Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4948-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Mientras estuve en Houston para la conferencia de habla china, sentí una carga muy fuerte por la población china, especialmente por los que son cristianos. Pareciera que hay muy poca luz; el cielo está lleno de nubes, y hay mucha neblina y contaminación. He escuchado que hay alrededor de veinticinco a treinta mil chinos en el área de Houston. La mayoría de ellos ha llegado en los últimos diez años. A pesar de ser una población tan pequeña, hay unos veinticinco o treinta grupos cristianos. Al parecer, cualquiera tiene la libertad y el derecho de formar un grupo. Yo escuché de una división que se produjo porque un pequeño número de creyentes de cierto grupo quería que se hiciera más hincapié en la predicación del evangelio. Puesto que los demás en ese grupo no se mostraron de acuerdo, los que tenían preocupación por el evangelio se marcharon y formaron su propio grupo. Fue muy fácil. Al parecer, no hay nadie que pregone la unidad del Cuerpo de Cristo.
Por lo que he escuchado también me he llevado la impresión de que las actividades que llevan a cabo algunos de dichos grupos cristianos son principalmente sociales. Es probable que un buen número de los que asisten ni siquiera sean salvos. En un lugar como Houston la iglesia debiera ser muy fuerte y resplandeciente.
Debemos pregonar a los cuatro vientos que el Cuerpo de Cristo es uno solo y que en cualquier localidad la expresión del Cuerpo como la iglesia también debe ser una sola. No hay ninguna excusa para que los cristianos se dividan.
Hermanos, nosotros mismos debemos aprender a predicar esto, y luego debemos entrenar a los santos en el recobro para que hagan lo mismo. Debemos hacer notar que los cristianos no deben dividirse. Cualquier división —sea grande o pequeña, vieja o nueva— es equívoca. El catolicismo, las denominaciones y los grupos libres, todos ellos, son divisiones. Debemos condenar la división. No obstante, no será sabio decir, sin la debida explicación a las personas, que únicamente nosotros los que estamos en el terreno de la iglesia local somos las iglesias y que todos los que no están en este terreno no son iglesias. Debemos evitar cualquier tipo de conversación que provoque discusiones y haga que el cielo se nuble. Debemos aprender a presentar la verdad de una manera clara y contundente, y no dar ninguna oportunidad para que los demás discutan o rechacen lo que decimos.
Al presentar la verdad, nuestro entendimiento, nuestra expresión y nuestras palabras deben ser contundentes. Debemos tener largas conversaciones con los de afuera acerca de la unidad de la iglesia. De Mateo 16:18 en adelante hasta el libro de Apocalipsis podemos mostrar que la iglesia debe ser una sola. Basándonos en esta unidad podemos cuestionar sus divisiones. ¿Pueden ellos justificar la división? ¿Por qué se estaban reuniendo ellos con otros hasta hace poco, y ahora ha habido una división? ¿Por qué no se quedaron ellos en ese grupo? La iglesia en Houston incluso podría escribir un tratado que hable sobre esto y luego dárselo a los santos para que lo distribuyan. Incluso podría distribuirlo por correo. ¿De qué sirve que vanamente nos quejemos de las divisiones? Ustedes, hermanos, especialmente los de Houston, deben hacer algo al respecto. Los santos de habla china que están en la iglesia deben hacer algo. Oren juntos y redacten un tratado. Incluso podrían mandar a imprimir algunos carteles y ponerlos en lugares donde sea permitido.
Lo que yo vi y escuché durante la conferencia de habla china ciertamente confirmó la preocupación e interés que tengo; esto es, que el recobro del Señor debe ser fuerte y resplandeciente en dos aspectos. Lo primero es que el recobro consiste en recobrar la expresión genuina de Dios; y lo otro es que el recobro consiste en recobrar la excelencia de Cristo: Su superioridad, Su gloria, Sus riquezas y Su expresión. Éstas no son verdades superficiales.
Hermanos, como aquellos que llevan la delantera en las iglesias locales, todos ustedes deben profundizar en estas verdades, experimentarlas y ser entrenados para saber predicarlas a otros. Además, presentar las verdades más profundas debe ser algo que todos los santos puedan hacer, y no algo que sólo los ancianos pueden hacer; incluso las hermanas pueden hacer esto. Debemos esforzarnos por poner esto en práctica.
El Nuevo Testamento nos muestra que todos los creyentes son luminares en el mundo (Fil. 2:15) y que cada iglesia local es un candelero (Ap. 1:20). Dondequiera que estemos, debemos resplandecer. Individualmente y colectivamente debemos resplandecer. El cielo está oscuro porque la luz no resplandece. No importa cuán pocos seamos en número, incluso si solamente somos diez, nuestra localidad debe ser iluminada.
Considero que no es suficiente el simple hecho de reunirnos sobre el terreno para orar en el espíritu y vivir en el espíritu. Además de esto, debemos hacer sonar la trompeta y hacer que nuestra luz brille. En los primeros días del recobro del Señor en China, la trompeta resonaba; el testimonio era muy claro. Había una atmósfera de espiritualidad. Aunque experimentamos oposición, los opositores no podían negar que nosotros teníamos una norma elevada de espiritualidad, y aunque en número éramos pocos, trajimos este tipo de atmósfera a la comunidad.
Debemos llevar una vida llena de Cristo. Cuando digamos que la división está mal, nuestras palabras deben tener peso; las personas facciosas deben notar que tenemos una medida de Cristo. Deben darse cuenta de que no hablamos frívolamente ni vanamente. Ellos saben que hemos dejado el mundo y nos hemos rechazado a nosotros mismos y vivimos a Cristo. Debemos ser un testimonio vivo; no debemos ser silenciosos y, por ende, no ser una influencia positiva. Al contrario, debemos ser espiritualmente “contagiosos”. Como ustedes saben, Pablo fue acusado de ser una “plaga” (Hch. 24:5). Los judíos con esto querían decir que adondequiera que él iba, allí iba la plaga. Me parece que en Houston no hay ninguna “plaga”. Ustedes hermanos en Houston, especialmente los de habla china, deben ser una terrible plaga. Vayan a propagar la verdad. Al mismo tiempo, deben presentar un testimonio con su vivir. Este testimonio es el testimonio de Jesús; es la corporificación del Dios Triuno; es el candelero.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.