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Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8420-9
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CAPÍTULO OCHO

UNA OBRA ESPIRITUAL
CON EL EFECTO DE LA VIDA

LA VIDA HUMANA NECESITA
UNA RECREACIÓN APROPIADA

Los seres humanos son limitados. En particular, son limitados respecto a cuánto ellos pueden laborar. Por ende, Dios ha ordenado que los seres humanos tengan relajación y reposo. Esto también se aplica a los jóvenes y sus estudios. Deberíamos ayudar a los jóvenes a entender que pasar una gran cantidad de tiempo estudiando no necesariamente aumenta nuestro aprendizaje. Si una persona aprende o no depende de si estudia diligentemente. Cuando un joven hace un itinerario de sus actividades, tiene que incluir algún tiempo para la relajación. Muchas veces quienes asisten a las reuniones con regularidad tienen éxito en sus estudios puesto que las reuniones llegan a ser su relajación. En cada currículo escolar hay tiempo designado para la educación física, que es una clase de relajación. El estudiante, al incluir la relajación en su itinerario, será capaz de estudiar de manera efectiva.

Una escuela no puede confinar a sus estudiantes a un aula y requerirles que estudien las veinticuatro horas del día. Los jóvenes tienen que entender que pasar una gran cantidad de tiempo estudiando no necesariamente significa que ellos estudiarán de forma eficaz. Si los estudiantes utilizan el tiempo de la reunión apropiadamente al considerarlo como un tiempo de disfrute y relajación, sus tareas escolares no se verán afectadas negativamente. Ha habido muchos hermanos y hermanas que amaban al Señor y que también fueron estudiantes diligentes. Fueron buenos estudiantes y no permitieron que sus estudios afectaran su asistencia a las reuniones. Tenemos que ayudar a los santos jóvenes en este asunto de modo que no piensen que, a fin de ser buenos estudiantes, ellos tienen que pasar todo su tiempo estudiando. Estudiar hasta las cuatro o cinco de la mañana no los hará buenos estudiantes. Tal itinerario los haría inútiles al día siguiente pues, como seres humanos que somos, nuestra energía es limitada. Los seres humanos deben trabajar durante el día y dormir durante la noche, y debemos tener la relajación apropiada.

Un estudiante debe estar muy concentrado cuando estudie. Algunos estudiantes son capaces y unos pocos son dotados, pero todos los estudiantes tienen que aprender a concentrarse. Ellos no deberían depender de estudiar todo a último momento a fin de tener éxito. Deberíamos ayudar a los jóvenes a entender que todo su ser debería concentrarse en sus estudios. Entonces, en un tiempo apropiado, deberían dormir y tener algún ejercicio físico y algún disfrute. Nuestro disfrute no debería consistir en ir al cine, sino en asistir a las reuniones. Las reuniones deberían ser el disfrute y la relajación de un cristiano. Nuestros jóvenes se beneficiarán enormemente si podemos ayudarles de esta manera para que cambien su concepto.

NO TEMER A LAS DIFICULTADES
Y OBRAR PARA VIVIFICAR A LAS PERSONAS

Algunos hermanos dicen que la obra tiene que centrarse en un “núcleo” de santos que estén dedicados. Sin embargo, un colaborador que verdaderamente sabe cómo obrar laborará de tal manera que vivifique a cada santo. Debemos pasar menos tiempo teniendo reuniones para tomar decisiones. En particular, el tiempo dedicado a la reunión de ancianos debería reducirse, y se debería tener con menos frecuencia. Los ancianos deberían pasar más tiempo obrando con los santos. Cada anciano debería visitar a los santos. Incluso si tenemos distintas maneras de visitar a los santos, siempre y cuando sea una manera viviente, es buena. No hay necesidad de insistir en la uniformidad.

Es importante que obremos hasta que una persona sea vivificada. Deberíamos aun permitir que los estudiantes de la escuela intermedia tengan sus propias reuniones. Un hermano de la escuela intermedia podría tener muchas reuniones en su escuela. Quizás un joven prefiera reunir a cinco o seis amigos y tener una reunión y, luego, reunir a otros cinco o seis para tener otra reunión. A la postre, podría haber cuatro o cinco reuniones en su escuela intermedia de modo que muchos sean guiados a la salvación. Esto aumentará su interés y su carga por servir. No debería haber un patrón establecido para estas reuniones.

Además, no deberíamos ser disuadidos por las dificultades. En Mateo 25:24 el Señor se describe como un hombre duro que siega donde no sembró y recoge donde no aventó. Segar donde uno no sembró indica que el ambiente no es fácil. No existe una obra que no tenga dificultades. Sin embargo, no tememos al ambiente difícil, pues cuanto más difícil sea el ambiente, más eficaz es la obra. No sean subyugados por el ambiente ni miren las dificultades en el ambiente. No importa cuán alta sea una montaña, será nivelada. Si una superficie necesita ser elevada, será rellenada, y si un camino necesita ser enderezado, será enderezado. En resumen, nada es demasiado difícil. Cada situación difícil puede ser conquistada. Necesitamos tal espíritu para la obra. Especialmente aquellos que participan en la obra con los jóvenes necesitan tal espíritu, pues los jóvenes pueden ser muy activos.

Durante nuestros primeros años en los Estados Unidos, notamos que muchas familias estadounidenses traían a toda su familia, jóvenes y viejos, a las reuniones. Las familias se sentaban todas juntas en las reuniones. Los estadounidenses consideran esto como algo piadoso. Las madres estadounidenses eran personas estrictas en la disciplina y enseñaban a sus hijos a ser obedientes. Por tanto, aunque había muchos niños presentes, había poco ruido en las reuniones. Más adelante nos dimos cuenta de que dos horas es demasiado tiempo para que los niños permanezcan sentados en una reunión. Esto hacía que ellos estuviesen resentidos cuando crecían. Como resultado, permitimos que los adultos se reunieran mientras que algunos jóvenes cuidaban de los niños. En otras palabras, se llevaba a cabo una reunión de niños a la misma vez que se tenía la reunión para los adultos. Cuando los padres venían a una reunión, entregaban a sus niños a los servidores. De este modo, un niño estaba en manos de los servidores hasta cumplir los doce años de edad. Al comenzar la escuela intermedia, se le animaba asistir a las reuniones para los adultos.

Según este ejemplo, deberíamos invertir tiempo para estudiar nuestra situación y hallar la manera apropiada de llevar a cabo la obra. Un ambiente difícil no significa que no hay manera para efectuar la obra. Quizás no sea malo enfocarse en un “núcleo”, pero no es apropiado depender de esto. Si continuamente tenemos reuniones de ancianos y reuniones para los núcleos, pero no somos capaces de vivificar a todos los santos, no lograremos nada. Por ende, tenemos que invertir nuestro tiempo y nuestra energía en el servicio. Es suficiente tener una reunión breve cuando surja una necesidad. Tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo por invertir nuestro tiempo y nuestra energía en la obra y no en reuniones relacionadas con la obra.


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