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Salvación en vida presentada en Romanos, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4811-9
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CAPÍTULO UNO

LA REDENCIÓN EN LA MUERTE DE CRISTO
Y LA SALVACIÓN EN SU VIDA

Lectura bíblica: Ro. 1:1-4, 17; 3:22-24; 5:10

  1. El tema del libro de Romanos: el evangelio de Dios—Ro. 1:1-4:
    1. Prometido por Dios en las Santas Escrituras—v. 2.
    2. Acerca del Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Señor—v. 3a:
      1. Según la carne, o sea, la humanidad, Él provino del linaje de David—v. 3b.
      2. Según el Espíritu de santidad, o sea, la divinidad, Él fue designado Hijo de Dios con poder por la resurrección de entre los muertos—v. 4.
    3. Explica con claridad que el justo por la fe tendrá vida y vivirá—v. 17:
      1. El justo: aquél a quien Dios justifica y a quien Dios ha dado Su justicia—3:22-24.
      2. Por fe: al tomar la fe como un principio; la justicia se refiere a la justicia de Dios, la cual procede de Dios; la fe se refiere a nuestra fe, la cual es de nosotros mismos.
      3. Tendrá vida y vivirá: al recibir la vida eterna de Dios y vivir mediante esta vida de Dios.
  2. La muerte de Cristo y Su vida—5:10:
    1. Somos reconciliados con Dios por la muerte de Cristo: esto incluye el hecho de que somos redimidos y justificados—3:24.
    2. Somos salvos en la vida de Cristo: la plena y completa acción salvadora de Dios en Cristo.
    3. Estos dos llegan a ser el evangelio de Dios: la plena y completa salvación que Dios efectúa.

En esta noche, haré algo nuevo que nunca antes había hecho. Cubriré tres mensajes en una sola noche. Aún más, abarcaré diez mensajes en tres noches. El tema principal de estos diez mensajes es la salvación en vida presentada en el libro de Romanos. Al compartir estos diez mensajes tengo un propósito doble: primero, deseo que ustedes reciban una ayuda. Segundo, espero que al regresar a las localidades donde ha llegado el evangelio, puedan ayudar a los nuevos con la ayuda que ustedes mismos han recibido mensaje tras mensaje.

Estos mensajes contienen un entendimiento sin precedente acerca del libro de Romanos, el cual nunca antes se ha dado en el cristianismo. Si bien, este entendimiento es presentado en una manera particular, no podemos decir que sea peculiar. Estos mensajes contienen nueva luz que hemos recibido del Señor. Puesto que nadie ha visto antes estos asuntos, podemos decir que son nuevos. Éstos son asuntos excepcionales y maravillosos, ya que nadie nunca los ha visto. Por tanto, estos diez mensajes son del todo nuevos, frescos y maravillosos.

LAS DOS GRANDES SECCIONES DEL LIBRO DE ROMANOS

Aprecio en gran manera el bosquejo y las secciones divisorias del libro de Romanos en la Versión Recobro del Nuevo Testamento. A mi parecer, éstos fueron hechos de una manera excelente y concisa. No obstante, mi hablar esta noche no se basará en ellos. Más bien, les daré algo nuevo. Les mostraré que el libro de Romanos está dividido en dos secciones principales. Así como una divisoria de aguas, esto es, una línea divisoria, es la cresta de una montaña que divide un río en dos vertientes, el libro de Romanos está dividido en dos secciones mediante una línea divisoria. Esta línea divisoria es Romanos 5:10, que dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos en Su vida”. ¡Este versículo es muy precioso! De manera pasiva nos convertimos en enemigos de Dios, y además nos conducíamos como enemigos de Dios. Ése fue un tiempo en el que no hicimos nada bueno. Todo lo que hacíamos era conducirnos como enemigos de Dios. Incluso las hermanas que ahora parecen ser tan mansas, eran enemigas de Dios antes de ser salvas. Pero alabado sea Dios, porque aun cuando éramos sus enemigos, Dios nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de Cristo Su Hijo. Ésta es una de las “vertientes” de la línea divisoria. Estando reconciliados, seremos salvos en Su vida. Ésta es la otra “vertiente” de la línea divisoria.

Una de las vertientes es la muerte de Cristo y la otra es la vida de Cristo. La muerte de Cristo tiene como fin nuestra redención, y Su vida tiene como fin nuestra salvación. Éstos son dos términos muy diferentes. La redención junto con la acción salvadora equivalen a la salvación. Si sólo disfrutamos de la redención sin participar de la salvación, sólo tenemos la primera parte de la salvación. Según el principio bíblico, vemos que siempre lo que sucede primero no es muy bueno, pero lo que sigue es mejor. Por ejemplo, la señal de cambiar el agua en vino, en Juan 2, el vino de mejor calidad no fue el primero (v. 10). Antes bien, el vino que se sirvió a lo último fue el mejor. En Números 18:17, el primogénito había de morir, sin embargo, aquellos que nacieron después de éstos fueron salvos. El hecho de ser redimidos representa sólo la primera parte de la salvación de Dios. Este aspecto de la salvación no es tan elevado. Cuando disfrutamos de la salvación en vida, o sea, la segunda parte de la salvación de Dios, nuestra experiencia de la salvación es mucho más elevada.

En la sección que precede a Romanos 5:10 se halla la vertiente de la muerte de Cristo. A partir de Romanos 5:10 hasta el final del libro en el capítulo 16, tenemos la vertiente de la vida de Cristo. Cuando regresen a sus localidades, pueden decirles a otros que el libro de Romanos está dividido en dos secciones. La primera de ellas trata sobre la muerte de Cristo, y la segunda trata sobre la vida de Cristo. La muerte de Cristo nos redime, nos justifica y nos reconcilia con Dios. Esto alude a una redención completa. Al mismo tiempo, la vida de Cristo nos salva. El contenido de esta acción salvadora es muy vasto; no es tan simple como la redención.

El hecho de ser salvos en la vida de Cristo puede dividirse en nueve grandes aspectos. Nadie antes ha hablado de ninguno de éstos. Por ejemplo: el primer aspecto es la ley del Espíritu de vida que nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro. 8:2). El primer aspecto de la acción salvadora que Cristo efectúa en Su vida consiste en una ley que nos libera. Dicha ley es la ley del Espíritu de vida. Esta ley de vida es el Dios Triuno. El Espíritu de vida es la consumación máxima del Dios Triuno. Por consiguiente, este Dios es el Espíritu de vida, y este Espíritu de vida es una ley.

Sabemos que toda ley proviene de la vida. La vida misma es una ley. Cada ser viviente es una ley. El gato es una ley. El perro es una ley. Asimismo, la vaca, el pájaro y el pez, todos son leyes. Un ser humano también es una ley. Por tanto, el gato vive la vida de gato, el perro vive la vida de perro, el hombre vive la vida de hombre, y Dios vive la vida de Dios. Dios es el ser viviente más elevado. Por ende, Él constituye la ley más elevada. Gracias al Señor que ahora esta vida tan elevada vive en nosotros. Esta vida más elevada se ha convertido en una ley más elevada en nosotros. Éste es el primer aspecto de la salvación en vida presentada en el libro de Romanos.


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