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Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4916-1
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Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 16 Sección 5 de 5

ANDAR EN EL ESPÍRITU

Por lo tanto, somos una persona maravillosa en el espíritu porque el Espíritu de vida está ahora en nuestro espíritu. “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (v. 16). Cristo es este maravilloso Espíritu, y nosotros tenemos un espíritu. Y Cristo, quien es el maravilloso Espíritu de vida, está ahora en nuestro espíritu. Es aquí donde debemos andar. No debemos poner la mirada en nuestro entorno, en nuestra situación ni en nosotros mismos. Únicamente debemos prestar atención a lo que dice Romanos 8. Cada vez que Satanás venga a hacernos poner la mirada en otra cosa, debemos decirle: “¡Satanás, mira lo que dice Romanos 8!”. Satanás únicamente nos dirá: “Mírate a ti mismo, considera tus circunstancias y tu situación”. Pero nosotros no tenemos que prestar atención a esas cosas. Romanos 8 dice que la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. ¡Aleluya!

LAS PRIMICIAS DEL ESPÍRITU

Luego Romanos 8:23 nos dice que el Cristo que mora en nosotros es las verdaderas primicias. “No sólo esto, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, aguardando con anhelo la plena filiación, la redención de nuestro cuerpo”. Cristo como el Espíritu que mora en nosotros es las verdaderas primicias. La palabra primicias significa dos cosas. Significa que aquello que probamos es muy fresco y que el disfrute completo está por venir. ¡Aleluya! Cristo es el Espíritu, Cristo es la vida y Cristo es también lo que gustamos. Podemos disfrutar a Cristo delante de Satanás. El Señor prepara una mesa en presencia de nuestros enemigos. El Cristo que mora en nosotros no sólo es nuestra vida, sino también aquello que gustamos. ¡Cuán disfrutable es el Cristo que mora en nosotros! ¡Y cuánto Satanás aborrece vernos disfrutándolo a Él! ¡Alabado sea el Señor porque tenemos a tal persona morando en nosotros!

UN SOLO CUERPO EN CRISTO

Finalmente, el disfrute que tenemos del Cristo que mora en nosotros nos conduce a la meta del libro de Romanos. “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo Cuerpo en Cristo y miembros cada uno en particular, los unos de los otros” (12:4-5). Todos somos miembros de un solo Cuerpo en Cristo. Esto también lo vemos en el último capítulo, Romanos 16. En este capítulo, encontramos cuatro veces la frase en Cristo. También se menciona cuatro veces la frase en el Señor. La hermana fulana es una persona en el Señor, y el hermano fulano es un hermano en Cristo. Así pues, las frases en el Señor y en Cristo aparecen ocho veces en este capítulo.

En su mayoría, los maestros que han hecho estudios expositivos de Romanos no hablan mucho sobre Romanos 16. Simplemente dicen que éste es simplemente un capítulo que contiene saludos. A ellos no les parece que las frases “saludad al hermano fulano” y “saludad a la hermana fulana” sean muy importantes. Pero a mí me gusta Romanos 16 tanto como los quince capítulos anteriores. Allí repetidas veces leemos en Cristo, en Cristo, en Cristo Jesús, en el Señor, en el Señor. ¡Aleluya! Hoy, en la iglesia, nosotros somos aquellos que están “en el Señor”. Si no estamos en el Señor, no somos hermanos y hermanas. Pero, alabado sea el Señor, todos estamos en el Señor. Yo he subrayado en mi Biblia las ocho veces que aparecen las frases en el Señor o en Cristo en Romanos 16. Esto no es una vana repetición. Estas palabras realmente significan algo. Cuando estamos en el Señor, el Señor automáticamente está en nosotros. Esto nos hace miembros de un solo Cuerpo en Cristo. Es entonces que podemos participar de la vida de iglesia. Ésta es la razón por la cual se menciona varias veces la iglesia en Romanos 16.

Por este motivo, Romanos 15 nos dice que tengamos un mismo sentir según Cristo. “El Dios de la perseverancia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (vs. 5-6). Tenemos un mismo sentir no conforme al Cristo objetivo que está en los cielos, sino conforme al Cristo subjetivo que vive en nosotros. Cristo vive en cada uno de nosotros, y todos tenemos a Cristo como nuestra vida. Es por ello que somos uno. Jamás podríamos tener un mismo sentir en conformidad con alguna otra cosa. Así que, estamos en unanimidad, y esa unanimidad es Cristo. Esto a su vez redunda en el bien de la iglesia. El Cristo que mora en nuestro ser es nuestra unanimidad y nuestra unidad. Es de esta manera que todos podemos tener un mismo sentir y a una voz glorificar a Dios en la vida de iglesia. Aunque en número podamos ser miles, todos tenemos un mismo sentir y hablamos a una voz debido al Cristo que mora en nosotros. ¡Aleluya!

Ahora podemos entender cómo Romanos comienza con la justificación por la fe, nos lleva a través del morar de Cristo en nosotros, y nos conduce a la meta del único Cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Ahora podemos disfrutar a Cristo en un solo Cuerpo, la vida de iglesia.


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