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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
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II. LA VOLUNTAD DE DIOS ES SU INTENCION DE OBTENER LO QUE EL DESEA PARA SI MISMO

La voluntad de Dios es Su intención de llevar a cabo lo que se propuso en la eternidad pasada y lo que desea para Sí mismo en la eternidad futura. El se propuso y desea tener la iglesia. Esta es Su voluntad y Su intención.

III. EL MISTERIO DE LA VOLUNTAD DE DIOS
NOS FUE DADO A CONOCER POR REVELACION

Efesios 1:9 dice que Dios nos dio a conocer el misterio de Su voluntad. Darnos a conocer el misterio de Su voluntad es un aspecto de la sabiduría y prudencia de Dios. En la eternidad, Dios planeó una voluntad, y esa voluntad había estado escondida en El; así que, era un misterio. En Su sabiduría y prudencia nos dio a conocer este misterio escondido por medio de Su revelación en Cristo, es decir, por medio de la encarnación, crucifixión, resurrección y ascensión de Cristo. Fue un beneplácito para Dios revelarnos el misterio de Su voluntad.

IV. SEGUN EL BENEPLACITO DE DIOS

El beneplácito de Dios es el deseo de Su corazón, a saber, obtener la iglesia; y revelar Su voluntad escondida concuerda con el deseo de Su corazón, lo cual concuerda con Su beneplácito.

V. DIOS SE PROPUSO SU BENEPLACITO

A. En Sí mismo

Dios se propuso Su beneplácito en Sí mismo. Esto quiere decir que El es la iniciación, el origen y la esfera de Su propósito eterno. Dios tiene un plan, un deseo, y conforme a Su plan, tiene un propósito. El universo existe en conformidad con el propósito de Dios. Los cielos, la tierra, los millones de cosas en el universo y el linaje humano concuerdan con el deseo propuesto por Dios. Un día, todas estas cosas propiciarán el cumplimiento del deseo de Dios. En el universo hay un solo deseo, el deseo de Dios. Puesto que Dios se propuso este deseo, nada ni nadie puede derrocarlo. Todo lo que ocurre en la tierra contribuye a este propósito. Nosotros, los hijos de Dios, en quienes sobreabunda Su gracia, somos el centro de Su propósito, y todas las cosas cooperan para nuestro bien. Dios se propuso este deseo en Sí mismo. El no tomó consejo de nadie al respecto.

B. Para una administración

El beneplácito de Dios es lo que El se propuso en Sí mismo para una administración (v. 10). Al final, todo el universo será regido por una sola administración. La palabra griega traducida “administración” es oikonomía, de la cual se deriva la palabra “economía”. Dios se propuso tener una economía. Todos los reinos del universo —el angelical, el reino demoniaco, el reino humano, el reino animal y el reino vegetal— existen por causa de esta economía, de esta administración, y se van encaminado hacia ella. Por ejemplo, la actual situación del mundo, cuyo centro es el Medio Oriente, concuerda con la Biblia. Desde que se volvió a formar la nación de Israel en 1948, y especialmente desde que le fue devuelta la ciudad de Jerusalén en 1967, el Medio Oriente se ha convertido en el centro de las relaciones internacionales. Esto concuerda totalmente con la Biblia y es una señal de que el universo se va encaminando hacia la administración de Dios. Esta administración es lo que Dios planeó y se propuso conforme a Su deseo. Todos los reinos estarán bajo esta administración, la cual consiste en reunir todas las cosas bajo una cabeza en Cristo.

Actualmente el universo está en caos; en vez de estar reunido bajo una cabeza, se ha convertido en una montaña de escombros. Dicho caos se produjo por medio de dos rebeliones, la de Satanás y la de Adán. Antes de crear al linaje humano, Dios hizo a un arcángel, quien más tarde llegó a ser Satanás, la cabeza de todas las criaturas. Pero ese arcángel se rebeló contra Dios. Dios entonces creó el linaje humano y puso a Adán por cabeza de todo lo creado. Según Génesis 1, Dios le dio a Adán autoridad sobre toda la creación, lo cual indica que Adán era la cabeza. Sin embargo, Adán fue seducido a revelarse contra Dios. Así que, mediante la rebelión angelical y la humana, el universo cayó en un caos y quedó reducido a un monte de escombros. A esto se debe que la sociedad humana y la creación misma se hallen en tal desorden. Vemos la rebelión por todas partes; aun los mosquitos se rebelan contra el hombre. Esto muestra que el universo está lleno de luchas provocadas por la rebelión. No obstante, Dios se ha propuesto establecer Su administración para someter todas las cosas a Cristo.

Ahora debemos preguntarnos lo siguiente: ¿Sostiene el cuerpo a la cabeza o la cabeza al cuerpo? La respuesta es que la cabeza sostiene al cuerpo. Esto lo comprueba el hecho de que si se decapita a una persona, el cuerpo se desploma. Por consiguiente, el cuerpo es sostenido por la cabeza. Del mismo modo, la vida de iglesia es una vida en la que nos sometemos a la Cabeza. Si de verdad queremos tener una iglesia gloriosa, debemos estar dispuestos a someternos. En todo lo que nos rodea, en la escuela, en el trabajo y en el gobierno, no vemos otra cosa que un desplome; nada está en orden. En cambio, en la vida de iglesia adecuada estamos en el proceso de ser sometidos a la Cabeza, lo cual sirve de preludio para que Dios someta todas las cosas. Bajo Cristo y mediante la iglesia, Dios someterá todas las cosas del universo. En esto consiste el misterio de la voluntad de Dios. Finalmente, el misterio de la voluntad de Dios en el universo es hacer que en Cristo todas las cosas sean reunidas bajo una cabeza.


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