Manera ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-329-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Según unas estadísticas de hace poco obtenidas en Inglaterra, el número de miembros de todas las denominaciones principales en ese país, tales como la iglesia católica y la iglesia de Inglaterra, se ha disminuido un veinticinco por ciento desde 1970. Sólo un grupo, la Iglesia de Casa, que comenzó después de 1970, ha crecido. En los Estados Unidos muchas de las grandes denominaciones también se han disminuido. Entre las que han crecido, el coeficiente de incremento más grande ha sido aproximadamente seis por ciento al año. La razón de esta disminución y de este pequeño incremento entre las denominaciones, es que la forma tradicional, la cual es una degradación de la manera ordenada por Dios, no funciona bien.
Durante los quince años antes de octubre de 1984, fuimos influidos por la forma tradicional. Sin embargo, cuando comenzó el ministerio en Taiwan en 1949, aumentamos desde cerca de quinientos en toda la isla hasta cerca de cincuenta mil dentro de los cinco o seis primeros años. En aquellos años, hubo un aumento de cien veces principalmente por medio de la práctica de reunirnos en los grupos pequeños. Sin embargo, después de 1960, cuando salí de Taiwan para venir a los Estados Unidos, el número de santos se disminuyó poco a poco y la práctica de grupos pequeños casi se anuló.
Cuando regresé a Taipei en 1984, la práctica era casi igual que la de las denominaciones. Se celebraban reuniones grandes con buenos oradores elocuentes nombrados con el fin de dar buenos mensajes. Todos apreciaban esta clase de reunión. Sin embargo, yo les recordé que la iglesia en Taipei tenía más de veintidós mil miembros en 1959. En 1984, aproximadamente veinticinco años después, la iglesia en Taipei sólo tenía once mil miembros. Había habido buenas reuniones, buenos oradores y buenos mensajes, sin embargo, el número de personas había disminuido. Señalando esta situación a los santos les dije: “Hace veinticinco años que estamos en esta isla con cuarenta mil creyentes bajo nuestra edificación, no obstante, la isla no ha sido evangelizada. ¿De qué sirve predicar el principio de la muerte y resurrección de Cristo y tener buenas reuniones? A pesar de lo bueno que parezca la práctica actual, no funciona bien. ¡Santos, tienen que cambiar su práctica!” Debido a que el Señor me usó para empezar y establecer la obra allí en Taiwan, tengo todo el derecho y la posición dada por Dios de decir a los santos que deben cambiar su manera de practicar la vida de iglesia.
En 1950 el hermano Nee trajo un avivamiento a Hong Kong y me pidió que fuera allí para poner en orden todos los servicios de los colaboradores, ancianos y diáconos. En 1954 regresé a Hong Kong a ministrar la palabra, y el local estaba atestado de más de mil personas. Sin embargo, desde aquel entonces, hubo muy poco aumento en Hong Kong. El bajo coeficiente de incremento en las iglesias nos es una vergüenza.
La obra entre nosotros en los Estados Unidos también ha aumentado muy lentamente en los últimos diez años. Desde el comienzo del mover del Señor en los Estados Unidos a principios de la década de los sesenta, nuestro coeficiente de incremento ha sido entre veinte y treinta por ciento cada año. Pero en los últimos diez años el coeficiente de incremento, sobre todo en el Condado de Orange, sólo ha sido alrededor de tres por ciento cada año. El bajo coeficiente de incremento en las iglesias por todos los Estados Unidos, me preocupó bastante.
Cuando terminé de escribir las notas para la Versión Recobro del Nuevo Testamento, así concluyendo el Estudio-vida del Nuevo Testamento que duró doce años, me di cuenta de que era hora de regresar a Taiwan para efectuar un nuevo comienzo. Ya no podía yo tolerar la situación de poco aumento que existía entre las iglesias. Empecé a estudiar la historia cristiana y nuestra propia historia de sesenta años. Reconsideré lo que se menciona en la Biblia en cuanto a la forma de la reunión cristiana. El Señor me hizo ver que la manera tradicional del cristianismo estaba totalmente equivocada y que era una manera anulativa y mortífera. Por lo tanto, tomé la firme decisión de cambiar nuestro método, nuestra manera. Yo comparé el cambio de nuestra manera al cambio en el transporte sobre el globo terrestre. El globo jamás puede ser alterado, mas el transporte sobre él cambia y mejora todo el tiempo. En los años alrededor de 1930 yo viajaba por barco de Chifú a Shanghái en la China continental y el viaje duraba aproximadamente cuarenta y ocho horas. Durante aquellos viajes, me mareaba. Hoy día, puedo viajar por avión de Los Angeles a Taipei en unas doce horas. Durante tal viaje puedo dormir y comer bien. Gracias a Dios por el mejoramiento del transporte. La forma del transporte del hombre se ha desarrollado y mejorado de la carreta tirada por mulas al avión. Del mismo modo, la Biblia jamás puede ser alterada, pero se debe alterar y mejorar nuestra manera. No podemos alterar ni la Biblia, ni al Señor Jesús, ni a Dios, ni la verdad, ni el evangelio, ni la salvación, ni ninguna de las cosas divinas, sin embargo, ¡ciertamente podemos cambiar nuestra manera de llevar a cabo la economía neotestamentaria!
Tomé la decisión de regresar a la manera bíblica, o sea, la manera ordenada por Dios de predicar el evangelio en casas, de establecer reuniones en casa, de edificar los santos en las casas y de edificar a la iglesia en las casas. ¡Hogar, dulce hogar! En esta nueva manera sólo hay dos palabras: ¡Id! y ¡casa! ¡Debemos salir de nuestras propias casas para llevar la Biblia, el evangelio, el Señor Jesús, el Dios Triuno, la gracia, la luz, la vida y la salvación dinámica a las casas de los nuevos creyentes! No les pidan que vengan a nosotros. Más bien, debemos ir a ellos para establecer la reunión de la iglesia en sus casas. Cumpliremos nuestro destino de llevar fruto por el irnos a las casas de otros.
Es irrazonable e ilógico dudar que esta nueva manera funcionará. ¿Qué manera es más eficaz que ésta? Muchos de los santos no han bautizado a nadie en estos últimos años, ¡sin embargo en pocos días de salir a visitar a la gente al tocar sus puertas, han bautizado a cinco, seis o siete en una sola noche! Esta práctica tendría valor aunque sólo bautizáramos a uno. La manera ordenada por Dios cumple el destino que El ordenó para nosotros como pámpanos, que es el de llevar fruto.
El propósito de la elección del Señor, el ser nosotros nombrados por El, es para que llevemos fruto (Jn. 15:16). El llevar fruto no es sólo el destino asignado a nosotros, sino que también es el nombramiento que Dios nos dio. Dios nos predestinó y nos nombró para llevar fruto, pero anteriormente muchos de nosotros no teníamos ninguna sensación de que éramos infructuosos. Un hermano responsable no había bautizado a nadie como fruto en más de veinte años, no obstante, tenía poca sensación acerca de eso. Sin embargo, desde su regreso de un viaje a Taipei, este hermano ha bautizado como a uno por semana. ¡Qué diferencia! Que un pámpano lleve fruto es bastante crucial; de otra manera, perderá todo el disfrute, las riquezas, la nutrición y el suministro de vida de la vid.
La manera de llevar fruto es por medio del permanecer en la vid (Jn. 15:4-5), del recibir el suministro de las palabras instantáneas del Señor (v. 7) y del ir (v. 16a). Las palabras vivas e instantáneas del Señor siempre vienen cuando llevamos fruto. Llevamos fruto al ir. Algunos maestros de la Biblia han dicho que el fruto en Juan 15 es el fruto de nuestro carácter, tal como nuestra ética, moralidad y buenas virtudes. Yo no diría que eso es incorrecto, mas la palabra “vayáis” en Juan 15:16 indica que el fruto consta de personas vivientes. El Señor nos encargó que vayamos y llevemos fruto. Para llevar fruto de virtudes éticas no necesitamos ir. Pero para llevar fruto de personas, precisamos ir a las casas de la gente. El llevar fruto es la manera de cumplir el destino ordenado por Dios, y la manera de llevar fruto es visitar a la gente al tocar sus puertas. La manera de tener fruto que permanece (v. 16b) es al establecer reuniones en casa con los nuevos creyentes (Hch. 2:46; 5:42) y al orar por las reuniones en casa de los creyentes.
El organismo de la Trinidad divina es para la multiplicación y la divulgación del Dios Triuno procesado. Este organismo es para que el Dios Triuno procesado sea multiplicado en millones de Sus elegidos.
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