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Terreno genuino de la unidad, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3873-8
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CAPÍTULO TRES

BABEL, BABILONIA Y BABILONIA LA GRANDE: LOS RESULTADOS DE LA DIVISIÓN

Lectura bíblica: Gn. 2:9b, 17; 11:4, 9; 1 R. 12:26-30; 15:34; 2 Cr. 36:5-20; 1 Co. 1:11-13a; Ap. 17:3-5

DOS LÍNEAS

Hay dos líneas en la Biblia: la línea de la vida y la línea de la muerte. Estas dos líneas proceden de las dos fuentes que existen en el universo. Una de las cuales es Dios, y la otra es el diablo, Satanás. Además, cada una de estas líneas tendrá un resultado particular. La línea de la vida comienza con el árbol de la vida y termina con la Nueva Jerusalén. La línea de la muerte comienza con el árbol del conocimiento del bien y del mal, pasa por Babilonia la Grande y termina en el lago de fuego. La unidad proviene de la línea de la vida, se origina en Dios y produce la Nueva Jerusalén. La división, al contrario, surge de la línea de la muerte, se origina en Satanás, culmina en Babilonia la Grande y, finalmente, acaba en el lago de fuego. Si queremos ver esta gran verdad en cuanto a esta unidad tal como lo presenta la Biblia, tenemos que entender claramente estas dos fuentes, dos líneas y dos resultados. Entonces sabremos a cuál línea pertenece la unidad y a cuál la división.

Muchos cristianos son descuidados y permiten la división porque no ven la seriedad de estas dos líneas. Nunca consideren que la división es algo insignificante. La división es extremadamente seria, es un asunto de vida o muerte. Ser partícipes de la unidad es ser partícipes de la vida divina, pero estar en división equivale a estar en muerte. En el capítulo anterior indicamos que la esencia de la unidad es la vida y la luz. En este capítulo veremos que el resultado de la división es en primer lugar Babel, después Babilonia y finalmente Babilonia la Grande.

NO HABRÁ MÁS DIVISIÓN

Los cuatro grandes hechos realizados por Dios se relacionan con la creación, la elección, la nueva creación y la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva. Aparte de Dios, quien es la única fuente apropiada en el universo, hay otra fuente, que es Satanás, con otro elemento y otro resultado. Cuando llegue el tiempo de la Nueva Jerusalén, esta fuente, este elemento y este resultado serán todos echados al lago de fuego. Por tanto, Dios será la única fuente presente en el cielo nuevo y la tierra nueva, y sólo el elemento y resultado Suyos permanecerán. Por esta razón, en el universo nuevo no habrá división. Ya no habrá muerte, ni dolor, ni lágrimas, ni sufrimientos, ni tinieblas. Además, podemos decir que en el cielo nuevo y la tierra nueva no habrá pecado, cosas mundanas, carne, el yo ni Satanás. No habrá ninguna cosa negativa, lo cual significa que no habrá más división.

La división es algo todo-inclusivo, pues incluye tales cosas negativas como Satanás, el pecado, las cosas mundanas, la carne, el yo, el viejo hombre y el mal genio. Si somos alumbrados con respecto a la naturaleza de la división, veremos que la división incluye todas las cosas negativas. No debiéramos pensar que la división es algo independiente en sí misma y que no tiene relación con tales cosas como la carne, el yo o las cosas mundanas. La división no sólo se relaciona con todas las cosas negativas, sino que también las incluye.

Así como la división es todo-inclusiva, la unidad, según el mismo principio, también es todo-inclusiva; pues incluye a Dios, a Cristo y al Espíritu. Efesios 4:3-6 nos indica esto. En esta unidad, como lo revelan estos versículos, tenemos a Dios el Padre, a Cristo el Señor y al Espíritu como Aquel que da vida. Esta unidad incluye cosas positivas, tales como nuestro espíritu regenerado y nuestra mente transformada y renovada. Todas las cosas positivas están incluidas en la unidad apropiada.

La Nueva Jerusalén será la máxima consumación de la unidad y de todas las cosas positivas incluidas en ella. Sin embargo, el lago de fuego será la represa final de la división junto con todas las cosas negativas incluidas en ella. Podríamos decir que el lago de fuego será el mar muerto eterno que contendrá todas las cosas negativas del universo. El lago de fuego será el basurero universal final. Por el contrario, la Nueva Jerusalén, será la máxima consumación y la expresión de la unidad. Esta ciudad será caracterizada por un solo trono, un solo río, un solo árbol y una sola calle. En la calle fluirá el río de agua de vida, y a uno y otro lado del río estará el árbol de la vida. Por tanto, podríamos llamar a la única calle de la Nueva Jerusalén la calle de la vida. Esta única calle hace que la división sea imposible. La división junto con todas las cosas negativas relacionadas con ella solamente se hallarán en el lago de fuego.


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