Vencedores que Dios busca, Lospor Watchman Nee
ISBN: 978-0-7363-0651-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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(Charlas dadas en Hardoon Road, Shanghai el 3 de enero de 1934, y traducidas de las notas tomadas por el hermano K. H. Weigh.)
Lo primero que deseamos ver es cómo surgen los obreros. Hay dos aspectos principales en cuanto al llamado de los obreros. El primero se refiere a localidades existentes. Si algunos hermanos de una localidad sienten la carga de ir a otra localidad a laborar, deben ser responsables delante del Señor y también deben tener la aprobación de los hermanos y hermanas donde ellos se reúnen. Un ejemplo de esta situación es como si un dedo quisiera moverse; no se puede mover independientemente, sino que debe moverse con todo el cuerpo, ya que necesita la aprobación de todo el cuerpo. Cristo es la cabeza de la iglesia. Por tanto, la iglesia es el Cuerpo de Cristo. En una localidad donde no hay reuniones, no se manifiesta el Cuerpo. En ese caso, un individuo sólo es responsable ante Dios. Pero siempre que una reunión se establece en una localidad, se necesita la aprobación de los hermanos y hermanas. Esto se puede ver por medio de la narración de Hechos 13. Había una reunión en Antioquía, y el Espíritu Santo por medio del Cuerpo envió a Pablo y Bernabé para que salieran a la obra.
En segundo lugar, en una localidad donde todavía no hay reuniones, la situación es diferente. Si alguien desea laborar en una localidad donde no hay reuniones, es responsable ante el Señor. En Hechos 11, no se había establecido todavía la iglesia en Antioquía; así que Pablo y Bernabé sólo rendían cuentas a Dios. Pero más tarde, cuando la iglesia se estableció, el Espíritu Santo envió profetas y maestros al Cuerpo. Entonces Pablo y Bernabé ya no eran responsables solamente delante de Dios, sino ante el Cuerpo. Los discípulos les impusieron las manos a Pablo y a Bernabé y los enviaron, lo cual significaba identificación y unión. Por medio de la imposición de manos, todos los hermanos se unieron a Pablo y a Bernabé al partir. Cuando estos dos se fueron, todo el Cuerpo fue con ellos. La imposición de manos es diferente de la ordenación de los pastores, la cual se basa en las tradiciones y no se encuentran en la Biblia.
Después de que Pablo y Bernabé partieron de Antioquía, se comprometieron en la obra comisionada por el Espíritu Santo. Este es el primer caso en la historia de la obra misionera. En este envío, el Espíritu Santo mantuvo Su absoluta autoridad. Una iglesia no debe enviar a nadie solo, pues para hacerlo, primero debe tener las palabra del Espíritu Santo. Cuando la iglesia envía, simplemente ejecuta la orden del Espíritu Santo y Su confirmación.
Hechos 15:36-40 menciona otro caso. En estos versículos vemos que se separan la senda de Pablo y la de Bernabé. Pablo sugirió que sólo los dos debían ir, pero Bernabé insistió en que debían llevar con ellos a Marcos. Pablo consideraba que no era apropiado que Marcos se uniera a ellos. Entre ellos hubo un serio conflicto. Por tanto, Bernabé decidió llevar consigo a Marcos, y Pablo escogió a Silas y se fue por otro camino. El versículo 40 dice: “Y Pablo ... salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor”. Esta es la diferencia entre los dos hombres. Pablo fue enviado por el Cuerpo, y Bernabé no. Pablo fue encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, lo cual no sucedió con Bernabé. En este caso, el Cuerpo permaneció con Pablo. Después de Hechos 15, no se vuelve a mencionar a Bernabé. Así que el Espíritu Santo confirmó el envío del Cuerpo.
Marcos jugó un papel pasivo. El era un joven colaborador y un aprendiz. Por tanto, él no llevaba una responsabilidad tan grande como la de Bernabé. Más tarde, Dios restauró a Marcos y lo puso de nuevo en la obra. Pero ¿qué pasó con Bernabé? El ni regresó ni se volvió a mencionar. Puede ser que algunos se pregunten: “¿Si cierto hermano puede hacer algo, por qué no puedo yo hacer lo mismo? ¿Si un hermano puede ir a cierta localidad, por qué no puedo yo ir allá?” Tenga cuidado. Ese hermano puede ir bajo el envío del Cuerpo, mientras que usted puede ser enviado por sí mismo. Ahí reside la diferencia. No diga: “Si Dios lo puede usar a él, también me puede usar a mí”. Dios lo usa a él, pero no a usted, porque él es enviado en el Cuerpo. No diga que Dios no lo puede desechar; El puede desecharlo a usted, de la misma manera que desechó a Bernabé. La crónica de Hechos es clara. Después de ese incidente, el Espíritu Santo no menciona a Bernabé de nuevo.
Toda la obra debe ser hecha por individuos, pero siempre como parte del mover del Cuerpo. Esto fue lo que sucedió en el día de Pentecostés. Hechos 2:14 dice: “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once alzó la voz y les declaró”. La expresión “poniéndose en pie con los once” es plural, mientras que “alzó” es singular. Aunque un solo hombre hablaba, los otros once estaban de pie detrás de éste. Por consiguiente, tenemos que ver que cuando laboramos, debemos tener el apoyo de los hermanos.
Necesitamos aprender a ser sumisos. Tanto los enviados como los que envían necesitan aprender a ser sumisos. Solamente en un espíritu de sumisión aprende uno a oír la voz del Espíritu Santo. No podemos considerar que la norma para la obra es un acuerdo común; la norma debe ser la sumisión. No debemos enviar un hermano solamente porque estamos de acuerdo con él. Muchas veces, aunque no estemos de acuerdo con lo que un hermano propone, tenemos que darle la libertad de hacerlo. Lo que cuenta no es si estamos de acuerdo, sino que nos sometamos. El Espíritu Santo puede lograr lo que quiere solamente con los sumisos.
Una vez que el obrero es enviado se convierte en apóstol. Un apóstol es un obrero que fue enviado. ¿Cuál es la diferencia entre un apóstol y un anciano? Según la Biblia, los ancianos son sedentarios, mientras que los apóstoles viajan. Los ancianos son nombrados para que laboren en una localidad solamente, mientras que los apóstoles laboran para todo el Cuerpo. Pablo nunca fue anciano, pero sí apóstol. Por otro lado, Pedro y Juan fueron ancianos y también apóstoles. Cuando estaban en Jerusalén, ellos era ancianos. Además de ser ancianos en Jerusalén, también eran apóstoles. Debido a que eran apóstoles, tenían la autoridad de vigilar. Como apóstoles, la responsabilidad estaba limitada a la obra que se les comisionó; no tenían la responsabilidad de velar por la grey. Espero que todos tengamos claridad con respecto a esto. Cuando hablamos de ancianos, nos referimos a una localidad, y cuando hablamos de apóstoles, nos referimos a la obra en toda la tierra. La misma persona puede tener dos funciones: por una parte, tiene la responsabilidad de cuidar y velar en una localidad, y por otra, es responsable por todas las localidades. Por ejemplo, yo laboro para todos los obreros de todas las localidades, lo mismo que para los de Shanghai, y comparto la responsabilidad en Shanghai con los hermanos aquí.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.