!

¿En qué consiste la excelencia de esa tierra? Si el Señor dice que es una buena tierra, entonces ¿qué es lo bueno de ella? La mayoría de nosotros no hemos prestado mucha atención a este punto. La hemos conocido como la buena tierra y lo hemos dejado ahí, sin indagar la razón por la cual es llamada buena.

Es bastante difícil definir en una forma completa la excelencia de esa tierra. En primer lugar, le voy a señalar una definición bastante peculiar. Usted ya la ha leído. Exodo 3:8 dice: “He descendido para ... sacarlos de aquella tierra a una tierra buena ancha...” Una tierra ancha. El señor J.N. Darby nos informa que es mejor usar la palabra “espaciosa” que la palabra “ancha” al traducir este versículo. Es una tierra buena y espaciosa. En primer lugar es buena en ser espaciosa.

Usted entiende lo que significa ser espacioso. Pero ¿puede describir la amplitud de esta tierra? ¿Puede describir la extensión, la expansión de Cristo? En otras palabras, ¿sabe cuán grande es Cristo? Cada uno de nosotros tiene cierta medida, pero ¿cuál es la medida de Cristo? El apóstol Pablo nos la da en Efesios capítulo 3. Las medidas de Cristo son la anchura, la longitud, la altura y la profundidad. ¿Puede decir cuán ancha es la anchura, cuán larga es la longitud, cuán alta es la altura, y cuán profunda es la profundidad? Si me lo preguntara a mí, tendría que decirle: “No lo sé. El es ilimitado”. La anchura de Cristo es la anchura del universo. Cristo es la anchura, Cristo es la longitud, Cristo es la altura y Cristo es la profundidad de todo el universo. Si el universo tiene límite, ese límite debe de ser Cristo. Las dimensiones de Cristo son inmensurables. Este es el primer aspecto de la excelencia de la tierra. La tierra es buena en cuanto a la medida ilimitada de Cristo.


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