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Entrenamiento y la práctica de los grupos vitales, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0320-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 14 Sección 2 de 2

I. EL ESTADO DE MUERTE DE SARDIS

A. Lo venceremos en la vida del Cuerpo

El primer enemigo es el estado de muerte de Sardis (Ap. 3:1-2). Este enemigo es derrotado en la vida del Cuerpo (Ro. 12:3-10). Si usted no vive en el Cuerpo, no lo logrará. No puede conquistar la muerte. Los cristianos actuales están muertos porque no viven en el Cuerpo.

B. Por:

1. Presentar nuestros cuerpos
en sacrificio vivo a Dios

Romanos 12:1 dice que necesitamos presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo a Dios. Nuestro cuerpo incluye toda nuestra persona. Nuestro espíritu y nuestra alma están dentro de nuestro cuerpo, así que si nuestro cuerpo es presentado al Señor, todo nuestro ser le es presentado. Tal vez decimos que ya nos hemos ofrecido al Señor, pero necesitamos repetir nuestra consagración cada día y aun muchas veces durante el día. Esto puede compararse a la acción de comer. No podemos decir que no es necesario comer hoy porque ya comimos ayer. Tenemos que comer tres veces al día, todos los días, para mantenernos saludables. De la misma manera la consagración tampoco es un asunto de una vez para todas. Debe ser continuo, sin cesar. Cada día y cada momento, en todo, necesitamos tomar la posición de consagración.

2. Ser transformados
y dejar la conformación a esta era,
por medio de la renovación de nuestra mente

También necesitamos ser transformados y dejar la conformación a esta era, por medio de la renovación de nuestra mente (Ro. 12:2). Ofrecer el cuerpo al Señor es tratar con nosotros mismos. Ser transformados por la renovación de la mente es tratar con esta era, el mundo práctico delante de nosotros. Necesitamos tratar con nosotros mismos, y necesitamos tratar con nuestra relación con el mundo práctico, la era actual, y con nuestro concepto acerca de ella. Estamos en un estado de muerte porque no nos presentamos al Señor y porque secretamente seguimos esta era. Presentar nuestro cuerpo es darnos al Señor sin reservas. No debemos guardar ninguna parte nuestra para nosotros mismos. Debemos darnos al Señor absolutamente. Además, no debemos seguir esta era secretamente.

La era delante de nosotros es muy sutil. He visto a algunos santos que fueron engañados inconscientemente por la era de modo que la siguieron. No podemos vencer el estado de muerte si seguimos parcialmente esta era. La era no se esconde, pero nuestra acción de seguirla se esconde. Tal vez pretendamos amar mucho al Señor, pero en realidad hay una corriente oculta dentro de nosotros que sigue la era, que ama el mundo. Si estamos siendo secretamente conformados a esta era, ¿cómo podemos vivir en el Señor? Hoy día en los Estados Unidos hay dos cosas muy negativas: el pecado y la era. Estas dos cosas matan a los cristianos de este país. Nuestra mente necesita ser renovada para que no seamos conformados a la era.

II. LA TIBIEZA DE LAODICEA

A. La venceremos buscando las riquezas de Cristo

También necesitamos vencer la tibieza de Laodicea (Ap. 3:14-16). Podemos hacer esto buscando las riquezas de Cristo (Ap. 3:17-18, 20). Aunque disfrutemos a Cristo hasta cierto punto, necesitamos disfrutarlo en una manera más profunda, más alta, más ancha y más rica. Debemos decirle al Señor que queremos tener nuevas experiencias de El. Es posible que algunos entre nosotros estén disfrutando a Cristo de la misma manera que los hacían diez años atrás. Esto significa que se han entibiado y están satisfechos consigo mismos.

B. Por:

1. No ser perezosos en el celo

Romanos 12:11a dice que no debemos ser perezosos en el celo.

2. Sino fervientes en espíritu, sirviendo al Señor

Romanos 12:11b dice que necesitamos ser fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Debemos buscar las riquezas de Cristo continuamente. No debemos ser perezosos, sino fervientes en espíritu. Entonces la tibieza será consumida por el fuego en nuestro espíritu.

III. LA ESTERILIDAD DE
LOS CREYENTES EN DEGRADACION

Finalmente, necesitamos vencer la esterilidad de los creyentes en degradación. Hoy día, muchos creyentes han envejecido y degenerado.

A. La venceremos siendo desesperados

Esta esterilidad la podemos vencer solamente siendo desesperados. La verdadera desesperación es una actitud en que algo es un asunto de vida o muerte.

B. Por:

1. Temer ser excluidos del disfrute
de la suministración de Cristo en esta era

Debemos temer ser excluidos del disfrute de la suministración de Cristo en esta era (Jn. 15:2a). Si somos estériles, no debemos creer que disfrutamos a Cristo constantemente. Puede parecer así, pero en realidad no lo es. Nuestro disfrute de Cristo se ha hecho rancio. Lo estamos disfrutando de la misma manera que lo hacíamos muchos años atrás sin mejoramiento alguno. El Señor dijo que si un pámpano no da fruto, el Padre lo cortará. Debemos tener un poco de miedo al respecto.

2. Tener presente la disciplina
que podemos recibir en la era venidera

Mateo 25:24-30 dice claramente cómo el esclavo ocioso y maligno será disciplinado por el Señor en la era venidera siendo echado en las tinieblas de afuera. Podemos conocer esta porción de la Palabra sin tener presente la disciplina que podemos recibir en la era venidera. Juan 3:16 es la palabra del Señor. Mateo 25:24-30 también lo es. Si Juan 3:16 es fidedigno, también lo es Mateo 25:24-30. Tenemos que dar fruto. Si no, corremos el riesgo de ser cortados del disfrute de Cristo. Además, Mateo 25 nos dice que si no ganamos intereses con el talento del Señor, seremos disciplinados en la era venidera. Esto es muy serio.

Todos debemos aborrecer el estado de muerte, la tibieza y la esterilidad. Debemos procurar ser vitalizados siendo desesperados, considerando esto un asunto de vida o muerte. La práctica de los grupos vitales no funcionará si lo tomamos a la ligera. Debemos tener comunión con nuestros compañeros con respecto a la esterilidad. Luego el Señor tal vez nos guíe a tomar la decisión de ayunar una vez por semana. Cuando el hermano Nee era estudiante, decidió ayunar y orar cada sábado por la predicación del evangelio que haría el próximo día. Puede ser que nosotros también nos sintamos guiados por el Señor para ayunar y orar por el fruto.

Debemos llevar a cabo la práctica de los grupos vitales siendo desesperados. Debemos orar desesperadamente pidiendo que el Señor nos dé fruto y nos libere de la esterilidad. Esto debe ser para nosotros un asunto de vida o muerte. Si estamos desesperados, creo que los peces vendrán a nosotros voluntariamente. Lo más difícil es estar desesperado. Lo más crucial para nosotros hoy día es estar desesperados para vencer el estado de muerte de Sardis, la tibieza de Laodicea y la esterilidad tratada por el Señor en Juan 15.


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