Era del nuevo hombre, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8421-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el capítulo anterior consideramos la era del nuevo hombre, y cómo los colaboradores deberían proseguir en el camino actualizado del Señor. Con respecto a dónde deberían ir los colaboradores, no deseamos que se hagan muchos arreglos. Los colaboradores deberían tocar al Señor interiormente para descubrir el área por la cual ellos deben sentir carga y a dónde ellos deben ir. Esto no quiere decir que la obra no puede hacer arreglos; sin embargo, hacer demasiados arreglos podría ser algo que no proviene del Señor. Esto tampoco significa que los colaboradores pueden actuar independientemente. Actuar de manera independiente no producirá resultados.
En este capítulo consideraremos unas cuantas cosas que afectan el fruto de nuestra obra. Algunas personas dicen que no podemos evaluar el fruto de nuestra obra hasta que el Señor regrese, y que la evaluación por parte del Señor es la única que cuenta. Esto podría sonar bueno, pero no es práctico. Cuando obremos por el Señor, deberíamos prestar atención al fruto de nuestra obra, pues el Señor dijo: “O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol” (Mt. 12:33). A fin de conocer un árbol, es menester ver su fruto. Nuestro problema principal no es que llevamos fruto corrupto, sino que no llevamos fruto en lo absoluto. Por ende, no podemos descuidar la necesidad de llevar fruto. Hay cuatro cosas que afectan de manera negativa el fruto de nuestra obra. Necesitamos estar conscientes de estas cosas.
Lo primero que afecta negativamente el fruto de nuestra obra es nuestra manera de ser. Nuestra manera de ser puede limitar e incluso anular el fruto de nuestra obra. Nuestra manera de ser es un enemigo testarudo. Cada persona tiene una manera de ser distinta. Algunos tienen una buena manera de ser; otros tienen una mala manera de ser. Por ejemplo, algunas personas son sensibles. Ésta es una mala manera de ser. Una persona sensible es muy consciente de sí mismo. Una persona no puede ser así si ha de alcanzar algo. Si somos conscientes de nosotros mismos cuando nos ponemos de pie para hablar por el Señor, no podremos decir nada. No debemos ser cohibidos al predicar el evangelio. En otras palabras, deberíamos predicar el evangelio sin importarnos nuestros sentimientos, de modo que nuestro hablar sea fuerte y nuestro espíritu sea liberado. Una persona sensible considera muchas cosas antes de abrir su boca para hablar; su sensibilidad la mata. Los hermanos sensibles deberían aprender a no preocuparse por sus sentimientos ni los comentarios de otros, sino preocuparse únicamente por la carga. Entonces ellos podrán subyugar su manera de ser sensible.
Otra manera de ser conlleva la tendencia de señalar los errores de otros. Éste no es un asunto sencillo. Necesitamos ministrar vida antes de tener la base sobre la cual podremos señalar los errores de otros. Si señalamos los errores de alguien sin ministrarles vida, les haremos daño y no lograremos nada. Una madre puede reprender a su hijo debido a que ella lo dio a luz, lo crió y le enseñó. Incluso si ella lo disciplina fuertemente, el niño no se irá. ¿Cómo puede alguien aceptar que nosotros señalemos sus errores si nosotros no lo hemos dado a luz, no lo hemos nutrido y no lo hemos instruido? Si un colaborador va a una iglesia local y ve que los asientos no están dispuestos apropiadamente, no debería preocuparse. Su única preocupación debería ser ministrar vida. Las personas pueden ser subyugadas únicamente con el ministerio de la vida. Cuando ellas sean subyugadas, podremos señalar sus errores. Entonces, aun si ellos no están completamente de acuerdo con nosotros, no se opondrán a nosotros, y con el tiempo aceptarán la corrección.
Por ende, la habilidad de señalar los errores de las personas depende de cuánta vida nosotros ministremos. Si ministramos mucha vida y criticamos poco, no habrá problema alguno. Si no ministramos mucha vida pero criticamos mucho, crearemos problemas. Si no ministramos vida a otros, no seremos capaces de perfeccionar a otros. Si continuamente criticamos a otros, a la postre se irán. Las personas que tienen tal manera de ser fácilmente hacen daño a otros. A fin de perfeccionar a otros, primero tenemos que ministrarles vida. Si no podemos ministrar vida, no deberíamos hablar acerca de perfeccionar a otros, pues ningún perfeccionamiento ocurre si no se ministra vida. Si alguien comete un error, es problema suyo, no nuestro; no tenemos el derecho para interferir. Una madre puede reprender a su hijo, pues ella lo dio a luz, lo crió y le enseñó. No puede reprender a los niños que ella ve en la calle. Habrá problemas si ella les reprende.
El problema que surge de nuestra manera de ser no sólo existe en el Este, sino también en el Oeste. Algunos hermanos estadounidenses que estuvieron bajo mi dirección perdieron su utilidad por causa de su manera de ser. Hay un viejo refrán chino que dice: “Es más fácil que cambien los ríos y las montañas a que la naturaleza de una persona cambie”. La naturaleza de una persona es su manera de ser. Las personas de peso espiritual deberían tener un gran valor y una gran función, pero algunos son peculiares en cuanto a su manera de ser, y esto anula su utilidad. La manera de ser de una persona afecta su función. Todo el que desea ser usado por el Señor tiene que ir en contra de su manera de ser. De otro modo, no será útil. Nuestra manera de ser puede matar nuestra función. Por esto, tenemos que estar firmes en contra de ella. La razón por la cual perdemos nuestra función es que no vamos en contra de nuestra manera de ser.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.