Información del libro

Estudio-vida de 1 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1445-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 69 Sección 4 de 4

LAS COSAS DE DIOS

En los versículos 17-25 Pablo habla de las cosas de Dios. En 1:18 menciona la palabra de la cruz. Dijo que para los que se salvan, la palabra de la cruz es poder de Dios. El poder de Dios también pertenece a las cosas de Dios. Según los versículos 19-20, Dios destruirá la sabiduría de los sabios, desechará el entendimiento de los entendidos y hará necia la sabiduría de este mundo. Esto también debe incluirse entre las cosas de Dios. En el versículo 21 Pablo dice: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios, agradó a Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación”. Incluso la necedad de la predicación forma parte de las cosas de Dios. El versículo 24 agrega: “Mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios”. El poder y la sabiduría de Dios también son aspectos de las cosas de Dios. Finalmente, en el versículo 25 Pablo dice: “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”. Entre lo que figura en las cosas de Dios, Pablo también incluye lo insensato de Dios y lo débil de Dios.

En el versículo 26 Pablo vuelve a hablar de las cosas del hombre: “Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento, que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles”. Según el concepto humano, nosotros debemos creernos sabios, y no insensatos.

En los versículos 27-28 Pablo habla nuevamente de las cosas de Dios: “Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo innoble del mundo y lo menospreciado, lo que no es, escogió Dios para deshacer lo que es”. En estos versículos se habla de los que Dios seleccionó. Las cosas de Dios incluyen lo que El hizo al escoger lo necio para avergonzar a los sabios, lo débil para avergonzar a lo fuerte, lo innoble, lo menospreciado y lo que no es, para deshacer lo que es. Todo esto tiene como fin que ninguna carne se jacte ante Dios (v. 29).

El versículo 30 dice: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención”. El hecho de que Dios nos haya puesto en Cristo Jesús también es parte de las cosas de Dios.

EL CONOCIMIENTO CORRECTO
DE DIOS Y DEL HOMBRE

Al estudiar el libro de 1 Corintios vemos que las cosas del hombre incluyen su posición, su situación, su condición, su necesidad, su origen y su destino. La mente natural no es apta para conocer estas cosas. Ni siquiera los profesores universitarios las conocen. Confucio conocía la filosofía ética, pero no sabía ni las cosas de Dios ni las del hombre. El dijo que si alguien peca contra el cielo, o sea, contra Dios, no puede ser perdonado. Esto indica que él no conocía ni a Dios ni al hombre. No conocía el origen, la condición, la posición, la situación, la necesidad ni el destino del hombre. Sabía que había Dios, pero no lo conocía.

Los fariseos y los saduceos pensaban que por conocer el Antiguo Testamento conocían también a Dios. Pese a que se esforzaron por guardar el Antiguo Testamento hasta cierto punto, no poseían el verdadero conocimiento de Dios. ¿Cree usted que los sacerdotes que adoraban a Dios en el templo lo conocían en verdad? No, ellos no lo conocían ni en lo más mínimo. Asimismo, los sacerdotes, los fariseos y los escribas no conocían las cosas del hombre; no conocían su posición, su condición ni su necesidad. El Señor Jesús era el único que sabía las cosas del hombre y las de Dios. Los religiosos no las conocían debido a que ejercitaban su mentalidad natural, pero el Señor Jesús ejercitaba Su espíritu. Según Marcos 2:8, El conocía en Su espíritu los pensamientos y las intenciones de los fariseos. Puesto que ejercitaba Su espíritu en unión con el Espíritu de Dios, podía conocer las cosas del hombre y las cosas de Dios.

En 1 Corintios 1-2 vemos que Pablo es un ejemplo de uno que sabe las cosas del hombre y las de Dios. El conocía la posición, la condición, la situación y el destino de los creyentes de Corinto. Ellos ejercitaron su mentalidad griega y filosófica, y por ende, no conocían las cosas del hombre. No se conocían a sí mismos, pero Pablo los conocía muy bien, pues era una persona que ejercitaba su espíritu, lo cual lo unía al Espíritu de Dios. Por medio de los dos espíritus, Pablo adquirió un detallado conocimiento de los corintios.

Pablo además tenía el debido conocimiento en cuanto a Dios. Al mismo tiempo que exponía la condición que prevalecía entre los griegos filosóficos de Corinto, nos presentaba a Dios. ¿No le parece maravilloso que mientras describía la condición de los creyentes, él presentaba las cosas de Dios? Pablo manifiesta que por un lado los corintios procuraban exaltar la sabiduría humana, mientras que por el otro, Dios pretendía destruirla. Así que, en esto vemos una doble revelación: primero, que los corintios exaltaban su sabiduría; segundo, que Dios la derribaba. Según el mismo principio, en el capítulo tres vemos que los creyentes corintios por su lado destruían la iglesia, mientras que Dios, por el Suyo, la edificaba. Una vez más se presenta una doble revelación: la visión de la destrucción realizada por el hombre y de la edificación realizada por Dios. Además, al mismo tiempo que nos muestra cuánto los corintios necesitaban a Cristo, Pablo también nos revela cuánto Dios infundía a Cristo en ellos. Vemos de nuevo un cuadro con dos visiones. En estos dos capítulos vemos cuánto necesitamos a Cristo y también cuánto Dios nos lo suministra. Vemos tanto las cosas del hombre como las cosas de Dios.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top