CAPÍTULO OCHO

EL CRISTO QUE MORA
EN LOS CREYENTES
SEGÚN SE VE EN 1 CORINTIOS

Lectura bíblica: 1 Co. 1:2, 9, 24, 30; 3:16; 6:17; 12:12-13; 15:45

UNA VISIÓN DEL CONTENIDO INTRÍNSECO

Debemos ahora considerar el asunto del Cristo que mora en los creyentes según se ve en 1 Corintios. Tal vez pensemos que los libros de la Biblia abarcan diferentes asuntos, y al parecer es así. Los Evangelios nos relatan la historia de la vida de Jesús. El libro de Hechos es un relato de los apóstoles y los primeros discípulos. Romanos es un libro que contiene doctrinas y 1 Corintios abarca los dones, así como diversas enseñanzas. Pareciera que todos estos libros nos hablan de diferentes asuntos. Sin embargo, si tenemos un entendimiento y una visión del contenido intrínseco, veremos que todos estos libros continuamente nos hablan del asunto del Cristo que mora en los creyentes. Éste es el concepto básico de cada uno de los libros del Nuevo Testamento.

No debiéramos considerar a Cristo aparte del Padre y del Espíritu. Todos debemos comprender que Cristo es la corporificación misma del Dios Triuno. Y Cristo es hecho real a nosotros en el Espíritu. Es al morar Cristo en nosotros que el Dios Triuno se mezcla con nosotros.

En Romanos vimos claramente que todos los que han sido justificados ahora disfrutan al Cristo que mora en ellos como su vida y su todo, y también vimos cómo esta clase de disfrute finalmente redunda en el Cuerpo. El Cuerpo de Cristo surge como resultado del disfrute que tenemos del Cristo que mora en nuestro ser. Ahora, en 1 Corintios veremos que el concepto básico es exactamente el mismo de Romanos. Desde luego, Romanos no abarca el tema de los dones, el matrimonio, ni muchos de los otros asuntos que se abarcan en 1 Corintios. Sin embargo, en el fondo, el concepto básico es el mismo. Eso es, que todos fuimos puestos en Cristo a fin de que al morar Él en nuestro espíritu Su Cuerpo pueda ser producido. Así pues, 1 Corintios abarca lo mismo que Romanos. La única diferencia es que Romanos es un libro que contiene doctrinas, mientras que 1 Corintios es un libro en el que se tratan diversos problemas. En 1 Corintios, Pablo confronta el problema de las divisiones, de las diferentes opiniones acerca de los dones, los litigios, el matrimonio, comer de lo sacrificado a los ídolos y el asunto de la resurrección. Sin embargo, el concepto básico de estos dos libros es el mismo. Todos fuimos bautizados en el Dios Triuno, y ahora este Dios Triuno llega a ser real para nosotros de forma plena en el Espíritu vivificante, quien mora en nosotros como nuestra vida a fin de que el Cuerpo de Cristo pueda existir.

Por lo tanto, vemos que tanto Romanos como 1 Corintios abarcan el mismo concepto básico. Es a esto que llamamos visión. Todos necesitamos recibir esta visión. Sin ella, no tendremos el debido entendimiento para estudiar el libro de 1 Corintios. En lugar de ello, simplemente prestaremos atención a todos los problemas. Algunos maestros dicen que 1 Corintios trata diez grandes problemas: las divisiones, los creyentes pecaminosos, los litigios, el matrimonio, comer de lo sacrificado a los ídolos, la mesa del Señor, la práctica de cubrirse la cabeza, los dones, el amor y la resurrección. Hace veinte años, en Hong Kong, yo di una conferencia sobre la solución a estos diez grandes problemas. En ese entonces dije que Cristo y la cruz eran la respuesta a todos los problemas. Ahora, veinte años después, he podido ver algo más. El libro de 1 Corintios no fue escrito simplemente para resolver problemas. Incluso si usted le ayuda a una pareja de casados a resolver su problema, únicamente los ayudará a tener una buena vida matrimonial. Eso no necesariamente los ayudará a ganar a Cristo. En realidad no tiene mucha importancia que tengamos una vida matrimonial buena o mala. Sin embargo, 1 Corintios sí nos dice algo que verdaderamente tiene importancia. Todos fuimos bautizados en el Dios Triuno, quien se hace real a nosotros en el Espíritu (12:13), ¡y ahora este Dios Triuno vive en nosotros para ser nuestro todo! Él no mora en nosotros simplemente para resolver los problemas de nuestra vida matrimonial. Él vive en nosotros para ser nuestro todo. Esto es mucho más elevado que el simple hecho de resolver problemas. Sin embargo, el entendimiento, interpretación y explicación superficiales de los cristianos ha sido un velo que ha cubierto todas las cosas profundas, impidiendo que los hijos de Dios las vean (2:10).