CAPÍTULO CINCO

EL AVANZADO RECOBRO
DEL SEÑOR HOY EN DÍA

(1)

Lectura bíblica: Ef. 4:7-12, 15-16; 1 Ts. 2:11; Hch. 20:20, 27, 31

En los mensajes anteriores vimos a Cristo y también la iglesia. Podemos reemplazar a Cristo y la iglesia con las expresiones riquezas y plenitud. Con respecto a Cristo, tenemos las riquezas, y con respecto a la iglesia, tenemos la plenitud. En este mensaje abordaremos el tema del recobro del Señor. No hablaremos acerca del recobro del Señor de un modo general, sino del recobro actual del Señor. Éste es un recobro adicional, y es un recobro avanzado. Además, no hablaremos del recobro del Señor que hubo en el pasado, sino que estaremos resaltando el recobro actual y avanzado del Señor.

LA REVELACIÓN COMPLETA DEL NUEVO TESTAMENTO

El recobro del Señor es un recobro de la verdad que estaba en la Biblia, pero que posteriormente se perdió. Todos sabemos que el Nuevo Testamento contiene la revelación completa del Señor en esta era. Es un escrito detallado de la economía neotestamentaria de Dios y también del plan de Dios en el Nuevo Testamento. El periodo de tiempo que abarca empieza con la venida del Juan el Bautista y concluye con la manifestación de la Nueva Jerusalén.

Al comienzo de este periodo, tenemos un relato del Señor Jesús, quien vino a laborar para Dios. Él pasó por todos los padecimientos de la vida humana. Más tarde fue crucificado para efectuar una muerte todo-inclusiva y acabar con todas las cosas, personas y acontecimientos negativos. Después de esto, se levantó de los muertos y entró en resurrección. En resurrección Él ascendió a los cielos y recibió gloria y honra, y fue entronizado para gobernar por Dios. Finalmente, vino a ser el Príncipe y el Salvador exaltado por Dios, y derramó el Espíritu Santo sobre todos los creyentes, los cuales reciben el poder y la autoridad para predicar el evangelio y salvar a los pecadores. Además de esto, Él dio dones para la edificación de la iglesia. Estos dones son los apóstoles a quienes Él perfeccionó, quienes reúnen a los pecadores que son salvos y los edifican como iglesias en diferentes localidades. Cuando reunimos todas las diferentes iglesias, tenemos el Cuerpo de Cristo como una unidad completa.

También vimos que cuando este Cuerpo disfruta las riquezas de Cristo, llega a ser la plenitud de Cristo. Esta plenitud es la expresión de Cristo, mientras que Cristo es la expresión del Dios Triuno. Por consiguiente, la iglesia no es solamente la expresión de Cristo, sino que al final llega a ser la expresión del Dios Triuno. La plenitud de este Cuerpo y su expresión son edificadas gradualmente y crecen gradualmente como Cuerpo de Cristo hasta alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Para entonces, Cristo vendrá otra vez y establecerá Su reino milenario. Por un lado, Él será la recompensa dada a los santos vencedores y, por otro, Él castigará a los cristianos salvos que fueron derrotados. Además de esto, Él perfeccionará a los judíos y al remanente de entre los gentiles de la tierra. Después de todas estas cosas, el reino milenario acabará, y entonces vendrán el cielo nuevo y la tierra nueva, y la Nueva Jerusalén descenderá del cielo, de Dios. Ella será una entidad compuesta de los santos perfeccionados y los judíos perfeccionados. Esta Nueva Jerusalén es sencillamente el reinado y el sacerdocio. Todos los que estarán en la Nueva Jerusalén serán reyes y sacerdotes. Por un lado, ellos servirán a Dios y, por otro, ellos reinarán por Dios. Los gentiles perfeccionados serán los ciudadanos en la tierra nueva que estarán alrededor de la Nueva Jerusalén. Ésta será la situación en la eternidad en el cielo nuevo y la tierra nueva. En esta situación el Dios Triuno será expresado por la eternidad. Ésta es la revelación completa que nos presenta el Nuevo Testamento.

EL RECOBRO DE LAS VERDADES
A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

Aunque estas verdades que el Señor nos ha dado se encuentran en el Nuevo Testamento, a finales de la era apostólica ya se habían perdido. La razón por la que estas verdades se perdieron es que la iglesia se degradó. Es por eso que en Apocalipsis, capítulos 2 y 3, el Señor Jesús hizo un llamado a los vencedores. Por un lado, estos vencedores llevaban una vida vencedora y, por otro, recobraron las verdades que se habían perdido. Esta vida vencedora y este recobro empezaron a fines del primer siglo, aun antes de la partida de los apóstoles.

Hubo un famoso historiador de la iglesia que fue levantado entre los Hermanos Británicos llamado E. H. Broadbent, quien escribió un libro llamado The Pilgrim Church. Lo más sobresaliente en ese libro es la lista de las diferentes verdades que fueron recobradas por los vencedores a través de los siglos, empezando a partir de la era apostólica y continuando hasta finales del siglo XIX. En esa lista figura Martín Lutero, alguien muy reconocido, quien fue un vencedor en el siglo XVI. Él recobró la verdad en cuanto a la justificación por la fe. Para el siglo XVII, entre los católicos se levantaron los místicos, quienes buscaban la experiencia de la vida interior. Ellos se oponían a la muerte y frialdad que imperaba en aquellos tiempos. La figura principal en este grupo fue Madame de Guyón. Estas personas fueron muy buenas en la experiencia de la vida. Sin embargo, no tuvieron claridad en cuanto a la iglesia.

Después de esto, llegamos al siglo XVIII. El Señor levantó al hermano Zinzendorf en Europa. Aunque él relativamente tenía más claridad en cuanto a la verdad de la iglesia y la práctica de la misma, no llegó a la meta final. Un siglo después, en el siglo XIX el Señor levantó a un grupo de hermanos en Inglaterra, entre los cuales estaban J. N. Darby y muchos otros grandes maestros contemporáneos suyos. Ellos recobraron la verdad en cuanto a la iglesia de una manera muy completa. En particular, interpretaron las visiones, los tipos y las profecías de la Biblia. Todos éstos son recobros importantes. Los Hermanos fueron tipificados por el Señor en Apocalipsis 3 como la iglesia en Filadelfia.