Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Este libro, que contiene el concepto de que todas las cosas positivas son celestiales, nos remite al Cristo que está en los cielos. En los Evangelios vemos al Cristo que vivió en la tierra y murió en la cruz para efectuar la redención. En Hechos vemos al Cristo resucitado y ascendido, el cual es propagado y ministrado a los hombres. En Romanos vemos al Cristo que es nuestra justicia para justificación, y nuestra vida para santificación, transformación, conformación, glorificación y edificación. En Gálatas vemos al Cristo que nos capacita para vivir una vida contraria a la ley, la religión, la tradición y los formalismos. En Filipenses vemos al Cristo que es expresado en el vivir de Sus miembros. En Efesios y Colosenses vemos al Cristo que es la vida, el contenido y la Cabeza del Cuerpo, la iglesia. En 1 y 2 Corintios vemos al Cristo que lo es todo en la vida práctica de la iglesia. En 1 y 2 Tesalonicenses vemos al Cristo que es nuestra santidad para Su regreso. En 1 y 2 Timoteo y en Tito vemos al Cristo que es la economía de Dios y que nos capacita para saber cómo conducirnos en la casa de Dios. En las epístolas de Pedro vemos al Cristo que nos capacita para aceptar la disciplina gubernamental de Dios, administrada por medio de los sufrimientos. En las epístolas de Juan vemos al Cristo que es la vida y la comunión de los hijos de Dios en la familia de Dios. En Apocalipsis vemos al Cristo que camina entre las iglesias en esta era, gobernando el mundo en el reino en la era venidera, y expresando a Dios con plenitud de gloria en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad. En este libro vemos al Cristo actual, quien está ahora en los cielos como nuestro Ministro (8:2) y nuestro Sumo Sacerdote (4:14-15; 7:26), ministrándonos la vida, la gracia, la autoridad y el poder celestiales, y que nos sustenta para que vivamos una vida celestial en la tierra. Él es el Cristo de ahora, el Cristo de hoy y el Cristo que está en el trono en los cielos, quien es nuestra salvación diaria y nuestro suministro momento a momento. Éste es el Cristo que nos revela Hebreos. Me gusta muchísimo esta descripción de Cristo; por eso, haré todo lo posible por influenciarlos, impresionarlos y, de ser posible, obligarlos a que lo amen.
Quisiera presentarles un pequeño ejemplo. Consideremos los huevos que comimos esta mañana. La parte externa es el cascarón y la parte interna es la realidad del pollo. Lo que usted se come no es el cascarón sino la realidad del pollo que está dentro del cascarón. Cuando los pollitos rompen el cascarón y salen del huevo, dejan el cascarón atrás. Una vez que salen, nadie se come el cascarón ni le presta la menor atención, sino que más bien lo echan a la basura. Éste es un ejemplo del judaísmo. Antes que Cristo viniera, el judaísmo podía ser considerado como un huevo. Pero un día el pollo salió del huevo, lo cual significa que Cristo salió de ese cascarón. Anteriormente, el pollo y el cascarón eran uno. En ese tiempo se justificaba valorar el huevo porque todavía el pollo estaba en él. Pero un día Jesús fue producido, y el pollo salió del cascarón. Ahora este “pollo” no sólo camina sobre la tierra sino que se remonta por los aires. Él está sentado en el tercer cielo. Él está en el cielo, y el cascarón está en la tierra. No sean tan insensatos como para preguntar si debe quedarse con el pollo o con el cascarón. Ciertamente debe elegir el pollo y abandonar el cascarón.
Permítanme decir algo a nuestros amigos judíos que continúan asistiendo a la sinagoga. Lo que ustedes valoran es meramente un cascarón quebrantado y vacío. Olvídense de eso, échenlo a la basura y más bien vengan al pollo. El “pollo” es Cristo. Como el pollo, Cristo es el elemento de la vida, la esencia de la vida y la sustancia de la vida. ¿Por qué era tan precioso el Antiguo Testamento y el judaísmo? Porque Cristo se encontraba allí hasta que vino, hasta que salió del cascarón. Ahora, puesto que Él ya salió del cascarón, usted debe ir al pollo y no debe quedarse con el cascarón.
Este principio se puede aplicar a cualquier asunto religioso. El bautismo es bueno siempre y cuando Cristo esté en él. Pero si Cristo no está presente en el bautismo, ese será un cascarón vacío. Todo lo que tenga carácter religioso, si carece de Cristo es apenas un cascarón. El día del Señor celebramos la mesa del Señor, pero si solamente tenemos una mesa sin la realidad del Señor en ella, no es más que un cascarón vacío. Aun su Biblia o su lectura de la Biblia puede ser un simple cascarón, si no contiene la realidad de Cristo. Asimismo su ministerio, su predicación y la obra cristiana, todos pueden ser cascarones si son meras actividades religiosas sin la realidad de Cristo. Cualquier asunto que esté centrado en las Escrituras, cualquier asunto bíblico y religioso, y en general, todo lo que esté dedicado a Dios, puede ser un cascarón vacío si no tiene a Cristo como su realidad. Hermanas, la práctica de cubrirse la cabeza que ustedes guardan, debe tener a Cristo como esencia y contenido, ya que sin Él, dicha práctica no es más que un cascarón vacío. No piensen que yo estoy condenando sólo una cosa; yo condeno todo lo que no tenga a Cristo como su realidad. Aun mi mensaje es un cascarón vacío si no tiene a Cristo como su realidad. Incluso, todo este estudio-vida si no ministra a Cristo es sólo un cascarón sin contenido.
Todos debemos ver cuán fácil es quedarnos con un cascarón vacío, donde ya no está el pollo. Es muy fácil caer en esto. ¿En qué consiste la religión? La religión consiste en servir a Dios, en adorarlo y en esforzarnos por agradarlo, pero sin Cristo. Sin duda alguna, adorar a Dios, servirle y comportarnos correctamente delante de Él, son cosas buenas; sin embargo, si hacemos estas cosas sin Cristo, serán solamente una mera religión. Tal clase de adoración, servicio y conducta llegará a ser simplemente religión. Únicamente Cristo es la realidad. Todo lo que hagamos y todo lo que seamos puede no ser más que un cascarón. Algunas de estas cosas no son ni siquiera un cascarón, pero aun si lo fueran, no son nada aparte de Cristo. ¡Necesitamos tener a Cristo! ¿Desea usted el cargo de anciano? Eso está bien, mientras que Cristo esté en ello; de lo contrario, tal cargo será solamente un cascarón vacío. Cada vez que esté atesorando un cascarón, debe deshacerse de él cruzando el río y sepultándose allí. Éste es el mensaje del libro de Hebreos.
Hebreos es un libro que nos habla ciento por ciento acerca de Cristo y en favor de Cristo. Dicho Cristo no es el Cristo que se conoce por doctrina, sino el Cristo de hoy, que podemos experimentar. Hebreos 1:1-3 nos dice que Cristo lo consumó todo y ahora está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas. Hebreos 4:14 dice que Él es el Sumo Sacerdote que traspasó los cielos. Él no sólo cruzó el río, sino que traspasó los cielos y entró en el tercer cielo, en el Lugar Santísimo detrás del velo. Ahora Él está allí. Hebreos 6:20 dice que Él es el Precursor; Él corrió la carrera y fue el primero en llegar a la meta. Él fue el primero en entrar hasta dentro del velo. Hebreos 7:26 dice que Él es el Sumo Sacerdote que fue encumbrado por encima de los cielos. Él está en lo más alto del universo. Hebreos 8:1; 9:24; y 10:12 nos dicen que el Cristo que murió está ahora en los cielos y a la vez está presente con nosotros. ¡Oh, cuánto necesitamos tener contacto con Él! ¡Deje a un lado el cascarón! ¡Olvídese del cascarón! Todos debemos tener contacto con este Cristo celestial, con este Cristo actual, con este Cristo de hoy. Él es tan real y tan viviente. Él está ahora suministrándonos la vida, la autoridad y el poder celestiales para que vivamos una vida celestial en la tierra. Él no es solamente nuestra salvación diaria, sino también nuestro suministro momento a momento. Éste es el Cristo que todos nosotros debemos conocer y experimentar. ¡Olvídense de la religión! ¡Tenemos el pollo! Ya no tenemos formalismos ni rituales, sino la realidad misma. Éste es el contenido del libro de Hebreos. A medida que avancemos en este estudio-vida, veremos cuán insondable, profundo y rico es este libro.
El contenido de este libro no es simplemente el Cristo celestial, sino el Cristo celestial junto con todas las cosas celestiales, como son: el llamamiento celestial (3:1), la inscripción celestial (12:23), el don celestial (6:4), las cosas celestiales (8:5; 9:23), los lugares santos celestiales (9:24), la Jerusalén celestial (12:22) y la patria celestial (11:16). Debemos ver todas estas cosas celestiales.
Es bastante fácil reconocer las secciones que componen este libro. Primero tenemos la introducción, la cual nos muestra que Dios nos ha hablado en el Hijo (1:1-3). Al final tenemos la conclusión (13:20-25). Entre la introducción y la conclusión, este libro nos muestra la superioridad de Cristo (1:4—10:39) y también nos revela el camino para tomar y disfrutar a este Cristo, que es el camino de la fe (11:1—13:19). Cristo es superior a todo: a los ángeles, a Josué, a Moisés y a Aarón. El pacto que Él estableció es superior al pacto que hizo con Moisés. Cristo es superior a todo, y la manera de alcanzar a este Cristo, la manera de tomarlo, es por medio de la fe, que es el único camino. De esto trata el libro de Hebreos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.