Vida cristiana, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0260-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El Dios Triuno procesado y consumado es revelado en Juan 14:6-20. Estos quince versículos son el propio centro de esta autobiografía divina. Nos llevan al centro de la persona cuya autobiografía es la Biblia. Basados en estos quince versículos, decimos que Cristo es el centro de la Trinidad Divina, que expresa al Padre y es hecho real para nosotros como el Espíritu. Aprendí de otros que el Hijo expresa al Padre. Pero no aprendí de otros que el Hijo es hecho real para nosotros como el Espíritu. Descubrí esto en la revelación divina de las Escrituras.
Nuestra vida cristiana es una persona. Su autobiografía es nuestra biografía. La Biblia es la autobiografía del Dios Triuno, y es también nuestra biografía desde antes de que la experimentemos. Pero después de que la experimentamos, llega a ser para nosotros nuestra autobiografía. En nuestra vida cristiana, todos nosotros escribimos nuestra autobiografía. La escribimos al copiar lo que está escrito en la autobiografía de Dios. Finalmente, la autobiografía del apóstol Pablo simplemente era la Biblia.
El Dios Triuno, una persona maravillosa, es el contenido de nuestra vida cristiana. Él existe desde la eternidad hasta la eternidad, sin comienzo ni fin. Como el Eterno, Él creó el universo y al hombre. Después de crear al hombre, Él permaneció inmutable por cuatro mil años. Un día en el tiempo, entró en un “túnel” largo para pasar por un proceso. Aquel túnel largo, es decir, aquel proceso largo, duró un poco más de treinta y tres años y medio.
Después de pasar por tal proceso, Él llegó a ser diferente. Antes de esos treinta y tres años y medio, Él sólo era divino y no humano. Pero después de esos treinta y tres años y medio, Él llegó a ser tanto divino como humano. En otras palabras, antes de ese proceso, Él sólo era Dios y no hombre. Pero después de tal proceso, Él era tanto Dios como hombre. Así que, cierto elemento le fue añadido, y ese elemento era la humanidad.
Antes de Su encarnación, Dios tenía divinidad, pero no tenía humanidad. Fue en la encarnación que adquirió la humanidad y se la puso. En Su resurrección llevó consigo esta humanidad y la elevó para hacer de ella una humanidad divina. Ahora en Su ascensión, Él es tanto divino como humano, y tiene tanto divinidad como humanidad. Éstos son los elementos básicos de Su persona, y estos elementos básicos y personales son el contenido básico de la vida cristiana.
En Su proceso, Dios pasó por la encarnación y también experimentó una vida que duró más de treinta y tres años. Nadie puede comprender el vivir humano misterioso de este Dios-hombre. Él era el mismo Dios Triuno, Elohim (Gn. 1:1, heb.), quien creó el universo y vino para adquirir humanidad y vivir en la tierra en esa humanidad durante treinta y tres años y medio. ¿Quién puede imaginar eso? La mayoría de los cristianos nunca ha dedicado tiempo a meditar en el vivir humano de Dios. Tenemos que considerar este asunto importante. Dios se hizo hombre y vivió en Su humanidad en la tierra continuamente por treinta y tres años y medio. Durante ese periodo, Él nunca se fue. Hoy en día tomamos vacaciones, pero Él nunca tomó vacaciones en Su vivir humano. Su vivir humano es un gran elemento de lo que Él es hoy.
Muchas personas se mudan durante su vida, pero el Señor Jesús vivió treinta y tres años y medio en la pequeña área de Palestina. Esto es muy significativo. Vivir en un solo lugar sujeto a cierto ambiente hace que uno sea cierta clase de persona. Después de vivir en la tierra por treinta y tres años y medio, Dios llegó a ser muy particular. Él vivió entre muchas personas extrañas. Esas personas extrañas lo rodearon todo el tiempo. Él habló con ellos y les trató de cierta manera. Pedro y los otros discípulos eran extraños. ¿No somos nosotros extraños también? Creo que todas esas personas extrañas le ayudaron a ser “moldeado de nuevo”. No podemos negar que después de vivir en la tierra por treinta y tres años y medio, Él espontáneamente se añadió otro elemento, es decir, el elemento del vivir humano. Que Dios viviera entre personas extrañas por treinta y tres años y medio, es algo muy significativo.
Después de pasar por el vivir humano, Él entró en la muerte. La muerte fue un corto segmento del túnel largo de Su proceso, pero Él realizó mucho en este corto segmento. Él resolvió el problema que tenemos con el pecado (He. 9:26) y nuestros pecados (v. 28). Él puso fin a nuestro viejo hombre (Ro. 6:6), a nuestra carne (Gá. 5:24), a toda la vieja creación (Col. 1:20), a Satanás (He. 2:14), al mundo (Jn. 12:31) y a las ordenanzas (Ef. 2:15). En el linaje humano hay muchas ordenanzas. Los japoneses, los chinos y los estadounidenses tienen sus ordenanzas o costumbres peculiares. Estas ordenanzas son las maneras de vivir y adorar. Estas costumbres también incluyen el acento que tienen al hablar. Aun hoy en día muchos queridos hermanos de Texas no pueden evitar el acento sureño. La primera vez que oí “y’all” [pronunciado “iol”, regionalismo de ese estado] fue cuando visité por primera vez el estado de Texas. Además, en los Estados Unidos la gente del sur les dice “yanquis” a los del norte. Éste es un ejemplo de las ordenanzas que existen entre la gente. Por supuesto, hoy en día por la gracia del Señor y también por la soberanía del Señor, todos nosotros estamos aquí en los Estados Unidos. Los Estados Unidos son famosos por ser una “crisol de razas”. Pero muchas personas han vivido aquí por muchos años, y los Estados Unidos no han tenido éxito en “fundirlos”.
Le doy gracias al Señor porque entre nosotros en el recobro no hay mucha discriminación racial. Pero no me atrevo a decir que haya sido eliminada completamente de nosotros. Es una vergüenza que exista entre nosotros alguna distinción de culturas o razas. En Colosenses 3:10-11 Pablo nos dijo que en el nuevo hombre no hay lugar para ninguna persona natural, sino que Cristo es el todo y en todos. En el nuevo hombre no hay japoneses ni estadounidenses ni griegos ni judíos ni chinos, etc. La palabra de Pablo en Colosenses 3 significa que en el nuevo hombre no hay lugar para que exista ninguna persona natural. Pero es posible que en nuestra mentalidad todavía mantengamos lugares para yanquis, para tejanos, para japoneses o para chinos.
Puede ser que aun hoy en día clasifiquemos a los hermanos. En nuestra mentalidad hay muchos lugares para personas naturales. Tal vez pensemos que cierto hermano es un tejano y otro un yanqui, y otro del centro del país y otro del noroeste. Para nosotros otros hermanos son californianos, y en California hay californianos del norte, californianos del centro y californianos del sur. Esta actitud y sentir de clasificar a los hermanos está equivocada. Según Efesios 2:15, Cristo ha abolido todas las ordenanzas por medio de Su muerte.
En Su muerte todo-inclusiva, Cristo también llevó a cabo una obra positiva. En esta obra Él, como grano de trigo, liberó la vida divina que estaba en Él (Jn. 12:24). La vida divina estaba escondida en Su cáscara humana. La cruz quebrantó Su cáscara humana y la vida divina que había en Él fue liberada. Su muerte fue una muerte que liberó la vida. La muerte de Adán es oscura, pero la muerte de Cristo es resplandeciente. Según la autobiografía divina, Su muerte todo-inclusiva también ha llegado a ser un elemento de Su ser. Después de esta muerte, Él entró en Su resurrección maravillosa con Su ascensión.
Hoy en día Él es una persona todo-inclusiva, el Dios Triuno procesado y consumado. Él tiene divinidad, humanidad, vivir humano, una muerte todo-inclusiva y una resurrección todo-inclusiva. Tenemos que sumar estos cinco elementos: divinidad, humanidad, vivir humano, la muerte todo-inclusiva y la resurrección todo-inclusiva. Cuando son sumados equivalen al Dios Triuno procesado y consumado que tenemos hoy. Éste es nuestro Dios, nuestro Redentor, nuestro Salvador, nuestro Señor, nuestro Amo, nuestra Cabeza, nuestra realidad, nuestra vida, nuestro vivir y nuestro todo. Si alguien nos pregunta quién es nuestro Dios, debemos decirle todo esto.
Mi Dios es un compuesto. Está compuesto de divinidad, humanidad, vivir humano, una muerte todo-inclusiva y una resurrección todo-inclusiva, para ser mi Dios, mi Redentor, mi Salvador, mi Señor, mi Amo, mi Cabeza, mi realidad, mi vida, mi vivir y mi todo. ¡Éste es mi Dios! Entonces, les pregunto: “¿Dónde está su Dios?”. Este Dios tan maravillosamente compuesto, ahora mismo está en nosotros. También se está mezclando con nosotros para hacernos exactamente igual a Él en vida, en naturaleza, en elemento y en esencia, mas no en la Deidad. Todos tenemos que ver esto; así tendremos una visión todo-inclusiva acerca del contenido de la vida cristiana.
Les animaría a considerar detenidamente esta breve comunión. Muchos libros cristianos no están en la línea central de la economía neotestamentaria de Dios. No hacen que se escriban las “biografías cristianas” según la autobiografía del Dios Triuno. Ni siquiera nosotros mismos entendemos muy claramente lo que es la vida cristiana. Por esto es que tengo la carga de hablar sobre la vida cristiana. El contenido de la vida cristiana es el Dios Triuno procesado y consumado. Ser consumado es ser completado. Esto es ser forjado con algo hasta que haya una compleción, una realización del cumplimiento de tal obra.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.