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Estudio-vida de Deuteronomiopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6649-6
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Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 30 Sección 3 de 3

B. Hace que los hijos de Israel
tengan mayor temor
del justo trato de Dios

La manera en que Dios trató con Moisés, no permitiéndole entrar en la buena tierra, hizo que los hijos de Israel tuvieran mayor temor del justo trato de Dios. Sin lugar a dudas, Dios es un Dios amoroso, pero Su amor es un amor que perfecciona, no un amor que malcría. El trato de Dios con Moisés sirvió para perfeccionar a los hijos de Israel. Al ver esto, ellos ciertamente tuvieron que haber aprendido cuán temible es el Dios justo cuando ejerce Su disciplina gubernamental. El castigo que sufrió Moisés representó un perfeccionamiento para los hijos de Israel.

XI. MOISÉS ACONSEJA DE TODO CORAZÓN
A LOS HIJOS DE ISRAEL

En Deuteronomio 4:1-40 encontramos que Moisés aconseja de todo corazón a los hijos de Israel. Puesto que Moisés tenía mucha experiencia y había sido disciplinado por Dios, él estaba capacitado para dar este consejo.

A. Al igual que un padre anciano y amoroso
se dirige a sus amados hijos

Moisés había experimentado lo serio que es ser disciplinado por la mano de Dios. Así que, al dar su consejo de todo corazón, él se dirigió a sus amados hijos igual que un padre anciano y amoroso.

B. Encarga a los hijos de Israel
que guarden los estatutos
y las ordenanzas de Dios, sobre todo
que no hagan ídolos ni los adoren

Moisés encargó a los hijos de Israel que guardaran los estatutos y las ordenanzas de Dios, sobre todo que no hicieran ídolos ni los adoraran (vs. 1, 16-19, 23-25, 39).

Existe una diferencia entre los estatutos y las ordenanzas. El Antiguo Testamento a menudo habla de los mandamientos (leyes), estatutos y ordenanzas de Dios. Los Diez Mandamientos son la ley fundamental. Debido a que estos mandamientos no están completos, requieren ser complementados por los estatutos. Por esta razón, después de los mandamientos dados en Éxodo 20, en Éxodo 21—23 se mencionan muchos estatutos, los cuales son los detalles de los Diez Mandamientos y sirven de complemento a dichos mandamientos. Estos estatutos, sin embargo, no contienen juicios. Cuando un juicio es añadido a un estatuto, el estatuto se convierte en una ordenanza. Por ejemplo, uno de los Diez Mandamientos tiene que ver con guardar el Sábado (Éx. 20:8-11). Los estatutos que complementan este mandamiento proveen algunos detalles de lo que se puede hacer en Sábado. Un estatuto podría decirnos si era lícito viajar, y otro, si era lícito cocinar (Éx. 35:3). Tales estatutos no venían a ser ordenanzas a menos que se les añadieran juicios. Más adelante se nos dice que el que no guardara el Sábado, debía morir (Éx. 31:14-15). Esto ya no es un mandamiento ni un estatuto, sino una ordenanza que contiene un juicio. Por tanto, los mandamientos son la ley fundamental, los detalles de la ley son los estatutos, y las ordenanzas son estatutos que contienen juicios. En Deuteronomio 4 Moisés encargó al pueblo que guardara los estatutos y las ordenanzas de Dios.

Sobre todo, Moisés encargó a los hijos de Israel que no hicieran ídolos ni los adoraran. La ley de Dios respecto a no adorar ídolos es un mandamiento, los detalles de este mandamiento son estatutos y, cuando se le añaden juicios, los estatutos se convierten en ordenanzas.

C. Les advierte hablándoles
del juicio de Dios

“Yo pongo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, que ciertamente pereceréis pronto de la tierra a la cual cruzáis el Jordán para poseerla; no prolongaréis en ella vuestros días, sino que seréis completamente destruidos. Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová” (Dt. 4:26-27). Aquí vemos que Moisés advirtió a los hijos de Israel hablándoles del juicio de Dios.

D. Los consuela hablándoles
de la misericordia y bendición de Dios

Moisés no sólo advirtió al pueblo hablándoles del juicio de Dios, sino que también los consoló al hablarles de la misericordia y bendición de Dios (vs. 30-31, 40).

XII. MOISÉS APARTA
TRES CIUDADES AL ESTE DEL JORDÁN
PARA QUE SEAN CIUDADES DE REFUGIO

Finalmente, en 4:41-43 Moisés apartó tres ciudades al este del Jordán para que fuesen ciudades de refugio. Después de hacerles un recuento del pasado, Moisés consideró también el caso de un homicida que matara a su prójimo involuntariamente.

A. El homicida pierde el derecho
a vivir en la buena tierra

Un homicida podía perder el derecho a vivir en la buena tierra. Por consiguiente, se necesitaron ciudades de refugio para aquellos que mataran a otros involuntariamente.

B. Las ciudades de refugio
hacen posible que el homicida
pueda seguir viviendo en la tierra

“Entonces apartó Moisés tres ciudades al otro lado del Jordán hacia donde nace el sol, para que huyera allí el homicida que matara a su prójimo involuntariamente, sin haberlo odiado antes, y que huyendo a una de estas ciudades viviera” (vs. 41-42). Esto indica que al huir a una de las ciudades de refugio, el homicida podía seguir viviendo en la tierra.


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