Visión intrínseca del Cuerpo de Cristo, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1376-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Ahora veamos la unidad del Cuerpo revelada en Efesios 4. En el capítulo cuatro Pablo menciona dos veces la palabra unidad. En el versículo 3 nos exhorta a que seamos diligentes en guardar la unidad del Espíritu; luego, en el versículo 13 nos dice que debemos llegar a la unidad de la fe. Tenemos la unidad del Espíritu, pero aún no hemos llegado a la unidad de la fe.
La unidad del Cuerpo es el propio Dios Triuno. Hemos visto en Efesios 4:4-6 que el Cuerpo, el Espíritu, el Señor y Dios el Padre son uno. La unidad del Cuerpo está constituida del Espíritu, el Señor y el Padre. Los tres de la Deidad son uno, y estos tres operan en el Cuerpo para mezclarse con él. Un Espíritu, un Señor y un Padre están obrando en el Cuerpo.
En la oración del Señor presentada en Juan 17, El reveló que el Padre, el Hijo y el Espíritu, los tres de la Trinidad Divina, son uno. La unidad del Cuerpo es el propio Dios Triuno. El Espíritu es la realidad del Dios Triuno, por consiguiente, la unidad del Cuerpo es llamada la unidad del Espíritu. Cuando estamos en el Espíritu, somos uno.
Debemos ser aquellos que guardan diligentemente la unidad del Espíritu. Durante la reunión, quizás el esposo y la esposa canten juntos en unidad, pero al regresar a casa, tal vez discutan. En algunas iglesias los ancianos discuten entre sí. Desde 1936 hasta 1938 ayudé a la iglesia en Pekín, la antigua capital de China, pues los ancianos en esa iglesia no podían ser uno y me pidieron que les ayudara. Mientras convivía con ellos, estaban contentos, pero cuando los dejé, los problemas volvieron a surgir. Lo que estoy diciendo no es algo trivial. Por esta razón difícilmente vemos una iglesia que haya sido edificada. La mezcla y la edificación no han progresado debido a que no somos diligentes en guardar la unidad del Espíritu a fin de llegar a la unidad de la fe.
En Efesios 4, Pablo mencionó la mezcla y la edificación juntas. Por una parte, presentó la mezcla entre la Trinidad Divina y Su pueblo redimido; por otra, mostró la edificación del Cuerpo llevada a cabo por la función de todos los miembros. En la sección de Efesios 4 que habla sobre la edificación, Pablo expresa su anhelo de que dejemos ya de ser niños (v. 14). Mientras estamos siendo perfeccionados, nos hallamos en el camino para llegar a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de Cristo (v. 13). Cuando alcancemos este destino, seremos plenamente maduros. Actualmente en el recobro, muchos aún permanecen en su infancia. Según Efesios 4:14, los niños son sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza. Debemos crecer en la vida divina hasta llegar a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios.
En 1984 me di cuenta que las iglesias en el recobro del Señor estaban en una situación adormecida. Por eso, empecé a introducir a las iglesias en la nueva manera, la manera ordenada por Dios, con miras a la edificación del Cuerpo de Cristo. Sin embargo, algunos de entre nosotros comenzaron a discutir sobre la práctica de la nueva manera. Unos decían que estaban a favor de la nueva manera, mientras que otros preferían seguir en la vieja manera. Por supuesto, la nueva manera es bíblica, pero nuestra fe no se basa en ella. Ni la nueva manera ni la vieja manera constituyen nuestra fe. Ya sea que practiquemos la nueva manera o no, nuestra salvación eterna no depende de ello.
Sin embargo, si implementamos la manera bíblica, obtendremos el incremento y seremos recompensados cuando el Señor regrese. Esta recompensa es adicional a nuestra salvación. Si seguimos la antigua manera y no llevamos fruto, el Señor nos pedirá cuentas cuando regrese. En la parábola de Mateo 25 en cuanto a la fidelidad, un esclavo no obtuvo ganancias para su amo y le dijo a éste que era hombre duro. Entonces, su amo le contestó que era un esclavo malo y perezoso (vs. 14-30). Esta parábola habla de la recompensa y el castigo que habrá en el reino venidero. Los esclavos que obtengan ganancias entrarán en el gozo de su Señor durante el reino venidero, pero los esclavos inútiles serán echados a las tinieblas de afuera.
Quizás nuestra recompensa dependerá de que tomemos o no la manera bíblica en esta era; sin embargo, el hecho de que tomemos la nueva manera o la vieja manera no determinará nuestra salvación. Nuestra salvación es eterna, y ya está asegurada y garantizada. Nuestra salvación se basa en la persona de Cristo el Salvador y en Su obra de redención, la cual incluye Su sangre redentora. La persona divina de Cristo y Su obra redentora conforman nuestra fe. Si contendemos por algo que no sea parte de nuestra fe (Judas 3), causaremos división y seremos personas facciosas.
Para llegar a la unidad de la fe, tenemos que crecer. Todas las diferentes doctrinas y prácticas son como juguetes. La nueva manera puede convertirse en el juguete de un hermano, y la vieja manera, en el juguete de otro. Un hermano tiene un juguete, y el otro tiene el suyo. Ambos son infantiles y actúan como niños, pues se aferran a sus preferencias, gustos y aversiones. En cambio, cuanto más crecemos, más ponemos a un lado los juguetes. Cuando era un creyente joven, contendía por las doctrinas y las prácticas, pues eran mis juguetes. Pero cuando crecí, abandoné aquellos juguetes. Hoy puedo jactarme de que no tengo ningún juguete.
Hay muchos caminos que conducen de Los Angeles a Washington, D.C. No es necesario discutir acerca de cuál camino debemos tomar. Mientras estemos de acuerdo con el destino, lo demás no importa. Podríamos usar este ejemplo y decir que el camino que tomamos para llegar a Washington D.C. es nuestro juguete, y que el destino, la ciudad de Washington D.C., es nuestra fe. No debemos contender por nada que no sea la fe.
Los Bautistas del Sur dicen que para ser un miembro de su denominación, el creyente debe ser sumergido en el agua del bautisterio de ellos. La doctrina del bautismo ha llegado a ser el juguete de ellos. No debe importarnos en dónde se haya bautizado un creyente ni contender acerca de la manera en que sea bautizado. Si hemos visto la unidad de la fe, abandonaremos todos los juguetes. No debemos defender la vieja manera ni la nueva, pues éstas no forman parte de nuestra fe. Ante todo, debemos guardar la unidad. Los problemas surgen porque los santos inmaduros son zarandeados por los vientos de diferentes enseñanzas, doctrinas, conceptos y opiniones.
La manera ordenada por Dios, la nueva manera, no es un juguete que forme parte de nuestro ministerio, sino que es la manera bíblica y orgánica de edificar el Cuerpo de Cristo. He recibido la carga de parte del Señor, para decirle a Su pueblo que la vieja manera anula la función de los miembros del Cuerpo de Cristo. La antigua manera mutila la Cabeza y anula los miembros del Cuerpo; y lo único que queda es un número reducido de clérigos. Por eso, tenemos que desechar la vieja manera. Ciertamente queremos a Cristo, pero no aceptamos el sistema religioso del cristianismo. Debemos desechar el “-ismo” y tomar sólo a Cristo. Regresemos a Cristo y a Su Cuerpo, en el cual todos los miembros edifican. Esta no es mi preferencia; ésta es la manera ordenada por Dios de edificar el Cuerpo de Cristo.
Debemos ver que el Dios Triuno se mezcla con el Cuerpo, y esta mezcla se está efectuando actualmente. Además, los dones fieles —los apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros— están haciendo todo lo posible por perfeccionar a los santos. Ellos laboran para enseñar a los creyentes, instruirlos, equiparlos, dirigirlos y mostrarles la manera de llevar a cabo la obra del ministerio neotestamentario para edificar el Cuerpo de Cristo. De este modo, toda la iglesia será llevada a su debida función. Las coyunturas proporcionan el suministro para unir al Cuerpo, y las partes funcionan para entrelazarlo; así, el Cuerpo es edificado sólidamente.
La edificación corresponde a la mezcla. En realidad, la mezcla y la edificación son uno. Sin la mezcla no podemos edificar, y sin la edificación la mezcla nunca será consumada. La mezcla y la edificación producirán la iglesia completada y consumada, el Cuerpo de Cristo.
Espero que todos podamos ver esto. Pablo recibió una visión; le sobrevino un éxtasis genuino y apropiado que lo sacó del concepto antiguo y lo introdujo en el concepto nuevo. El vio todas estas cosas, y tenemos que agradecer a Dios porque Pablo escribió lo que vio. ¡Cuánto agradecemos al Señor por el libro de Efesios! Sin este libro, no tendríamos guía, dirección ni luz con respecto a los detalles del Cuerpo de Cristo; no seríamos capaces de ver la visión intrínseca del Cuerpo de Cristo. Pero agradecemos al Señor que contamos con esta guía, dirección y luz. Así podemos ver la mezcla del Dios Triuno procesado con los creyentes regenerados, y la edificación del Cuerpo de Cristo. También podemos ver la unidad del Cuerpo de Cristo junto con la unidad del Espíritu, la unidad de la fe y la unidad del pleno conocimiento del Hijo de Dios. Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros con el fin de que nuestros ojos sean bien abiertos para ver la visión intrínseca del Cuerpo de Cristo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.