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Mensajes de vida, tomo 1 (#1-41)por Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6926-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 6 Sección 3 de 7

COMO TRATAR EL PROBLEMA
DE NUESTRO TEMPERAMENTO VARIABLE

Es posible que usted se levante por la mañana y descubra que su espíritu está avivado. Sin embargo, cuando usted regresa a casa por la tarde después del trabajo, siente que está tan frío como un bloque de hielo, aparentemente sin ninguna razón. ¿Qué debe hacer? ¡Aleluya, cuando su espíritu está congelado, usted tiene la Palabra! Puede abrir la Biblia en Juan 4:23. Lea este versículo. A medida que lo lea, su lectura se convertirá en oración. Podría decir algo así: “Oh Señor, la hora viene. ¡Aleluya! Señor, la hora viene y ahora es”. Cuando diga aleluya tan sólo una vez, el hielo se derretirá y usted será lleno de Cristo. Su frialdad habrá desaparecido. Sin necesidad de que haga nada, simplemente desaparecerá.

Sucede lo mismo con nuestro enojo. De hecho, es así como podemos manejar toda nuestra vida cristiana. No trate de vencer su mal genio. Simplemente ocúpese de Cristo. Hoy en día Él es tanto la Palabra como el Espíritu. Como Espíritu Él está en mí, y como Palabra Él está aquí en este Libro. No importa si estoy caliente o frío, la Palabra siempre es la misma. Independientemente de cuánto yo fluctúe durante el día, la Palabra no cambia; siempre dice lo mismo.

Si usted cree que esto es practicar psicología, sólo intente tomar un libro sobre la vida de Abraham Lincoln o sobre los pensamientos de Confucio. Estos libros no despiertan tal respuesta en usted. ¿Por qué la Biblia es el único libro que puede avivarlo? Porque “las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63). Ni las palabras de Abraham Lincoln ni las de Confucio son espíritu. Únicamente las palabras de la Biblia son espíritu, puesto que éstas son las palabras habladas por Dios. ¡Aleluya por esta herencia que hemos recibido del Espíritu, que está dentro de nosotros, y de la Palabra, que está fuera de nosotros!

El Espíritu a veces parece desaparecer, pero la Palabra siempre permanece. Aprendan a contactar al Señor por medio de la Palabra. Los animo a que cultiven el hábito de leer la Palabra todos los días, preferiblemente por la mañana. Hagan de esta práctica un legalismo.

DEBEMOS GUARDAR CIERTOS LEGALISMOS

A fin de vivir, tenemos que guardar ciertos legalismos. Debemos ser legalistas en cuanto a cuatro cosas: comer, beber, respirar y dormir. ¿Cree usted que es demasiado legalista comer tres comidas al día? Si no guardamos estos legalismos, pronto estaremos listos para un funeral. Si ha de vivir saludablemente, usted debe comer, beber, respirar y dormir. Yo siempre observo estos cuatro legalismos. Es por ello que a mi edad aún sigo siendo una persona tan llena de energía. Sin ponerlos en práctica, usted morirá.

De la misma manera, hay ciertos legalismos espirituales a los cuales debemos prestar atención. A fin de vivir y ser saludables espiritualmente, debemos practicar dichos legalismos diariamente. Especialmente ustedes, hermanos jóvenes, deben dedicar al menos diez minutos para orar cada día. Además de esto, tienen que dedicar al menos diez minutos para leer la Biblia. Pueden leer un capítulo en diez minutos. Si persisten en guardar estos legalismos, serán un cristiano fuerte y saludable. Pídanle al Señor que les dé Su gracia para practicar esto.

EL VALOR DE LEER LA BIBLIA

Supongamos que usted no siente ningún interés en orar ni en leer la Biblia. Usted lo ha venido haciendo por algún tiempo y siente que no ha recibido nada. Yo conozco esta historia. Si usted por medio año guarda estos dos legalismos, notará la diferencia. Luego, si aún se siente aburrido, deje de hacerlo por tres meses. Esto le permitirá comparar. Se dará cuenta de lo mucho que pierde. Si usted echa agua por un colador, el agua se escurrirá completamente. No importa cuántas veces lo haga, el agua no se quedará en el colador; no obstante, el colador es lavado. Todos los días cuando usted lee la Biblia, parece que nada se le queda; sin embargo, su ser es lavado y su persona es refrescada. Si deja de leer la Biblia por diez días, verá cuán embotado y sucio se sentirá. Leer la Biblia lo hace a usted una persona diferente, no importa si le parece que ha recibido algo o que no ha recibido nada.

CÓMO ABORDAR LA LECTURA DE LA BIBLIA

Acuda a la Biblia, mas no con el propósito de entenderla. Ni siquiera acuda a ella con el propósito de recibir luz o algún suministro de vida. Simplemente acuda a la Biblia para leerla. Finalmente, el Señor sabe cuándo vendrá la luz, el suministro de vida vendrá de una manera secreta, maravillosa e incluso misteriosa, pero no en conformidad con el tiempo en que usted lo esperaba ni a su manera.

De joven yo leí una biografía que decía que siempre que cierto hermano leía la Biblia, las letras parecían saltar y entonces la luz resplandecía intensamente. Así que decidí practicar esto. Abrí la Biblia, me arrodillé y oré, diciendo: “Señor, haz brillar Tu Palabra. Haz que algunas letras salten; haz que resalten algunas palabras”. Día tras día oré de esta manera, pero ninguna letra pareció saltar; ¡de hecho, parecían hundirse cada vez más en la página! Sin embargo, con el tiempo la luz vino y también el suministro de vida. En algunos casos vino treinta y cinco años más tarde. Desde que vine a los Estados Unidos, he recibido muchísima luz como producto de mi lectura de hace cuarenta años.

Simplemente acuda a la Biblia con el sólo propósito de leerla y contactar al Señor. Cuando llegue el momento apropiado, el Señor le dará la luz o el suministro de vida o el entendimiento.

LAS ORACIONES SON CONTESTADAS

Lo mismo que sucede con su lectura de la Biblia también se aplica a la oración. Tal vez usted espere que si ora, el Señor inmediatamente le responderá de la manera que usted espera. Pues bien, después de muchos años de cristiano, puedo testificarles que ni una sola oración ha quedado sin ser contestada. Cada una de mis oraciones ha sido contestada, pero no a mi manera ni en mi tiempo. Algunas veces no recibí respuestas sino hasta después de tres, cinco o más años. Pero ahora que considero los años pasados, adoro al Señor porque siempre Él respondió a todas mis oraciones a Su manera y en Su tiempo.

La oración no es en vano; las respuestas vendrán. Sin embargo, las respuestas son algo secundario. Cuando usted ore, toque al Señor. Lo primordial es que usted inhale al Señor.

EL EFECTO QUE TIENE AL LARGO PLAZO

Al dedicar este tiempo, al menos diez minutos cada día, para leer la Biblia y orar, usted estará contactando al Señor en su espíritu por medio de la Palabra cada día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año. De este modo, usted crecerá continuamente y será edificado con Cristo. Finalmente conocerá que la vida cristiana simplemente consiste en vivir por Cristo. Al pensar, usted pensará por Él, y al hablar, hablará por Él. Asimismo usted expresará sus actitudes por medio de Él. De este modo, Él será su vida y su persona.

Si practicamos esto, cuando nos reunamos no seguiremos cierta manera de reunirnos, sino que vendremos con Cristo, en Cristo y dentro de Cristo. Nuestras reuniones no serán algo teatral, sino un testimonio viviente de Jesús, es decir; no serán una mera actuación, sino un verdadero testimonio de nuestro diario vivir.

Esto es lo que Dios desea obtener. El cristianismo lo ha desilusionado en esto ya por muchos siglos. Recibamos la gracia y respondamos, diciendo: “Señor, aquí estamos. Queremos satisfacerte al vivirte a Ti como un testimonio Tuyo y al reunirnos en Ti, contigo y dentro de Ti”. En esto consiste la vida de iglesia.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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