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CONOCER LA VIDA DE UNA MANERA APROPIADA

A menudo hablamos de la vida, pero ¿qué es exactamente la vida? Cuando alguien camina lentamente y es muy cortés y amable, ¿decimos que eso es la vida? Cuando alguien se ve duro y enojado, ¿decimos que eso no es la vida? No, no podemos decir esto; más bien, debemos considerar estos seis resultados. La vida es Cristo que vive en nosotros, y el Espíritu explica y proclama a Cristo en nosotros, dándonos testimonio de Cristo, guiándonos a la realidad de Dios en Cristo a fin de que Él pueda obtener una base y poseerlo todo en nosotros, y entronizando a Cristo en nosotros para que Él sea glorificado. Esto se repite reiteradas veces en Juan del 14 al 17. En esto consiste la vida.

LA HISTORIA DE LA VIDA LLEGA A SER
NUESTRA EXPERIENCIA EN EL ESPÍRITU

De Juan 1 al 17 vemos dos grandes giros que el Señor da. Uno es que Él se hizo carne para estar entre los hombres; el otro es que Él llegó a ser el Espíritu por medio de la muerte y la resurrección para entrar en los hombres, produciendo así estos seis resultados en nosotros. El propósito de la oración del Señor en Juan 17 es pedirle a Dios que cumpla la historia de la vida mencionada en los capítulos anteriores. En el capítulo 18 el Señor fue traicionado y juzgado, en el capítulo 19 murió y fue sepultado, y en el capítulo 20 fue resucitado. En la resurrección Él entró en medio de los discípulos, sopló en ellos y les dijo: “Recibid al Espíritu Santo” (v. 22). Los discípulos se sorprendieron de que el Señor pudiera entrar en aquel cuarto en el que todas las puertas estaban cerradas. En ese pequeño cuarto se hallaba la historia de la vida. Debido a que el Señor había resucitado y llegado a ser el Espíritu, los discípulos pudieron recibirlo tan fácilmente como respirar. La historia de todo el Evangelio de Juan está escondida en el Espíritu Santo, a quien el Señor con Su soplo infundió en los discípulos. Si simplemente lo inhalamos como cuando respiramos, Él inmediatamente entrará en nosotros para ser nuestra vida; en resurrección, Él llega a ser muy accesible.

Parece ser un asunto insignificante que el Señor soplara en los discípulos en el capítulo 20, pero en realidad es un gran asunto. Este soplo es el aliento santo, el Espíritu Santo. El Espíritu Santo también es sumamente crucial. La historia de la vida y de toda la realidad espiritual se encuentra en el Espíritu, y el Espíritu, al igual que el aire, siempre está disponible para nosotros. Una vez que inhalamos al Espíritu Santo, llegan a ser nuestras todas las historias de la vida, tales como la encarnación del Señor y Su muerte y resurrección. La encarnación introdujo a Dios en el hombre, y la muerte y la resurrección introdujeron al hombre en Dios. Todo el contenido de la vida, los aspectos de la vida y las historias espirituales que se hallan en Juan del capítulo 1 al 20 están incluidos en el Espíritu Santo hallado en el capítulo 20.

El Espíritu Santo, el Espíritu de resurrección, es el resultado de los dos grandes pasos que dio el Señor: Su encarnación y Su muerte y resurrección. El Espíritu de resurrección contiene todas Sus historias de vida. Lo único que tenemos que hacer es inhalarlo, orar a Él, cambiar nuestros conceptos, arrepentirnos, confesar nuestros pecados y adorarle, y al instante le obtendremos. Todo lo que tenemos que hacer es respirar un poco el aliento espiritual, y el Espíritu Santo de inmediato entrará en nosotros. Todo el contenido de la historia de la vida está en el Espíritu Santo y también en nuestro espíritu. Al engendrar nuestro espíritu, el Espíritu con todas Sus riquezas y la plenitud de la vida puede entrar fácilmente en nuestro espíritu y morar en nosotros como nuestro suministro y nuestra realidad.