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Economía de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-536-0
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LAS ETAPAS DE LA ECONOMIA DE DIOS

Hemos visto el propósito de Dios y qué es lo que Dios dispensa; ahora debemos comprender cómo Dios es dispensado por medio de Su economía. En otras palabras, lo que Dios dispensa en el hombre es Espíritu, pero ahora necesitamos ver los medios por los cuales El hace esto. Es mediante Su Trinidad. El Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— es la verdadera economía de la Deidad. Durante los siglos pasados el cristianismo ha tenido muchas enseñanzas acerca de la Trinidad, pero la Trinidad no puede ser adecuadamente entendida a menos que se le relacione con la economía divina. ¿Por qué se requieren las tres Personas de la Deidad para el desarrollo de Su economía? Sabemos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres Dioses diferentes, sino un Dios que se expresa en tres Personas. Sin embargo, ¿cuál es el propósito de que haya tres Personas en la Deidad? ¿Por qué existen Dios el Padre, Dios el Hijo y también Dios el Espíritu Santo? Se debe a que sólo por medio de la Trinidad pueden ser provistos los medios esenciales por los cuales Su Espíritu es dispensado en nosotros.

Segunda Corintios 13:14 muestra las etapas de la economía de Dios mediante la Trinidad. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Aquí tenemos la gracia del Hijo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo. ¿Qué significa esto? ¿Son éstos tres Dioses diferentes? ¿Acaso el amor, la gracia y la comunión son tres cosas diferentes? No. El amor, la gracia y la comunión son un solo elemento en tres etapas: el amor es la fuente, la gracia es la expresión del amor y la comunión es la transmisión en gracia de este amor. Del mismo modo, Dios, Cristo y el Espíritu Santo son un solo Dios expresado en tres Personas: Dios es la fuente, Cristo es la expresión de Dios, y el Espíritu Santo es la transmisión que introduce en el hombre a Dios quien está en Cristo. Por lo tanto, las tres Personas de la Trinidad vienen a ser las tres etapas sucesivas del proceso de la economía de Dios. Sin estas tres etapas, la esencia de Dios no podría jamás ser dispensada en el hombre. La economía de Dios se desarrolla desde el Padre, en el Hijo y mediante el Espíritu.

(1) DESDE EL PADRE

Dios el Padre es la fuente universal de todas las cosas. El es invisible e inaccesible. ¿Cómo puede Dios el Padre, que habita en luz inaccesible (1 Ti. 6:16), estar dentro de nosotros? ¿Cómo podemos ver al Padre invisible? Si Dios fuera solamente Padre, sería inaccesible y no podría ser dispensado en el hombre. Sin embargo, mediante el arreglo divino de Su economía, El se puso a Sí mismo en Su Hijo, la segunda Persona de la Trinidad, a fin de hacerse disponible para el hombre. Toda la plenitud del Padre habita en el Hijo (Col. 1:19; 2:9) y se expresa por medio del Hijo (Jn. 1:18). El Padre, la inagotable fuente de todo, está incorporado en el Hijo. El Dios inaprehensible está ahora expresado en Cristo, la Palabra de Dios (Jn. 1:1); el Dios invisible está revelado en Cristo, la imagen de Dios (Col. 1:15). Así que, el Hijo y el Padre son uno (Jn. 10:30), y aun el Hijo es llamado el Padre (Is. 9:6).

Anteriormente era imposible que el hombre tuviera contacto con el Padre. El era exclusivamente Dios, y Su naturaleza era exclusivamente divina. El Padre no tenía nada para llenar el vacío que había entre Dios y el hombre. Pero ahora El no sólo ha tomado cuerpo en el Hijo, sino que también se ha encarnado en la naturaleza humana. Al Padre le ha placido combinar en el Hijo Su propia divinidad con la humanidad. Por medio de la encarnación del Hijo, el Padre que era inaccesible es ahora accesible al hombre. Mediante esto, el hombre puede ver al Padre, tocar al Padre y tener comunión con el Padre por medio del Hijo.

Podemos mostrar esta relación por medio de sumergir un pañuelo blanco en un tinte azul. La divinidad del Padre podría asemejarse originalmente al pañuelo blanco. Este pañuelo sumergido en el tinte azul representa al Padre en el Hijo, encarnándose en la humanidad. Ahora la prenda blanca se ha tornado azul. Exactamente así como el color azul fue añadido al pañuelo, así la naturaleza humana fue añadida a la naturaleza divina, y las dos naturalezas, que antes estaban separadas, se han hecho una sola. Por lo tanto, la primera etapa del dispensar de Dios en el hombre se efectúa mediante el habitar corporalmente y el encarnarse en el Hijo como hombre, de este modo reproduciéndose a Sí mismo en el hombre.


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