Levantarnos para predicar el evangeliopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8726-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Una hermana, quien es maestra, pensaba que el director de la escuela, quien también es un hermano, era una persona amigable, así que le dio un ejemplar de la Versión Recobro y un ejemplar de las Lecciones de la verdad. Él los llevó a su casa pero, por coincidencia, justo antes de leerlos, sus padres fueron a visitarle. Su padre, quien estaba en sus sesenta años y ya se había jubilado, se reunía en ese momento con la iglesia bautista y había sido invitado para enseñar una clase en la escuela dominical. Él se sentía presionado, pues no sabía qué enseñar, así que recolectaba material por todas partes. Ese día cuando fue a la casa de su hijo y vio la versión en inglés de Lecciones de la verdad, la agarró y la leyó. Tan pronto como leyó el libro, lo valoró muchísimo y decidió enseñar con base en el mismo en la clase de escuela dominical. Cuando el director vio que su padre valoró y apreció mucho este libro, se lo relató a la hermana que le dio el libro. La hermana entonces le dio dos libros más para él y su esposa. Una mañana en la escuela, el director le pidió a la hermana que fuera a donde él, y con lágrimas le dijo: “He creído en Jesús por treinta años, pero nunca supe de dónde surgió la Biblia. Es por leer las Lecciones de la verdad que ahora lo sé”. Esto nos muestra que las Lecciones de la verdad ciertamente es un libro poderoso para enseñar la verdad.
Que los hermanos y las hermanas entiendan que el recobro del Señor es el recobro de la verdad. El recobro del Señor ha estado entre nosotros por sesenta y cuatro años. No somos novatos. La práctica de la nueva manera y la dirección en este mover hoy no provino de nuestra imaginación, sino por medio de nuestra experiencia, nuestra búsqueda y nuestro estudio de la historia. Por lo tanto, tenemos que recibir esta nueva dirección. Muchos santos de mayor edad en Taiwán están acostumbrados a una reunión grande en la mañana del día del Señor y asisten con la esperanza de escuchar un buen mensaje. Cuando el sistema cambió, nos compadecimos de ellos, y permitimos que todos se inscribiesen libremente para estar en la clase acerca de las Lecciones de la verdad o de lo contrario unirse a la reunión grande. Al principio, la reunión grande tenía casi cien personas, pero al transcurrir las semanas, el número de personas fue disminuyendo cada vez más. No es que dejaron de venir, sino que gustaron de la clase de las Lecciones de la verdad, y al gustarla una sola vez fueron cautivados. Por ende, el número de participantes en la reunión grande disminuyó, y el número de los que estaban en la clase de las Lecciones de la verdad aumentó. Esto comprueba que Lecciones de la verdad es capaz de liberar la verdad y edificar a los hermanos y las hermanas.
Yo fui el primero en hablar en el salón uno de la iglesia en Taipéi. Desde 1949 hasta hoy han transcurrido treinta y siete años. Hace dos años, cuando regresé a Taipéi, dije que algunos de ustedes han estado escuchando mi hablar por treinta y cinco años. En ese entonces ustedes aún eran hermanos y hermanas jóvenes, y la mayoría de ustedes aún no se había casado. Hoy en día incluso sus hijos e hijas se han graduado de las universidades y muchos de ellos han llegado a ser ancianos. Antes que ellos nacieran, ustedes ya oían mi predicación aquí, pero hasta el día de hoy no se han graduado de la “escuela primaria”. ¿Por qué digo esto? La investigación de la educación humana ha desarrollado un sistema de seis años de escuela primaria, seis años de escuela secundaria y cuatro años de universidad, con un currículo establecido cada año. Una persona que pase por este currículo de forma consecutiva ciertamente se graduará de la universidad después de dieciséis años y habrá asimilado sistemáticamente el conocimiento general prevalente en la raza humana. Sin embargo, les hemos estado hablando bajo este techo por estos treinta y siete años, principalmente según la inspiración y no de modo sistemático. Por tanto, aunque han estado escuchando hasta el día de hoy, todavía no pueden pronunciar una sola frase si yo les pidiese que hablaran acerca de la justificación por la fe. Esto podría compararse a escuchar acerca de las matemáticas por treinta y siete años y, aunque saben que tres más dos es cinco, cuando se les pide que instruyan a otros, no saben cómo hacerlo.
Todos debemos reconocer que el Señor nos ha dado verdades en abundancia, y todas estas verdades son perlas y joyas. Sin embargo, las hemos colocado en nuestros hogares como “decoraciones”, sin saber cómo utilizarlas. Si otros hallasen una sola piedra preciosa, la valorarían hasta lo sumo. Sin embargo, nosotros tenemos piedras preciosas en abundancia, como la arena, mas no las usamos ni sabemos cómo usarlas. Dios ha dicho que Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad” (1 Ti. 2:4). No sólo hemos fracasado en llevar esto a cabo debidamente, sino que nosotros mismos no tenemos el pleno conocimiento de la verdad. Pablo también le dijo a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15). Trazar bien la palabra implica exponer las diversas partes de la Palabra de Dios de manera recta y exacta, sin distorsión alguna, así como un carpintero corta la madera rectamente. No hemos practicado esto entre nosotros. Ésta es la gran deuda que tenemos para con los santos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.