Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7796-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Con respecto a Cristo, ya vimos que primeramente tenemos el asunto de la encarnación. Después de esto, tenemos la crucifixión, la resurrección y después la ascensión. Después de la ascensión, tenemos el bautismo en el Espíritu Santo. La encarnación introduce a Dios en el hombre, con lo cual se mezcla la divinidad con la humanidad. La crucifixión pone fin y elimina todas las cosas negativas: el pecado, el mundo, la carne, el viejo hombre, el yo y Satanás. Todas las cosas negativas fueron completamente eliminadas en la cruz. La cruz significó el fin de la vieja creación. Después de la crucifixión viene la resurrección. La resurrección es la germinación de un nuevo comienzo para que podamos tener nueva vida y estar en la nueva creación. Después de esto, Cristo fue exaltado a la diestra de Dios. Esta exaltación fue una especie de investidura que puso a Jesús en Su cargo. Él fue puesto, autorizado e investido en Su cargo para llevar a cabo el proyecto de Dios de edificar Su morada eterna. Hoy dicha morada es la iglesia, y finalmente será la Nueva Jerusalén. En Su ascensión Él fue calificado, aprobado, designado e incluso comisionado con la vida divina, el Espíritu Santo y todos los dones. Ahora este Cristo ascendido posee todo lo necesario para el edificio de Dios.
El primer paso que el Señor dio para llevar a cabo el proyecto de Dios fue bautizar a todos Sus miembros en el Espíritu Santo. Todos éstos eran personas que Dios había escogido y predestinado en la eternidad pasada para que fueran dadas a Cristo. Él los bautizó a todos en Sí mismo. Éste fue el bautismo en el Espíritu. Aquí tenemos un gran misterio, y es por ello que entre los maestros del cristianismo hay diferentes opiniones, interpretaciones, entendimientos y prácticas en cuanto al asunto del bautismo en el Espíritu Santo.
En el Nuevo Testamento se encuentran algunos misterios. Uno de ellos es la persona de Cristo. Él es tanto Dios como hombre. Él es el Hijo, el Padre (Is. 9:6) y el Espíritu (2 Co. 3:17). Esto es conforme a la revelación pura de la Biblia. No tenemos ninguna duda de que Jesús sea Dios encarnado; Él sí se hizo hombre. Todos tenemos que confesar que Jesús vino en la carne. Él era Dios y también un hombre. Como expresión de Dios, Él es el Hijo de Dios. Sin embargo, Isaías 9:6 dice: “Un niño nos es nacido, / un Hijo nos es dado; / [...] y se llamará Su nombre / [...] Dios Fuerte, Padre Eterno”. El Hijo que nos fue dado es llamado el Padre eterno. Es por eso que Él es tan misterioso. No obstante, este misterio se halla en la Palabra de Dios. Luego el Nuevo Testamento dice en 2 Corintios 3:17: “El Señor es el Espíritu”. Él es el Hijo, pero a la vez es llamado el Padre eterno, y es el Señor, pero al mismo tiempo es el Espíritu. Jesús es absolutamente un misterio. No debemos tratar de entenderlo con nuestra mentalidad limitada, pues Él es demasiado misterioso.
¿Cómo podemos entender a este misterioso Jesús cuando ni siquiera podemos entendernos a nosotros mismos? ¿Sabía usted que tiene dos corazones? Uno es el corazón físico, y el otro es el corazón psicológico. Nuestro corazón físico puede ser muy perfecto, pero nuestro corazón psicológico es corrupto. ¿Sabe usted en qué parte de su ser está este corazón psicológico? Ni siquiera podemos entendernos a nosotros mismos. ¿Cómo vamos a poder entender al maravilloso Jesús? La persona de Cristo es un verdadero misterio.
En el Nuevo Testamento se encuentra otro misterio, a saber: el asunto del Dios Triuno. Dios es uno, pero a la vez es triuno. ¿Cómo puede usted definirlo? Cuando era un cristiano joven, traté de entender la trinidad de Dios. Pero cuanto más lo intenté, menos pude entenderla. El Dios Triuno es un misterio.
Decir que el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres personas de un solo Dios es simplemente una especie de interpretación. No debe hacerse demasiado hincapié en esto, pues de lo contrario acabaremos diciendo que hay tres Dioses. Muchos maestros del cristianismo tienen el concepto de que el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres Dioses, aunque no se atreverían a decirlo abiertamente. Algunos dicen que el Padre, quien tiene persona, es un solo Dios, y el Hijo, quien también tiene persona, es otro Dios, pero que el Espíritu, quien no tiene persona, es simplemente una influencia, pero no es otro Dios. Todos estos conceptos con sus interpretaciones son complicados y producen más complicaciones. No debemos enredarnos en ellos.
No podemos entender el misterio del Dios Triuno adecuadamente. Simplemente podemos y debemos entender la Palabra pura de Dios. Mateo 28:19 habla del nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Hay un solo nombre para el Padre, el Hijo y el Espíritu porque Dios es triuno. Luego 2 Corintios 13:14 dice: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Cristo, Dios y el Espíritu son el único Dios Triuno. No podemos saber cómo Dios puede ser triuno, pero conforme a la Biblia, sí sabemos que Él es triuno. Tenemos que olvidarnos de la terminología teológica y, más bien, recibir la palabra pura de la Biblia. ¿Cómo puede un solo Dios ser el Padre, el Hijo y el Espíritu? Esto es un misterio. Es por eso que Su nombre es llamado “Maravilloso”.
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