Vida necesaria para la predicación del evangelio elevado, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-861-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Efesios 3:21 dice: “A El sea gloria en la iglesia”. La gloria de Dios no sólo está en la iglesia, sino que también se dirige a ella.
Así que, vemos que el propósito de Dios se dirige a la iglesia. La muerte de Cristo se dirige a la iglesia. La resurrección de Cristo, Su ascensión, Su entronización, y Su glorificación se dirigen a la iglesia. En otras palabras, todos los logros principales de Cristo se dirigen a la iglesia. Además, los dones se dirigen a la iglesia. Entonces Satanás, con todas las cosas negativas, quiere la iglesia. Finalmente, la gloria de Dios se dirige a la iglesia.
La carga principal que tengo en este capítulo es tener comunión con ustedes en cuanto al hecho de que la iglesia es Cristo. En 1 Corintios 12:12 es revelado en forma completa, clara y definitiva que la iglesia es Cristo. Este versículo dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el Cristo”.
Cuando decimos que la iglesia es Cristo, este Cristo no es un Cristo individual, sino un Cristo corporativo. Este Cristo corporativo, quien es la iglesia, es la expresión del Cristo individual. En los cuatro evangelios se encuentra el Cristo individual. Pero en Hechos y en las epístolas encontramos al Cristo corporativo, la iglesia.
¿Qué significa la frase “el Cristo corporativo es la iglesia”? Les doy un ejemplo. Todos somos miembros del Cuerpo de Cristo. Supongamos que nos juntamos para tener una reunión. Usted va consigo mismo, otro hermano va consigo mismo, y yo voy conmigo mismo. Todos vamos con nosotros mismos. Así que, somos un grupo de “seres” reunidos. Pero si usted va con Cristo, yo voy con Cristo y él va con Cristo, somos Cristo, no el Cristo individual, sino el Cristo corporativo. Personas de toda tribu, lengua, pueblo, y nación son reunidas (Ap. 5:9) como la iglesia. Si ellos viven por Cristo, entonces cuando se juntan, ellos son la iglesia.
Todos debemos ver qué es la iglesia. La iglesia es el Cuerpo corporativo, el cual es Cristo mismo. La iglesia es la totalidad de todos los santos mezclados con Cristo. La iglesia no es un edificio. Cristo y Su iglesia han estado confinados por el llamado edificio de la iglesia por muchos siglos. Pero El es liberado del aprisionamiento del llamado edificio de la iglesia.
Además, la iglesia no es una organización de muchos así llamados cristianos. La iglesia es Cristo mismo. Si queremos tener la iglesia en realidad, necesitamos vivir por Cristo. Vimos en el capítulo tres que tenemos que tomar a Cristo no sólo como nuestra vida sino también como nuestra persona. Si cada uno de nosotros toma a Cristo como su persona, y no vive por sí mismo sino por Cristo, entonces cada uno es Cristo. Así que, cada vez que nos juntamos, lo hacemos no con nosotros mismos, sino con Cristo. Usted va con Cristo y yo voy con Cristo. Todos vamos con Cristo. Por tanto, la iglesia es Cristo.
También tengo la carga de compartir con ustedes que en la iglesia no hay ordenanzas. Hemos visto que todos somos Cristo, así que todos somos un Cuerpo (Ef. 2:16), el cual es Cristo (1 Co. 12:12). Pero consideremos la situación actual del cristianismo. Vemos divisiones, no el Cuerpo. Nosotros los cristianos hemos estado divididos y seguimos así. Efesios 2:15-16 nos dice que cuando Cristo en Su carne moría en la cruz, dio muerte a la enemistad.
La mayoría de nosotros ha oído que en la cruz Cristo quitó nuestros pecados, y probablemente algunos también han oído que en la cruz Cristo crucificó nuestro viejo hombre y derrotó a Satanás. Pero aquí en Efesios 2:15-16 se nos dice que en la cruz Cristo dio muerte a la enemistad. La enemistad aquí es causada por las ordenanzas. El versículo 15 habla de la ley de los mandamientos en ordenanzas, los cuales crean enemistad. Luego el versículo 16 dice que Cristo dio muerte a la enemistad. Esto quiere decir que dio muerte a todas las ordenanzas.
En Efesios 2:15 las ordenanzas consistían de las costumbres y la religión. Los religiosos siempre tienen sus costumbres conforme a su religión. En tiempos antiguos los judíos tenían muchas ordenanzas. Ellos tenían que ser circuncidados al octavo día, tenían que guardar el sábado cada semana y tenían que observar las regulaciones de su dieta tres veces al día. Estas eran las ordenanzas principales de los judíos en tiempos antiguos. Debido a estas ordenanzas, ningún judío se podía asociar con un gentil. Por otro lado, los gentiles también tenían sus costumbres. Por tanto, todas las diferentes ordenanzas crearon enemistad entre los judíos y los gentiles.
Sin embargo, Cristo creó un Cuerpo, un nuevo hombre, de muchas personas diferentes, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. El nuevo hombre, la iglesia, el Cuerpo de Cristo, fue creado con toda clase de personas, quienes tienen sus costumbres particulares. Los americanos tienen sus costumbres americanas, los ingleses tienen sus costumbres inglesas, los chinos tienen sus costumbres chinas, y los japoneses tienen sus costumbres japonesas. Aun entre los americanos, los del norte tienen sus costumbres y los tejanos tienen las suyas. Todos tienen diferentes costumbres, diferentes ordenanzas.
Me temo que la mayoría de ustedes tienen sus propias ordenanzas, ordenanzas no hechas por Moisés sino por ustedes mismos. Tienen sus propias ordenanzas. Además, hay ordenanzas hechas localmente entre las iglesias locales, tales como una ordenanza de Los Angeles, una ordenanza de Houston, una ordenanza de San Francisco, o una ordenanza de Chicago. Una vez en cierta reunión, mientras unos de los asistentes estaban muy entusiasmados, otros se fueron. Sin duda, ellos no estaban de acuerdo con lo que estaba pasando en la reunión. Tenemos que ser flexibles. Si no somos flexibles, cualquier cosa que tengamos en nuestra reunión puede llegar a ser una ordenanza. Si los contenciosos que se fueron insisten en no reunirse de cierta manera, esto significa que ellos tienen una ordenanza muy firme. Si los que se quedaron insisten en reunirse de cierta manera, ellos también llegan a tener una ordenanza firme.
El problema hoy es que nosotros los cristianos siempre nos centramos en nosotros mismos y nos preocupamos por nosotros mismos. No vemos el Cuerpo ni nos damos cuenta de que el Cuerpo es todo-inclusivo. En la situación actual cada uno tiene su propia elección conforme a su propio gusto. Quizá a un hermano le guste que todo sea exacto, tranquilo y en buen orden en la reunión. Tal vez quiera que todos los hombres usen corbatas y que las damas se vistan modestamente. El quiere que todos lleguen a la reunión y se sienten uno por uno de forma ordenada. Esto es el gusto de este hermano, así que él trata de encontrar tal reunión. Así que, ésta llega a ser su elección de acuerdo a su gusto. Por otro lado, existe otro hermano que también tiene su propio gusto. A él le gustan las reuniones que no sean restringidas y que sean ruidosas. Así que, viajará hasta encontrar una reunión donde todo el mundo sea libre para vestirse de la manera que quiera y que griten y estén entusiasmados. Finalmente, irá a una reunión de su elección conforme a su gusto. Esta es la situación actual.
Todos estos gustos diferentes causan problemas, y todas las elecciones diferentes causan divisiones. Quizá nos guste cierto tipo de reunión, pero no debemos de hacer de esto una elección para nosotros mismos. Hermanos y hermanas, la vida de la iglesia no depende de nuestra elección. La iglesia es nuestro destino. Consideremos a dos hermanos que nacieron en la misma familia y tienen el mismo apellido. El apellido no es un asunto de elección, sino un asunto de destino. Todos necesitamos ver que la iglesia no es una elección, sino un destino. Si vemos esto, muchos problemas se resolverán espontáneamente.
Además, sea que estos hermanos se gusten o no, siguen siendo hermanos. La hermandad no depende de su elección. Es también un asunto de destino. Si el primero no ama al segundo, no puede culpar al segundo, sino solamente a sus padres. Si a usted no le gusta un hermano, no le eche la culpa a él. Usted tiene que ir al cielo a culpar al Padre. Ese es su destino. El es un hermano de usted en su destino. No importa cómo se siente, tiene que amarlo. La amistad es un asunto de elección, pero la hermandad no lo es. La hermandad es un asunto de destino.
En la iglesia tenemos hermandad, no amistad. Supongamos que usted es un hermano de Atlanta. Tal vez algún día unos hermanos de Atlanta lo maltraten. Si usted decide apartarse de ellos, esto prueba que no sabe lo que es la iglesia. La iglesia es un asunto de destino, y también lo es la hermandad. Si usted ve esto, se dará cuenta de que en el Cuerpo de Cristo no debe haber ninguna ordenanza. Quizá me guste estar tranquilo, pero esto no debe ser mi ordenanza. Tal vez me guste ser ruidoso, pero esto no debe ser mi elección. Todos necesitamos aprender a ser generales y darnos cuenta de que la vida de la iglesia es nuestro destino.
El Señor Jesús abolió todas las ordenanzas y dio muerte a la enemistad. Así que, El nos puede hacer uno. Miren la situación cuando nos reunimos todos. Tenemos muchas diferentes clases de personas, sin embargo todos podemos reunirnos como uno. Esta es la iglesia. No hay tal cosa como la iglesia puertorriqueña, la iglesia mexicana, la iglesia japonesa, la iglesia china, la iglesia de los tejanos, la iglesia de los californianos o la iglesia anglicana. Existe solamente una iglesia, la cual es el único Cuerpo de Cristo. El Señor va a recobrar esto. Si esto no se recobra, le será muy difícil regresar. Todos necesitamos ver que la iglesia es Cristo, y este Cristo corporativo incluye toda clase de verdaderos cristianos.
No exija nada de otros. Si alguien es un querido hermano en el Señor, eso es suficiente. No importa qué hace en la reunión, usted tiene que amarlo porque es un hermano en Cristo. Recuerde que no tiene elección. Si ha visto la iglesia, perderá toda elección. No piensen que soy una persona fácil de tratar. Pero por Su misericordia y Su gracia, puedo decir que estoy feliz con todos los hermanos. Mientras alguien sea un hermano, todos tenemos que estar felices con él. ¿Está listo para desistir de sus elecciones? Quizá algunos de ustedes siempre sean buenos y tranquilos. Pero el Señor traerá muchas personas que sean ruidosas y que les guste brincar y gritar: “¡Oh Señor! ¡Amén! ¡Aleluya!” Si usted decide dejar la iglesia porque no le gustan los ruidosos, esto quiere decir que está guardando su elección y desistiendo a su destino.
Lo que estoy compartiendo con ustedes no es algo pequeño. Por Su gracia y misericordia, tenemos que estar contentos con todos los cristianos genuinos. Ya que ellos son hermanos y hermanas en el Señor, tenemos que decir: “¡Aleluya!” Si a alguien le gusta gritar, debemos gritar con él. Pero si nos gusta estar tranquilos, a los que les gusta gritar deben estar dispuestos a estar tranquilos con nosotros. No debe insistir en que yo grite con usted y sin embargo rehusar a ser tranquilo conmigo. Ni yo debo insistir en que usted sea tranquilo conmigo ni tampoco debo rehusar gritar con usted. Debemos ser justos. Con el tiempo, todos diremos: “No nos interesa gritar o estar tranquilos; sólo nos interesa a Cristo”.
Esta es la manera de tener la vida de la iglesia. Nadie insiste en nada. Todos los ancianos y todos los líderes de los diferentes grupos aquí en Los Angeles pueden testificar que a través de los años ninguno de nosotros ha insistido en nada. Siempre hemos estado abiertos los unos a los otros en el Señor. No tenemos regulaciones. Por eso cambiamos con los años. Alguien dijo: “Oh, la iglesia en Los Angeles está cambiando muy rápido. Si usted se va por dos meses y regresa, será totalmente diferente”. Tiene razón. Debido a que no tenemos regulaciones, seguimos cambiando, o mejor dicho, estamos siempre mejorando.
No tenemos regulaciones, ni rituales, ni formalismos, y por lo tanto, no tenemos ordenanzas. Algunas veces he oído a hermanos decir: “Yo creo que a los chinos no les va a gustar esto”. Inmediatamente los aconsejé a no decir eso. Si dice eso, quiere decir que está guardando cierto tipo de ordenanza china. En la iglesia no tenemos ordenanza. Sólo tenemos a Cristo. Ya que este es el caso, podemos fácilmente tener la unidad. Por eso muchos que nos visitaron en los años pasados fueron muy impresionados con la unidad de la iglesia en Los Angeles. Por Su misericordia, no hay ordenanzas en la iglesia aquí. Este es el punto principal del recobro del Señor. El Señor está recobrando la vida apropiada de iglesia, no sólo en Los Angeles, sino también por todo el mundo. Para esto todos necesitamos tener una comprensión completa de que no debe haber ninguna clase de ordenanza.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.