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Revelación del Dios Triuno y Su mover, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-734-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 12 Sección 3 de 3

IV. LA VISION DEL DIOS TRIUNO

Ahora necesitamos ver cómo la visión del Dios Triuno puede llegar a nosotros.

A. Al resplandecer la luz divina
sobre la revelación divina

Cuando la luz divina resplandece sobre la revelación divina, ésta se convierte en la visión divina (Hch. 26:19). Una visión es una perspectiva según la cual podemos ver algo. Si los ojos de una persona están cubiertos por un velo grueso, puede haber una escena maravillosa en frente de él, pero no la ve. No puede ver porque no tiene visión, pero cuando el velo es quitado, puede ver.

Muchos cristianos leen la Biblia con un velo. Por eso Pablo dijo que debemos mirar a Cristo con cara descubierta (2 Co. 3:18). En 2 Corintios 3 Pablo dijo que cuando los hijos de Israel leían los libros de Moisés, tenían un velo sobre sí y no veían nada (vs. 13-15). Luego Pablo dijo que cuando el corazón de ellos se vuelve al Señor, el velo es quitado y que donde está el Espíritu, allí hay libertad (vs. 16-17). Esto significa que cuando tenemos un velo, estamos atados; estamos encarcelados; no tenemos libertad. Cuando el velo desaparece, somos liberados. Esta libertad viene del Espíritu de Dios. Por el Espíritu de Dios miramos al Señor con cara descubierta para ser transformados a Su imagen por medio del Señor Espíritu.

Necesitamos aprender a venir a la Biblia todos los días acudiendo a Dios. Debemos confesar nuestros pecados para no tener obstáculos a fin de así poder tener comunión con Dios en el Espíritu. Luego debemos leer Su palabra orando-leyendo. Todos los días recibiremos revelación; además, el Espíritu resplandecerá sobre la revelación, y recibiremos una visión. Hay una progresión de la palabra a la revelación y de la revelación a la visión.

B. El Espíritu de revelación
nos da la capacidad de ver la visión
y de entenderla con Su sabiduría

En Efesios 1:17 Pablo pidió al Señor que nos diera un espíritu de sabiduría y de revelación. Cuando el Espíritu resplandece sobre la revelación, se tiene la visión. Sin la luz, no podemos recibir la visión, aunque el velo sea quitado. El velo no debe estar; y la luz debe venir. Además, necesitamos tener la capacidad de ver. Si estamos ciegos, no podremos ver nada, aunque el velo se quite y la luz esté allí. Necesitamos la revelación, la luz, la visión por medio de la luz y la capacidad de ver. Entonces ya no está el velo, se tiene la visión, y se tiene la luz con la capacidad de ver. También tenemos el entendimiento de la visión por medio de la sabiduría del Espíritu.

V. EL MOVER DEL DIOS TRIUNO

A. El Dios Triuno se mueve
en Su revelación divina
y conforme a la misma

Dios se mueve todo el tiempo en Su revelación divina y conforme a la misma. En los tiempos de Noé, Dios le dijo que edificara un arca para salvarse a sí mismo y a su familia. Noé dedicó sus días trabajando en el arca. Sin duda, en aquellos tiempos había muchos burlones que se mofaban de lo que Noé hacía (cfr. 2 P. 3:3-6). Noé pudo haberles dicho: “Dios me dijo que toda la tierra será inundada, así que necesitamos un arca para que nos salve”. El pueblo no le habría creído. Finalmente, sólo ocho miembros de la familia de Noé entraron en el arca. Los demás fueron destruidos por el diluvio. En los tiempos de Noé, el mover de Dios consistía en hacer un arca conforme a la revelación de Dios.

Luego, en los tiempos de Abraham, Dios le dijo que saliera de la tierra de su padre y que emigrara a la buena tierra. Dios le dijo que permaneciera en la buena tierra, la cual sería su herencia. En los tiempos de Moisés, Dios le reveló que debía llevar la ley de Dios a Su pueblo y que debía edificar el tabernáculo. Estos son ejemplos del mover del Dios Triuno en Su revelación divina y conforme a la misma, los cuales se encuentran en el Antiguo Testamento.

Ahora consideremos el Nuevo Testamento. Pedro era un pescador que el Señor llamó y atrajo. Luego el Señor paulatinamente le dio la revelación para que supiera lo que el Señor haría en la edad del Nuevo Testamento. Le ocurrió lo mismo a Pablo. Lo que el Señor quiere hacer en la edad del Nuevo Testamento es salvar a muchos pecadores que fueron escogidos por Dios para que fueran miembros de Cristo, edificar la iglesia, y producir el Cuerpo de Cristo a partir de la edificación de las iglesias. El Cuerpo de Cristo tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén, y ésta será el agrandamiento, expansión y expresión eternos de Dios. Esta es la revelación de todo el Nuevo Testamento.

Ahora estamos a fines de la edad del Nuevo Testamento. Debemos hacer lo que Dios hace conforme a Su revelación. El se mueve y obra en Su revelación. Por eso, debemos conocer la Biblia. Millones de cristianos leen la Biblia, pero no tienen la revelación ni la visión. No saben lo que Dios hace hoy, así que establecen cosas que no están en la revelación de Dios ni conforme a ella. Por consiguiente, lo que hacen no está en el mover de Dios. Hoy le damos gracias al Señor porque hemos recibido la visión de la revelación de Dios y sabemos cómo Dios se mueve. Debemos estar en Su mover.

B. Para cumplir Su economía eterna

El mover del Dios Triuno tiene como fin cumplir Su economía eterna (1 Ti. 1:4; Ef. 1:10; 3:9).


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