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Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1por Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-242-0
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2. El Hijo Siendo Eterno

El Hijo también es eterno. Hebreos 1:12 dice en cuanto al Hijo: “Tú eres el mismo, y tus años no acabarán”. Hebreos 7:3 también dice que el Hijo no tiene principio de días ni fin de vida, lo cual significa que El es eterno.

3. El Espíritu Siendo Eterno

El Espíritu también es eterno porque Hebreos 9:14 habla del “Espíritu eterno”. Por tanto, todos los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son eternos.

C. El Padre, el Hijo y el Espíritu
Coexistiendo Simultáneamente

Juan 14:16-17 dice: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad”. En estos dos versículos el Hijo dice que orará al Padre para que el Padre envíe al Espíritu. Por lo tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu existen juntos a la vez.

En Efesios 3:14-17 Pablo dice que orará al Padre para que El nos conceda el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por el Espíritu, para que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones. En este pasaje tenemos el Padre, el Espíritu y Cristo el Hijo. Los tres existen juntos a la vez. Las Escrituras no dicen que el Padre existió por un período de tiempo, luego el Hijo vino, y que después de otro período de tiempo el Hijo ya no existe sino que ha sido reemplazado por el Espíritu. Ningún versículo dice esto. Esta porción de la Palabra muestra que el Padre oye la oración, el Espíritu fortalece a los santos, y el Hijo —Cristo— hace Su hogar en nuestros corazones. De esto podemos ver claramente también que los Tres coexisten simultáneamente.

Segunda de Corintios 13:14 dice: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Aquí se hace mención de la gracia de Cristo el Hijo, el amor de Dios el Padre y la comunión del Espíritu Santo. Todos los Tres existen juntos a la vez.

Por lo tanto, no creemos que el Padre cesó de existir y que fue reemplazado por el Hijo, luego después de otro período de tiempo el Hijo fue reemplazado por el Espíritu. Nosotros creemos que los Tres —Padre, Hijo y Espíritu— son eternos y que coexisten.

IV. EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRITU
SIENDO COINHERENTES E INSEPARABLES

La relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu de la Trinidad no es solamente que coexisten simultáneamente, sino, más aún, que residen el uno en el otro mutuamente. Coexistencia significa existir juntos a la vez. Ser coinherente, como se aplica a la Trinidad, significa que el Padre, el Hijo y el Espíritu están el uno en el otro y así existen juntos.

Las Escrituras indican claramente que cuando el Hijo viene, el Padre viene con El; del mismo modo, cuando el Espíritu viene, tanto el Hijo como el Padre vienen con El. Además, cuando el Hijo viene, el Padre no viene con El exteriormente; más bien, el Padre viene con El interior y subjetivamente.

Juan 6:46 dice: “Sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre”. La palabra “de” en la lengua original lleva el sentido de “de con”. El Hijo no solamente viene del Padre, sino que El viene de con el Padre.

Juan 5:43 dice: “Yo he venido en nombre de mi Padre”. La venida del Hijo en el nombre del Padre es igual a la venida del Padre. Esto demuestra que cuando el Hijo viene, el Padre viene.

Juan 14:10 dice: “Yo soy en el Padre, y el Padre en mí”. Esto indica que el Padre no viene con el Hijo exteriormente; más bien El viene en el Hijo.

Por tanto, el Hijo puede testificar diciendo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

Juan 15:26 dice: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre...” La segunda “de” también es “de con” en el sentido del griego. Cuando el Espíritu viene, El también viene de con el Padre.

Juan 14:26 dice: “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre”. El Consolador, el Espíritu Santo, será enviado por el Padre en el nombre del Hijo. La venida del Espíritu Santo en el nombre del Hijo es igual a la venida del Hijo. Esto demuestra que cuando el Espíritu Santo viene, el Hijo viene.

Además, Juan 8:29 dice: “El que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre”. Lucas 4:1 también dice: “Jesús, lleno del Espíritu Santo...” Estos versículos demuestran que cuando el Hijo vive sobre la tierra, tanto el Padre como el Espíritu están con El; los tres son inseparables.

El Dios Triuno nunca ha sido separado. Cuando Uno se mueve, los otros Dos también se mueven con El. Cuando Uno es enviado, los otros Dos también vienen con El. Cuando el Hijo viene, El viene en el nombre del Padre; cuando El viene, el Padre viene. Cuando el Espíritu es enviado, El es enviado en el nombre del Hijo; enviarlo a El es enviar al Hijo. Por tanto, la venida del Hijo es la venida del Padre, y el envío del Espíritu es el envío del Hijo. Los tres —el Padre, Hijo, y Espíritu— son uno. No pueden ser separados por la eternidad.


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