Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 205-220)por Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7180-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En este mensaje consideraremos el estatus de la iglesia. Al hacerlo veremos la realidad con respecto a la iglesia y la verdadera definición de lo que la iglesia es. Por tanto, será necesario que profundicemos en cada uno de los aspectos del estatus de la iglesia.
La iglesia tiene un estatus séptuplo: la asamblea, la casa de Dios, el reino de Dios, el Cuerpo de Cristo, el complemento de Cristo, el nuevo hombre y los candeleros de oro.
En la Biblia la iglesia es llamada primero la asamblea. Esto es revelado por el propio Señor Jesús en Mateo 16:18, donde Él habla sobre el aspecto universal de la iglesia, y en 18:17, donde Él habla sobre el aspecto local de la iglesia. La palabra griega traducida “iglesia” en estos versículos es ekklesía, compuesta de dos palabras: ek, afuera, y kaléo, llamados. Al unir estas dos palabras, la expresión resultante significa una congregación o una asamblea de los llamados. Por tanto, según el sentido literal de esta palabra, la iglesia es la asamblea de aquellos que han sido llamados por Dios a salir del mundo.
En tiempos antiguos el alcalde de una ciudad a veces llamaba a los ciudadanos a reunirse como una congregación, como una asamblea, para un propósito particular. La palabra griega que denota tal reunión es ekklesía (cfr. Hch. 19:41). El punto que deseamos recalcar aquí es que la palabra ekklesía, según el uso bíblico, se refiere a la iglesia como congregación llamada a salir. La iglesia es la congregación que Dios llamó a salir del mundo para conducirlos a Sí mismo con miras a la realización de Su propósito. En realidad es mucho mejor traducir ekklesía no como “iglesia”, sino como “asamblea”. Los maestros de la Asamblea de los Hermanos recalcaron esto, y sus congregaciones eran conocidas como las asambleas de los Hermanos. Estoy de acuerdo con su uso de la palabra asamblea. La palabra asamblea es mejor que la palabra iglesia.
Aunque en el Antiguo Testamento no se menciona directamente la iglesia, allí encontramos un cuadro que representa a la iglesia en calidad de asamblea. Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, ellos llegaron al pie del monte Sinaí. Allí conformaron una entidad coordinada a fin de reunirse como asamblea delante de Dios teniendo el tabernáculo como centro y las doce tribus como circunferencia que acampaban alrededor del tabernáculo (Nm. 2). Por tanto, ellos llegaron a ser un cuerpo corporativo, la ekklesía, la asamblea de los llamados por Dios. Por esta razón, el Nuevo Testamento se refiere a ellos como la ekklesía (en Hechos 7:38 la palabra para asamblea es ekklesía). Por un lado, Dios los llamó a salir de Egipto (que representa el mundo); por otro, ellos constituyeron la congregación reunida delante de Dios. Los hijos de Israel no tenían la naturaleza de la iglesia, sino que ellos eran meramente un tipo, un cuadro, que nos muestra que la iglesia es la asamblea llamada por Dios a salir del mundo mediante Su redención y poder salvador.
Debido a que la iglesia tiene el estatus de asamblea, la ekklesía, nosotros debemos reunirnos. Tenemos que congregarnos y reunirnos a fin de que haya una congregación que le permita a Dios realizar Su obra y llevar adelante Su mover entre nosotros. Cuando los llamados por Dios se reúnen como asamblea, esto es la iglesia. Si los creyentes no se reúnen como asamblea en una localidad, no hay vida de iglesia en términos prácticos. La vida de iglesia práctica consiste en que los santos en cierta localidad sean congregados. Si los creyentes viven en una determinada ciudad pero no se reúnen como asamblea, entonces, en términos prácticos, no hay iglesia en esa ciudad. El concepto básico de la iglesia como asamblea es que ella es la congregación de los llamados.
La palabra iglesia ha sido dañada por su uso tradicional. En la actualidad mucha gente usa esta palabra para referirse a un edificio con un campanario. Cuando tales personas hablan de ir a la iglesia, quieren decir que se dirigen a un edificio. Este concepto es absolutamente erróneo. La iglesia no es un edificio sin vida, sino algo orgánico y lleno de vida. La iglesia no es un edificio físico inerte; más bien, la iglesia es una asamblea de personas vivientes que han sido llamadas a salir del mundo por Dios para la realización de Su propósito.
Debe impresionarnos el hecho de que, conforme es usada con relación a la iglesia en el Nuevo Testamento, la palabra griega ekklesía indica que la iglesia es una congregación llamada a salir del mundo a fin de que Dios pueda llevar a cabo Su propósito. Según Génesis 1:26, el hombre fue creado por Dios para ser portador de Su imagen y Su autoridad. Sin embargo, el hombre cayó una y otra vez. A la postre, en la última etapa de su caída, el hombre cayó en el mundo, el sistema de Satanás. A los ojos de Dios, como resultado de la caída, la totalidad del linaje humano se ha convertido en el mundo. En Juan 3:16 los seres humanos en su conjunto son llamados “el mundo”. Puesto que el hombre caído está en el mundo e, incluso, ha llegado a ser el mundo, ¿cómo podría Dios cumplir Su propósito con el hombre y por medio del hombre? La única manera consiste en que Dios llame a una parte del linaje humano. Dios ha hecho precisamente esto. En la aplicación de Su salvación a nosotros, lo primero que Dios hace es llamarnos. Por tanto, el primer estatus de la iglesia es la asamblea de aquellos que Dios llamó a salir del mundo para conducirlos a Sí mismo con miras al cumplimiento de Su propósito.
Debido a que la iglesia como asamblea está separada del mundo, podemos decir que la iglesia está compuesta por los verdaderos hebreos. La raíz de la palabra hebreo (Gn. 14:13) significa “cruzar” o “pasar encima de”; especialmente significa cruzar un río, pasando de una región a otra y de un lado a otro. Por tanto, la palabra hebreo denota a un cruzador de ríos, a uno que cruza ríos. La iglesia está compuesta por los creyentes que, en calidad de verdaderos hebreos, han sido llamados por Dios a salir del mundo y han “cruzado el río” de un ámbito a otro. Ahora, como creyentes en Cristo, somos los llamados a salir, la asamblea, la congregación que Dios llamó a salir, la ekklesía que está en oposición al mundo, la cual está al otro lado del río que hemos cruzado. Así como nuestro antepasado Abraham fue llamado a salir de la tierra de Caldea, nosotros también hemos sido llamados por Dios a salir del mundo a fin de ser Su asamblea.
Siempre que hablemos de la iglesia como asamblea, la ekklesía, debemos saber que esto significa que la iglesia ha sido separada del mundo. Este primer estatus de la iglesia indica una separación completa del mundo por parte de los que Dios llamó a salir. Tiene que haber una gran separación, una separación completa, entre la iglesia como ekklesía y el mundo como sistema, el cosmos, de Satanás. Por ser la asamblea, la iglesia ha sido íntegramente apartada para Dios de modo que Él tenga el medio requerido para llevar a cabo Su propósito eterno.
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