Información del libro

Significado del candelero de oro, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1338-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 6 Sección 1 de 5

CAPITULO CUATRO

LAS SIETE LAMPARAS DE FUEGO
FOMENTAN EL MOVER DE DIOS

Lectura bíblica: Ex. 25:37; 27:20-21; 30:7-8; Ap. 4:5; 1:4; Sal. 73:17

Hemos visto varios aspectos del candelero de oro: el Dios Triuno, la relación que Dios tiene con el hombre, la redención que el Cordero efectuó, Cristo como material del edificio de Dios y Dios mismo. Si no tenemos el debido conocimiento de estos aspectos, nunca veremos claramente la iglesia. A fin de tener un entendimiento cabal de la iglesia, debemos comprender que la iglesia está ligada con el Dios Triuno, con la relación de Dios y el hombre, con la obra redentora de Cristo y con el edificio de Dios. Finalmente, todo esto se refiere a Dios mismo.

A lo largo de los siglos, el pueblo de Dios sólo ha obtenido un entendimiento fragmentado y parcial acerca de la iglesia, pues no ha recibido de Dios la luz para ver que la iglesia es algo completamente relacionado con el candelero de oro. Desde el pasado hasta el presente, lo que muchos cristianos, teólogos y maestros de la Biblia entienden con respecto al candelero de oro no va más allá de la revelación concerniente a Cristo. Ellos sólo saben que el candelero de oro es Cristo, pero no estudian el libro de Zacarías para ver que el candelero también se refiere al Espíritu Santo, ni tampoco ven en Apocalipsis que el destino final del candelero es la iglesia. Estrictamente hablando, el candelero de oro es el testimonio de Dios manifestado en el universo, el cual comienza con Cristo, pasa por el Espíritu y se expresa por medio de la iglesia. De hecho, hay muchos asuntos importantes que están relacionados con el candelero: el Dios Triuno, la relación que Dios tiene con el hombre (indicado por el nombre Jehová), la redención que Cristo efectuó y el edificio de Dios. Todos están incluidos en dicho testimonio, y finalmente, Dios mismo se manifiesta como el todo en todo. Dios es Su propio testimonio, y el testimonio de Dios es El mismo. No debemos olvidar esta secuencia: el candelero de oro, Jehová, el Cordero, la piedra y Dios mismo.

LAS SIETE LAMPARAS DEL CANDELERO SON
LAS SIETE LAMPARAS DELANTE DEL TRONO DE DIOS

Ahora veamos las siete lámparas, que son una parte fundamental del candelero de oro. La función principal del candelero de oro es iluminar, lo cual se lleva a cabo por medio de las siete lámparas. Este asunto no es sencillo. No entenderemos mucho si sólo leemos Exodo 25, pues allí sólo vemos un candelero de oro sobre el cual hay siete lámparas resplandecientes: hay una caña en el centro, de la cual salen seis brazos de sus dos lados, tres a cada lado, y los brazos de ambos lados se iluminan entre sí.

Apocalipsis 1:4 dice: “...de parte de Aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de Su trono”. El trono de Dios está presente desde el principio del libro de Apocalipsis. En el universo Dios tiene un centro de administración, el cual es Su trono. Apocalipsis 4:5 dice que del trono salían relámpagos, voces y truenos. Los relámpagos, las voces y los truenos son una señal, un símbolo, que significa que Dios administra y opera desde Su trono para ejecutar Su plan eterno. El trono de Dios es el centro de Su administración, y sobre Su trono El ejecuta Su plan y propósito eternos. Esta es la manera en que Dios lleva a cabo Su mover, administración, gobierno, economía y operación eterna. El versículo 5 también dice que “los siete Espíritus de Dios” son “las siete lámparas de fuego” que arden delante del trono. La Biblia habla de modo preciso y sin exceso de palabras. Las siete lámparas del candelero de oro son las siete lámparas de fuego que arden delante del trono de Dios. Esto significa que las siete lámparas están relacionadas con la administración de Dios, Su mover y Su economía; o sea, el mover de Dios depende de estas siete lámparas.

LA UNICA LUZ DEL TABERNACULO
ES LA DEL CANDELERO

Debemos invertir tiempo a fin de profundizar en este tema. El candelero se hallaba en el tabernáculo, en el cual no había puerta ni ventana. No había abertura arriba ni abajo, ni a la izquierda ni a la derecha, ni al frente ni atrás. Unicamente había una abertura a la entrada del tabernáculo, la cual estaba cubierta por un velo o cortina. Hoy sería insensato construir una casa sin ventanas ni puertas, pero Dios admirablemente edificó una morada, el tabernáculo, sin ventanas ni puertas; sólo había una cortina colgada en la entrada, como velo, que impedía que la luz entrara. Por lo tanto, dentro del tabernáculo estaba oscuro, pues éste no recibía luz del sol ni de la luna; no obstante, en el Lugar Santo había un candelero de oro que no sólo tenía una lámpara, sino siete lámparas que brillaban e iluminaban.

Tanto el sol como la luna proveen luz natural para que veamos lo que pertenece a la naturaleza, tal como las montañas, los ríos, las flores, el pasto, los árboles y los animales; sin embargo, esta luz natural no nos ayuda a conocer la administración de Dios, ni Su economía ni Su propósito eterno. A fin de conocer la administración de Dios y Su economía, se requiere tener la luz del candelero de oro. Cuando entramos en la esfera de la presencia de Dios, no hay otra luz que la del candelero de oro. Fuera de la presencia de Dios recibimos la luz del sol y de la luna y tenemos una perspectiva natural, pero así nunca podremos recibir la visión de la economía de Dios y Su administración. Por ejemplo, un profesor universitario puede haber obtenido tres doctorados y haber enseñado por treinta años; siempre que se habla de la ciencia, la literatura o la filosofía, la “luna” de dicho profesor crece más y su “sol” irradia la luz de su conocimiento. Sin embargo, dicha luz es simplemente “luz del sol” y “luz de la luna”, es decir, “luz natural”. El entenderá de ciencia, literatura y filosofía, pero sus ojos están cegados en cuanto a la esfera de la presencia de Dios, pues permanece ajeno a la administración de Dios y Su economía, sin saber nada al respecto. En cambio, algunos de los jóvenes que sólo han estado en la iglesia por dos o tres años ya conocen la economía eterna de Dios, o sea, conocen la “asignatura” de la economía divina. Esto no es algo insignificante. Los profesores de la universidad sólo conocen lo que pertenece a su campo de investigación, pero tienen los ojos completamente cegados en cuanto a la esfera de la presencia de Dios. Sin embargo, nosotros conocemos la economía de Dios, Su administración y las dispensaciones incluidas en dicha administración.

No olvidemos que, en la esfera de la presencia de Dios, la luz no proviene del sol ni de la luna, sino del candelero de oro. La luz del candelero de oro es la luz de la administración de Dios. Aunque el tabernáculo es pequeño, el propiciatorio que se halla ahí es el trono de Dios. El trono de Dios está en el tabernáculo, y delante del trono arden siete lámparas resplandecientes. Al entrar en el tabernáculo no podemos hacer nada sin estas siete lámparas resplandecientes, porque sin ellas no vemos nada. Cuando un sacerdote entraba en el tabernáculo, sus actividades dependían de la iluminación de estas siete lámparas. La luz de las siete lámparas brillantes alumbraban todas las actividades de los sacerdotes en el tabernáculo. Esta es la manera en que opera la administración de Dios, Su gobierno y Su economía.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top