Experimentamos a Cristo como las ofrendas para presentarlo en las reuniones de la iglesiapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1188-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El versículo 6 también menciona los diezmos, los cuales no son un plato, pero muestran la décima parte de la suma de todo el producto que recogemos. Todos los artículos de consumo pueden ser diezmos, pero una décima parte, la mejor de todas, es apartada para Dios.
En el versículo 6 también se menciona la ofrenda elevada, la cual no es la ofrenda principal y puede considerarse una ofrenda secundaria. Esta ofrenda también incluye la ofrenda mecida y hace alusión a la ascensión. Cuando se menciona la ascensión, se incluye la resurrección. Al hablarse de la resurrección, quizás no se incluya la ascensión, pero cuando se habla de la ascensión, está implícita la resurrección. Así como el holocausto incluye las ofrendas que le suceden, la ofrenda elevada incluye la ofrenda que la precede. Antes de la ofrenda elevada se ofrece la ofrenda mecida. La resurrección precede la ascensión. Entonces el holocausto es la ofrenda principal, y la ofrenda mecida es la ofrenda final. El holocausto es la mayor de las ofrendas, y la ofrenda elevada es una de las ofrendas secundarias. Esto es muy significativo.
En el versículo 6 aparece la expresión “vuestros votos”, que se podría traducir “de vuestros votos”, y quedaría así: “Y la ofrenda elevada de vuestras manos, y de vuestros votos”. Aquí vemos dos cosas. Todas las ofrendas presentadas a Dios son producto de la tierra obtenido mediante el trabajo de las manos. Se exigía esta ofrenda en ese entonces como hoy se exige el pago de los impuestos. De hecho, el diezmo era una especie de impuesto. Se exigía esta primera ofrenda como producto de la obra de las manos, pero la segunda ofrenda se daba como un voto; o sea que no era un requisito. Por ejemplo, se exige que uno pague cierta cantidad de impuestos, pero aparte del impuesto uno le da al gobierno algo más. Esto no es un impuesto obligatorio, sino un voto, un pago voluntario, un tributo basado en el patriotismo. Uno quiere dar algo más por amor al país.
Ocurría lo mismo con los israelitas. Todo israelita debía pagar el impuesto, independientemente de su amor o indiferencia hacia Dios. De todos los productos, se debía dar la décima parte. Si uno no paga impuestos sobre sus ingresos, tendrá problemas, pues el gobierno puede multarlo o encarcelarlo. Pero un voto es distinto. Pagar un voto significa que por amor a la patria uno quiere dar algo más de lo exigido por el gobierno.
El versículo 6 también menciona las ofrendas voluntarias. ¿Qué diferencia hay entre los votos y las ofrendas voluntarias? Los votos cumplían una promesa. Es como cuando uno promete dar cierta cantidad de dinero, lo cual se hace en la iglesia de vez en cuando. Hace seis años, íbamos a construir este salón, pero no sabíamos cuánto dinero podían o querían dar los santos; por eso, les pedimos a muchos que anotaran en un papel la cantidad de dinero que se comprometían a entregar a la iglesia. Muchos escribimos esa promesa, la cual se convirtió en un voto para la iglesia. Cada mes dábamos cierta cantidad para cumplir aquellos votos.
Pero aparte de eso, algunos daban algo más. Esta era una ofrenda voluntaria. Algunos dieron lo que habían prometido para la construcción del salón, y añadieron algo más. Esta porción adicional era una ofrenda voluntaria. Las ofrendas que se basan en un voto son más rígidas, y el diezmo lo era aún más, porque servía para cumplir un propósito. En parte, el voto denota cierta medida de libre albedrío. Uno no tiene la obligación de comprometerse con un voto, pero los impuestos sobre la renta de todos modos los debemos pagar con o sin voto. El Pentateuco enseña que todas las ofrendas pertenecen a estas tres categorías. Los diezmos son las ofrendas más serias, los votos son menos obligatorias, y las ofrendas voluntarias son las más volátiles.
En estos versículos podemos ver cuáles son los platos principales del banquete divino y cuáles los alimentos. Llegamos a los alimentos, la última parte, la séptima: “Las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas”. Estos son alimentos. Primero, tenemos las primicias de las vacas, luego las primicias de las ovejas. Ahora tenemos dos clases de alimentos. Las primicias de las vacas y las de las ovejas son los dos primeros alimentos.
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