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Perfeccionamiento de los santos y la edificación de la casa de Dios, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7391-3
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LA BIBLIA EMPIEZA Y CONCLUYE
MOSTRANDO QUE DIOS
ES EL ALIMENTO DEL HOMBRE

La Biblia comienza y termina de la misma manera. La visión de comer y beber a Dios comienza con el árbol de la vida en Génesis y termina con el árbol de la vida al final de Apocalipsis. Al principio de la Biblia Dios es alimento para el hombre, y al final de la Biblia Dios continúa siendo el alimento del hombre. Al final de Apocalipsis tenemos la Nueva Jerusalén. En medio de la calle de la ciudad, hay un río de agua de vida que procede del trono de Dios y del Cordero. A uno y otro lado del río está el árbol de la vida (22:1-2). En la ciudad lo que se ve no es ni la obra ni el celo, sino el tomar a Dios como el fruto del árbol de la vida y como el agua de vida. El resultado de disfrutar a Dios y de permitir que Él fluya por medio de nosotros es la expresión de Dios.

Las dos últimas líneas de Himnos, #119 según el chino dicen: “Soplo a soplo en Ti viviendo, / ¡Que te expreses Tú en mí!”. Dios se expresa por medio de nosotros en la Nueva Jerusalén. No necesitamos hacer nada para Dios; solamente necesitamos disfrutarle. Necesitamos ser llenos y saturados de Dios a fin de que Él pueda fluir de nosotros y expresarse a través de nosotros. Esto es lo que se manifiesta al final de la Biblia, y esto es lo que Dios desea lograr.

En la Nueva Jerusalén los creyentes no laboran con gran celo, ni tampoco toman la determinación de hacer el bien ni se esfuerzan por mejorar su conducta. En el centro de la Nueva Jerusalén está Dios en el trono. Dentro de los creyentes fluye continuamente un río de vida. Ellos también tienen el fruto del árbol de la vida. El Dios glorioso fluye continuamente dentro de Su pueblo y lo abastece. Como resultado, la gloria de Dios se expresa por medio de ellos. En la Nueva Jerusalén no hay labor ni celo. Esto es lo que Dios desea.

LOS MENSAJES CARENTES DE DIOS
SON VIENTOS DE ENSEÑANZA

¿Hemos visto verdaderamente esta visión? ¿Están regidas todas nuestras actividades por esta visión? Me temo que hasta ahora no hemos visto la visión del huerto del Edén y la Nueva Jerusalén. En vez de ello, hablamos como si aún estuviéramos en el monte Sinaí, diciendo que debemos hacer esto y aquello. Que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos muestre esta visión. Todo cuanto hacemos y toda nuestra labor debe ser lo que fluye de la vida. Los cristianos que viven regidos por el concepto de reverenciar y servir a Dios y de laborar para Él no viven como verdaderos cristianos. Si queremos vivir como verdaderos cristianos, tenemos que ver que Dios no quiere que hagamos nada para Él. Dios quiere que le tomemos como alimento y lo digiramos y asimilemos en nuestro ser, a fin de poder transformarnos, mezclarse con nosotros y, finalmente, expresarse por medio nuestro. Éstos son los verdaderos creyentes.

Si vemos la visión de Génesis 2, abandonaremos nuestros métodos de estudiar la Biblia y los libros de consulta, porque éstos no nos brindan ningún suministro; éstos no satisfacen nuestra hambre ni calman nuestra sed. Los métodos y los libros no nos dan a Dios. Si vemos esta visión, cada vez que demos un mensaje, no hablaremos de nada más. Ésta es la única luz que veremos cuando leamos la Biblia. Así desearemos contactar a Dios en cada capítulo, en cada versículo y en cada palabra de la Biblia.

A muchos predicadores les gusta hablar del salmo 23, pero son pocos los que ven que en este salmo todo tiene que ver con Dios. Los pastos verdes representan a Dios, las aguas de reposo representan a Dios, las sendas de justicia representan a Dios, la vara y el callado representan a Dios e incluso el valle de sombra de muerte representa a Dios. Algunos se preguntarán por qué decimos que el valle de sombra de muerte representa a Dios. No obstante, nuestra experiencia nos lo confirma. Que Dios abra nuestros ojos y nos permita ver que toda la Biblia dirige nuestra atención a Dios. Lamentablemente, hoy muchos hablan acerca de la Biblia, pero no hablan acerca de Dios. Incluso los mensajes que damos no contienen mucho de Dios. Por esta razón, los santos no reciben mucho suministro. Ellos escuchan los mensajes y reciben la enseñanza, pero no obtienen mucho de Dios. Los mensajes de esta naturaleza son lo que Efesios llama “todo viento de enseñanza” (4:14).

Los vientos de enseñanza se refieren a enseñanzas que no hacen que las personas sean mezcladas con Dios, ganen a Cristo, se unan a Cristo, ni crezcan con el crecimiento de Dios. Tales enseñanzas son vientos de enseñanza. En los pasados cinco años, desde 1953 hasta el presente, he escuchado los mensajes que los hermanos han dado desde el podio. La mayoría de estos mensajes eran enseñanzas que no impartían a Dios a los oyentes. Es preciso que veamos la visión de Génesis 2. Que el Señor tenga misericordia de nosotros en estos días y nos permita ver esta visión. Entonces recibiremos mucha gracia.


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